Revelan el talento oculto de Siqueiros

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Con el propósito de rescatar una vertiente poco conocida del muralista David Alfaro Siqueiros, el museo de Arte Carrillo Gil inaugura, el 12 de mayo, la exposición Siqueiros paisajista, que reúne más de ochenta obras y una selección de fotografías y documentos que explican y ahondan en su proceso creativo y en sus vínculos con el universo del paisajismo.

Con un compromiso de tintes cuasi-premonitorios, Siqueiros construye un paisaje sensible y provocador, de tendencias universales pero con un marcado tinte local que rescata y pone en evidencia una a veces accidentada topografía nacional.

Enarbolando una discusión de corte ambiental que no abandona el lamento revolucionario, Siqueiros percibe a México desde el cielo y desde la tierra: tanto es así que una buena sección de sus trabajos se inspira en fotografías aéreas realizadas por la primera Compañía Mexicana de Aerofoto.

Alimentándose por la constante experimentación técnica que lo llevaría a abrir un taller en Nueva York e influir el célebre estilo de las “drip paintaings” de Jackson Pollock, y una crítica tan acérrima a toda ideología contraria a su “ruta”, Siqueiros estructura una visión tan dramática como experimental en la cual la fuerza, el dibujo y la inventiva se coronan con la urgencia de la novedad, el relevo de los límites en los materiales tradicionales por la libertad otorgada por el alarde y atrevimiento en la técnica.

Esta exposición se exhibió con rotundo éxito en el Museum of Latin American Art (MOLAA) de Long Beach, California: en tan sólo 4 meses recibió 14 mil visitantes, y fue seleccionada por The Angeles Times como una de las 10 mejores exposiciones de 2010. En México la muestra supone un homenaje del Museo Carrillo Gil al artista y a su fundador, Álvar Carrillo Gil, quien además de haber sido un amigo muy cercano a Siqueiros fue uno de sus más importantes coleccionistas.

Además de la exhibición de la obra del muralista, está disponible un catálogo que reúne doce ensayos temáticos de Irene Herner, Esther Acevedo, Manuel Marín, Jorge Reinoso y Laura González, entre otros autores, que ahondan en núcleos curatoriales de la exposición y revisan cuatro décadas de trabajo plástico.