Publican el Divertimento póstumo de Daniel Leyva

Daniel Leyva (Ciudad de México, 1949-2019): poeta, narrador, promotor artístico, diplomático y funcionario cultural. Premio Xavier Villaurrutia 1976 (Crispal, poesía) y Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 1982 (Una piñata llena de memoria); itinerario creativo avalado por más de diez títulos (poesía y narrativa) acreditados por la crítica especializada y muy bien acogidos por los lectores. Poemas del cuerpo vencido (2009) o las novelas El cementerio de los placeres (2000) y El espejo equivocado (2005): piezas clave de la literatura mexicana contemporánea.

En el año 2018 dio a conocer Administración de Duelo, S. A. (Alfaguara): fábula que aborda los dilemas de un personaje que va rescatando gradualmente la conciencia, exhausto en la cama de un dispensario. Ha perdido la noción de su identidad y asimismo, no sabe lo que le ha ocurrido. Las palabras de un antiguo amigo de juventud: única grieta que espolea los eslabones del recuerdo. El lenguaje, resguardo y también el periplo que bosqueja otra vez la vida. El autor de Talabra (1980) concibió el acto de la escritura como una manifestación de amor por la palabra en un despliegue de textos que celebran la vida desde una espiral que no descarta la circularidad de la zozobra y los itinerarios del dolor.

Divertimento (Ediciones sin Nombre, 2020), cuaderno póstumo de Daniel Leyva que se mece entre “un libro de poemas, una novela en verso, una autobiografía en endecasílabos, una espiral que cierra el círculo, una línea recta que se curva, una voluntad de vivir”: rotulan los editores en la cuarta de forros. El lector tiene en sus manos el corolario o una azarosa continuación de Crispal. Estructurado en tres movimientos como un concierto mozartiano o una fuga bachiana, Leyva narra los incidentes y trances de Luciano, el inefable protagonista de Crispal.

París, invierno: Luciano ha vivido por más de cuarenta años en la Ciudad de la Luz. Anciano y cansado espera el final: aguarda a Daniel Leyva para que lo escriba. Divertimento o la “biografía de un personaje que se negó a morir”, sustenta Santiago Escobar en el prólogo de esta edición póstuma.

“Daniel Leyva amaba la palabra lúdica, el lenguaje que nos encamina por rutas múltiples. Véase el título juguetón, desenfadado, de su primera novela ¿ABCDErio o ABECeDamo? Jugaba con las posibilidades sonoras y con los empalmes de las significaciones. Hay que insistir, este libro póstumo es una prueba de eso, de su obsesión lingüística llevada al extremo”, precisa, en conversación telefónica con La Razón, Amalia Becerra Acosta, viuda del autor de Al carbón (1996).

¿Poeta-narrador o un artesano del lenguaje? Nunca se definió ni como poeta ni como narrador. Él escribía palabras: el lector tendrá que ubicarlo como poeta o narrador. A fin de cuentas, los lectores son quienes hacen el texto, quienes lo configuran. Me atrevo a decir que Leyva hacía insinuaciones valiéndose de las palabras.

¿’(Auto)Retrato’ de Daniel Leyva? Sí, ya desde Crispal están los apuntes de esa representación mediante el personaje Luciano. El lector vislumbra a un ser humano que amaba la vida y asimismo, que la tomaba como un pretexto para burlarse de sí mismo.

¿La ciudad de París como un personaje? Él amaba a París. El libro está dedicado a esa metrópolis donde él vivió y que conocía muy bien. París en invierno y Luciano en el centro de toda esa espiral lingüística.

¿Referencias de Paz, Vallejo, Pessoa, Villaurrutia...? Desde Crispal está la alusión al Vallejo de Trilce. Las alusiones se hacen presente otra vez, de poetas que él admiraba; y, asimismo un prontuario de variados índices culturales.

Percibo una tesis en Divertimento: ¿vencer a la muerte a través de la literatura? Yo diría que es el asunto de su última novela publicada, Administración de Duelo S. A., y la clave que precisa a Divertimento. Él decía que el único derecho sobre la vida es que podemos decidir sobre ella. El dispuso vencer a la muerte a través de la palabra, en los espacios en que el lenguaje crea mundos.

¿Hay otros manuscritos inéditos? Existen otros textos inéditos. Daniel nunca dejó de escribir, a pesar de la enfermedad que lo acosó en los últimos años.

Divertimento

Por Daniel Leyva

2016

Y pensé esta mañana en suicidarme,

pero al salir a la calle y sentir

el puto frío, decidí esperar

que terminara e intentarlo después.

Y un viento helado corría por calles,

avenidas y plazas penetrando,

insolente, por todos los rincones

y la nieve, sus copos diminutos,

empezarían a caer y luego

se amontonarían, sepultarían

monumentos y parques y jardines.

Terminarían escondiéndose entre

los voluptuosos y profundos pliegues

de las esculturas o de las rejas.