Sueño

Sueño
Por:
  • raul_sales

Solía despertar sin recordar mis sueños y digo recordar pues, doy por sentado que soñaba ya que toda la literatura que he leído habla de que fisiológicamente es necesario para la psique en la forma de procesar el aprendizaje diario. Sin embargo, lo que brilló de mis sueños toda mi vida, fue su ausencia y era normal, al menos para mí, pues si no lo experimentaste nunca, aún cuando sepas que existe, no lo extrañas, no lo piensas, no lo sientes, no lo necesitas ya que no lo conoces.

Usé frases comunes como "te soñé"; "eres un sueño de mujer"; "soñar no cuesta nada"; "te espero en mis sueños" y otros cientos más que no significaban nada, excepto el uso del lenguaje para fines, más bien, de la búsqueda del ensayo para la reproducción de la especie.

Seguramente conocen la pregunta: ¿Hace ruido el árbol que cae cuando no hay nadie para escucharlo? y aunque se refiere al mundo material, estoy seguro que Berkeley tenía razón cuando decía que la mente de cada individuo crea la realidad y si nuestra mente es la percepción de la realidad, seguro nuestros sueños son realidad en algún plano cuando los soñamos.

Verán, nunca antes me importó soñar o no hacerlo, me era total y absolutamente intrascendente, los análisis de los sueños, cuando zapeaba y por casualidad caía en uno de estos programas donde alguien vestido de manera estrafalaria le decía a un público ávido por creer lo que deseaba oír, yo sólo me reía, mejor dicho, me desternillaba de la risa y me imaginaba a Freud revolcándose en su tumba teniendo sueños eternos de disociación entre su ello y su superyó. No, nunca me interesó que alguien me dijera que soñar que caía era un reflejo de mi inseguridad o una profecía de que alguien en quien confiamos nos traicionará y no me interesaba porque simplemente no recordaba sueño alguno.

Pero, como sucede a menudo, esta realidad se encarga de hacerte tragar a cucharadas amargas tus propias convicciones, yo, que nunca recordaba un sueño y que me burlaba del análisis de los mismos, caí en otra perturbación de la psique, me enamoré y ella no solo tenía vívidos sueños sino que tenía una obsesión por entenderlos.

Pasamos juntos varias noches, ya era bastante común que se quedara en casa y en una de esas noches, escuché un rasgueo de pluma contra papel en plena madrugada, ella, con las piernas cruzadas sobre la cama, con una de mis camisetas, escribía como posesa en una libreta con una de esas plumas que tienen luz, escribía sin prestar atención a nada. Cuando le pregunté, no me contestó, solo realizó un gesto de que esperara y siguió escribiendo. Siempre fui curioso, así que encendí mi lámpara, prendí un cigarro e intenté leer mientras ella terminaba lo que estuviera haciendo, aunque no dejaba de voltear de reojo hacia ella una y otra vez.

Al terminar, con un brillo en sus ojos, me sonrió y me dio las gracias pues era la primera vez que recordaba tantos detalles de su sueño recurrente. Yo sólo levanté una ceja y no dije nada, bien podía no soñar y creer que era una tontería pero, por ningún motivo me atrevería a decirle a una mujer que lo que hacía era una locura pues, si lo hiciera, el loco sería yo. Nunca se le gana en una discusión a una mujer.

Me abrazó, me dio un beso rápido en los labios y se durmió apenas apoyó su cabeza en mi pecho. Esperé unos minutos hasta que su respiración me indicó que estaba profundamente dormida, la asenté con delicadeza y sabiendo que lo que hacía probablemente no estuviera bien, tomé la libreta sobre el buró y comencé a leer.

"Despierto todos la noches después de soñar el mismo sueño, soy un hombre de mediana edad que nunca ha soñado, es extraño verme dentro de la piel de un hombre, pensar como uno y reírme de una de mis más profundas creencias de que los sueños son ventanas de otra realidad..."

Sentí un escalofrío pero lo deseché, seguramente era una casualidad.

"... Entró al sueño de la misma forma siempre, despierto y en mi sueño nunca recuerdo haber soñado, por un lado sé que sueño pero, dentro del sueño sé que no he soñado nunca o al menos nunca lo he recordado. Es extraño como dentro del sueño empiezo a olvidar que es un sueño y entro a una realidad en la que soy un hombre sin... sueños".

Cierro la libreta sudando frío, leyendo la libreta he recordado, sí he soñado pero nunca había recordado que había soñado que era una mujer que recuerda sus sueños y que los escribe... empiezo a desvanecerme... desaparezco pues acabo de entender el porque... fui soñado...

Ella despierta y mira el lado vacío de la cama, este último sueño fue extraño, soñó en estar con el mismo hombre con que ha soñado toda su vida pero, estando con él y no convirtiéndose en él. Extraño pero así son los sueños y ella sabe que son puertas a otras realidades.