Con títeres cuentan La flauta de Hamelin

El colectivo Astillero presenta en el Teatro Helénico La flauta de Hamelin, versión libre en formato de títeres basada en la leyenda alemana documentada por los hermanos Grimm: El flautista de Hamelin (Der Rattenfänger von Hameln —El cazador de ratas de Hamelin—, 1816). Fabulación de la libertad y solidaridad orientada al público infantil bajo la dirección de María Teresa Adalid y Oswaldo Valdovinos. Puesta en escena disponible todos los sábados y domingos a la 13:00 horas, hasta el próximo 26 de junio.

Montaje que parte del posible extravío de la flauta de Hamelin; Strom (capataz cojo y rencoroso) hará lo posible por hallarla en tentativa de recuperar la ‘esperanza perdida’. En esa exploración, Leonora, una niña muda, y los niños, que buscan entre la basura objetos valiosos para ser vendidos, demuestran con sus actos a Strom que, en la vida, la ilusión es lo último que debe perderse, y que incluso en el entorno más aciago puede transformarse a través del apetito de libertad y del acatamiento de los sueños.

“Adaptación que realiza una reflexión sobre la autonomía robada por los grandes empresarios, quienes explotan a los trabajadores, sin interesarles nada. Relectura del relato de los hermanos Grimm desde la presencia de un títere gigantesco, de nombre Sempiterno, quien personifica la autocracia de los sistemas económicos simbolizados como seres antropomorfos cuya única finalidad es absorber todo lo disponible para transfigurarlo en fortuna. Ante esto, la contraparte es la libertad de los niños. Leonora, la niña sordomuda, posee una imaginación que la lleva a otros lugares para conocer la emancipación”, precisó en entrevista con La Razón, la actriz y productora de teatro, María Teresa Adalid.

¿Objetivos de esta puesta en escena? La tesis se sustenta en cómo los tiempos redundan, sobre todo aquellos relacionados con la fragilidad humana ante las embestidas del destino. De ahí que el protagonista de la historia sea el niño en muletas que en el cuento original queda rezagado, quien, ya siendo un adulto, Strom, repite los vicios que en su momento condenaron al pueblo de Hamelin.

¿Los niños huérfanos, alegoría de la esperanza? Representan la expectativa del cambio y la transformación. El Sempiterno encarna la avaricia, la explotación de las personas, la rapacidad que sólo mira su beneficio y no le interesan los demás. Figuración del capitalismo brutal instituido en sistemas políticos, instituciones y mercaderes.

¿La niña sordomuda, personaje catalizador en la obra? Leonora, la niña sordomuda, aparentemente intrascendente —rara, anormal—; sin embargo, soñadora, valiente y segura: su incursión en la historia es vital para el desenlace, porque son precisamente estas imaginaciones libres de prejuicios las que logran hacer grandes transformaciones.

¿Articulación dramática en tono de comedia? Entretejida con aires de farsa con atractivos juegos de luces y sonoridad musical de pop y rock. De esta manera, el teatro y los títeres convergen con miras a lograr una puesta en escena donde lo visual sea el lenguaje medular. La estética (diseño de los títeres y la escenografía) responde a una síntesis entre lo heterogéneo, lo fantástico, lo irónico y hasta lo grotesco con tintes que derivan hacia una mirada plástica del espectáculo.