El Chevrolet Cruze 2017 es muy mexicano

El Chevrolet Cruze 2017 es muy mexicano
Por:
  • ruben_hoyo

El Chevrolet Cruze de segunda generación es un vehículo compacto, global y de enorme relevancia para la firma norteamericana. Sólo para poner en contexto, se vendieron más de 3.5 millones de unidades de la primera generación.

Este vehículo emplea la nueva plataforma flexible denominada D2XX, que fue desarrollada principalmente por la subsidiaria Opel, propiedad del Consorcio Norteamericano General Motors, misma que comparte con el Chevrolet Volt, Buick Envision y Opel Astra, entre otros.

Adicionalmente, está el hecho de que el Cruze ahora es de fabricación nacional, ya que es producido en el complejo fabril de Ramos Arizpe, en Coahuila.

El propulsor que utiliza el automóvil con su plataforma es un pequeño cuatro cilindros de 1.4 litros turbo de inyección directa que entrega 153 caballos de fuerza y 177 lb-pie de torque, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades.

En el plano de la seguridad las versiones de entrada equipan de serie 4 bolsas de aire, ABS, control de estabilidad Stabilitrak y monitor de presión de neumáticos. La tope de gama, denominada Premier agrega dos bolsas más para un total de seis, cámara de reversa y el sistema de telemática Onstar.

Uno de los puntos fuertes del Cruze 2017 es su interior, el cual transmite modernidad y tecnología, donde se destaca el uso de distintos materiales; por ejemplo, la parte superior del tablero es de un plástico rígido, pero a su favor tiene que no es brilloso y la zona central del centro sí es suave al tacto.

La calidad de ensamble es buena, pues destaca la ausencia de ruidos o rechinidos y del lado del equipamiento se encuentra todo lo necesario, e incluso algunas amenidades adicionales poco comunes en el segmento, como los es el cargador por inducción.

En el tema del manejo, el Cruze de segunda generación ha resultado una grata sorpresa. El propulsor que está disponible desde la versión base entrega muy buenos niveles de torque, sobre todo en el rango medio del régimen de revoluciones, lo que se traduce en buena capacidad de respuesta. Sin dejar de lado el consumo de combustible que ronda los 15 km/l.

La calidad de marcha es silenciosa y filtra muy bien los ruidos tanto del exterior, como los producidos por el rodamiento. La suspensión está orientada al confort, pero es lo suficientemente dura para garantizar buen comportamiento en altas velocidades.

Otro elemento muy sólido son los frenos, que se sienten muy potentes, con un nivel de respuesta atípico en el segmento.

Adicionalmente, la caja automática efectúa las transiciones con total suavidad y encontrando adecuadamente la marcha que entregue la mejor relación entre respuesta y rendimiento.

El Camry sigue en pie de lucha

La joya de la corona de Toyota evoluciona en el plano estético para aguantar los embates de los SUV

Por Rubén Hoyo

colaboradores@3.80.3.65

El Chevrolet Cruze de segunda generación es un vehículo compacto, global y de enorme relevancia para la firma norteamericana. Sólo para poner en contexto, se vendieron más de 3.5 millones de unidades de la primera generación.

Este vehículo emplea la nueva plataforma flexible denominada D2XX, que fue desarrollada principalmente por la subsidiaria Opel, propiedad del Consorcio Norteamericano General Motors, misma que comparte con el Chevrolet Volt, Buick Envision y Opel Astra, entre otros.

Adicionalmente, está el hecho de que el Cruze ahora es de fabricación nacional, ya que es producido en el complejo fabril de Ramos Arizpe, en Coahuila.

El propulsor que utiliza el automóvil con su plataforma es un pequeño cuatro cilindros de 1.4 litros turbo de inyección directa que entrega 153 caballos de fuerza y 177 lb-pie de torque, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades.

En el plano de la seguridad las versiones de entrada equipan de serie 4 bolsas de aire, ABS, control de estabilidad Stabilitrak y monitor de presión de neumáticos. La tope de gama, denominada Premier agrega dos bolsas más para un total de seis, cámara de reversa y el sistema de telemática Onstar.

Uno de los puntos fuertes del Cruze 2017 es su interior, el cual transmite modernidad y tecnología, donde se destaca el uso de distintos materiales; por ejemplo, la parte superior del tablero es de un plástico rígido, pero a su favor tiene que no es brilloso y la zona central del centro sí es suave al tacto.

La calidad de ensamble es buena, pues destaca la ausencia de ruidos o rechinidos y del lado del equipamiento se encuentra todo lo necesario, e incluso algunas amenidades adicionales poco comunes en el segmento, como los es el cargador por inducción.

En el tema del manejo, el Cruze de segunda generación ha resultado una grata sorpresa. El propulsor que está disponible desde la versión base entrega muy buenos niveles de torque, sobre todo en el rango medio del régimen de revoluciones, lo que se traduce en buena capacidad de respuesta. Sin dejar de lado el consumo de combustible que ronda los 15 km/l.

La calidad de marcha es silenciosa y filtra muy bien los ruidos tanto del exterior, como los producidos por el rodamiento. La suspensión está orientada al confort, pero es lo suficientemente dura para garantizar buen comportamiento en altas velocidades.

Otro elemento muy sólido son los frenos, que se sienten muy potentes, con un nivel de respuesta atípico en el segmento.

Adicionalmente, la caja automática efectúa las transiciones con total suavidad y encontrando adecuadamente la marcha que entregue la mejor relación entre respuesta y rendimiento.

[click para ver gráfico

->http://www.3.80.3.65/IMG/mk/infoLR/DEP312608916A.jpg]