Tultepec, tierra de mamuts... y de trampas para cazarlos

Tultepec, tierra de mamuts... y de trampas para cazarlos
Por:
  • raul-campos

Tras nueve meses de trabajo, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), liderado por el arqueólogo Luis Córdoba, presentó un hallazgo inédito en el mundo: una serie de trampas  para cazar mamuts, creadas hace 15 mil años por los antiguos habitantes de la Cuenca de México, ubicadas en el poblado de San Antonio Xahuento, en Tultepec, Estado de México, a 10 kilómetros del aeropuerto de Santa Lucía.

Las dos fosas ovales, de 1.70 m de profundidad por 25 m de diámetro, fueron descubiertas en el Sitio Tultepec II, un terreno de 40 por 100 metros que, a inicios de año, se comenzó a excavar para ser un relleno sanitario. Hasta ahora, de éstas se han extraído 824 huesos pertenecientes a al menos a 14 mamuts, lo cual también pone a México en el mapa de los megasitios de estos animales en el mundo. También fueron halladas una muela de caballo, y una vértebra y mandíbula de camello.

[caption id="attachment_1046594" align="alignnone" width="696"] Dos fosas ovales de 1.70 m de profundidad por 25 m de diámetro, ubicadas al norte y sur del terreno de 40 por 100 m. Ilustración: Ismael F. Mira, La Razón[/caption]

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“Hemos encontrado por lo menos dos trampas, al norte y sur del terreno, pero todo indica que debe haber más, posiblemente tres, según las referencias que tenemos de los vecinos, quienes señalan que a 200 metros del lugar también se han hallado restos, por ello es posible que sea una línea de fosas creada por los cazadores”, explicó Luis Córdoba, quien destacó que los ingenios fueron empleados durante  500 años.

El único sitio similar está en Japón: trampas cónicas de 40 mil años para animales de tamaño medio; “no se ha encontrado y, hasta ahora, no hay registro de algo parecido en el mundo; siempre se pensó que se arreaba a los mamuts para que cayeran en pantanos o barrancas, pero éstas fueron excavadas manualmente”.

El hallazgo también cambia el paradigma respecto a cómo se cazaba esta megafauna: “hay una marca en la parte frontal de uno de los cráneos, es un ataque con lanza que dejó un canal de 15 cm, pues resbaló en el hueso; las teorías dicen que hay pocas evidencias de que se atacara directamente a estos animales, se piensa que esperaban a que murieran, pero ésta es prueba de que los arremetían directamente”, explicó.

A kilómetro y medio del sitio está el Cerro de Tultepec, en cuyas faldas,  se presume, los antiguos cazadores asentaron sus campamentos; “por ello debieron de tener varias, porque si iban arreando a un mamut hacia una trampa y se les iba para otro lado, pues perdían todo el tiempo; por ello se piensa que debe ser una fila de fosas, y en los otros ejemplos que se tienen similares, en Japón o Noruega, estaban en línea recta”, detalló el arqueólogo.

La antigüedad de los huesos aún no se determina mediante pruebas de Carbono-14, pero la estratificación del suelo señala que, tanto éstos como las trampas, tienen un aproximado de 15 mil años de antigüedad: en las capas en que se hallaron hay arcilla del fondo del Lago de Xaltocan, el cual entonce tenía un nivel bajo que dejó expuestas las llanuras, además de que hay cenizas de la gran erupción del Popocatépetl, de hace 14 mil 700 años, evento que motivó la movilización de fauna y humanos a esa zona de la Cuenca de México.

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“Se detectó en los estratos que la arcilla presentaba cortes de 90 grados, cuando naturalmente se asienta en 45; se ve el tipo de sedimento muy diferente y agrietado, del otro lado es más compacto y se nota que, a cierta altura, hay un agrietamiento del proceso de rellenado natural de la fosa”, abundó Córdoba.

Asimismo, se encontró que los restos, especialmente las vértebras, estaban acomodados, por lo  que se especula que los antiguos cazadores realizaban ritos en honor a los mamuts y la naturaleza en agradecimiento.

Los huesos extraídos están resguardados en el Museo El Mamut de Tultepec y algunos cuentan con labores de conservación; se señaló que los trabajos continuarán un mes y que aún no se tiene definido el destino final de las osamentas. “La idea es desarrollar un proyecto más amplio que abarque toda el área, pero aún es muy temprano”, concluyó Salvador Pulido, director de Salvamento Arqueológico del INAH.