El Chino abandona el balón por los guantes y golpes

El Chino abandona el balón por los guantes y golpes
Por:
  • omar_hernandez

Desde Hidalgo de Parral, Chihuahua, llegó Misael Rodríguez a la Ciudad de México con 19 años de edad y en sólo dos años alcanzó el sueño de muchos que llevan una vida intentando: clasificarse a unos Juegos Olímpicos. Cambió el futbol por el boxeo debido a que en este deporte individual se cosecha lo que uno mismo siembra, y ahora está clasificado a la máxima competencia a la que aspira un deportista: los Juegos Olímpicos.

Para Río, el chihuahuense habrá conseguido esa meta que para muchos es ya un logro en sí mismo, pero él no se conforma y sabe que tiene una inmejorable oportunidad de entrar en esa lista de los nombres escritos con letras de oro dentro del deporte mexicano, de acabar una sequía de 16 años sin medalla en su disciplina que, contrario a ser una presión, para él es una motivación para conseguirla y ser recordado.

La categoría de 75 kilogramos es en donde Misael El Chino Rodríguez quiere convertirse en histórico y el púgil de peso Medio asegura que no es un sueño infundado, sino que sus últimos logros, como la victoria sobre el primer sembrado de su división, le han hecho saber que esa anhelada presea se encuentra más cerca de lo que muchos creen.

¿Cómo te encuentras a unos días de los Juegos Olímpicos? Muy contento y emocionado porque cada vez están más cerca, y también muy comprometido, trabajando fuerte.

¿Cómo empezaste en este deporte? A diferencia de mis compañeros que tienen varios años en la selección y empezaron desde chiquitos, en mi caso yo empecé a los 15 años a boxear, pero desde que empecé se me dieron buenos resultados, llegué a los 19 a la Selección Nacional, apenas tengo dos años aquí que han sido de muchos triunfos. Hay compañeros que tienen mucho más tiempo, han soñado con los Juegos Olímpicos y yo en dos años lo logré, eso me motiva bastante y quiero seguir por el mismo camino, pienso que tengo que seguir trabajando y esforzándome.

¿Cómo fue que a los 15 años decidiste dedicarte al boxeo? Practicaba futbol, que es un deporte de conjunto, pero me enojaba mucho cuando un compañero cometía algún error. En el boxeo vi que es algo más personal: si entrenas, te va bien; si no entrenas, tú recibes los golpes. Fue lo que me gustó. También en mi familia también siempre veíamos el box, era algo que estaba ahí hasta que me tocó explotarlo.

¿Cómo han sido estos últimos días de preparación? Hemos trabajado fuerza y técnica. Pienso que, cuando se estén acercando más los Olímpicos, vamos a tener alguna competencia, algún campamento fuera de la Ciudad de México, pero por lo pronto nos estamos preparando bastante aquí.

¿Cómo están las expectativas de cara a estos Juegos Olímpicos? Creo que todos los atletas que vamos a unos Juegos Olímpicos aspiramos a una medalla. No es la excepción conmigo, quiero subir al podio y para eso trabajo todos los días, me sigo esforzando.

¿Quiénes son los competidores más peligrosos en tu categoría? Pienso que todos son peligrosos. Yo califiqué como número 2 de América, le gané al favorito que era el de Ecuador, Marlon Delgado, eso me da mucha confianza y me hace soñar con una medalla.

¿Cómo recuerdas tu clasificación a los Olímpicos? Fue bastante difícil, fueron cinco peleas en nueve días. Me acuerdo y me da cansancio, pero la recuerdo con orgullo porque le gané a los favoritos y eso me ayudó mucho a que ahora esté con una mayor confianza.

¿Cómo te imaginas esta experiencia en Río 2016? Me emociona bastante porque todos los atletas aspiramos a ir a unos Juegos Olímpicos, es el mayor evento del mundo para nosotros, entonces me emociona mucho, pero también sé que el boxeo mexicano tiene muchos años sin ganar una medalla (16) y me emociona mucho saber que uno de nosotros puede dar el campanazo de una presea olímpica.

¿La medalla es una motivación, más que una presión? A mí en lo personal sí me motiva porque sé que toda la gente va a estar con esa expectativa de que hagamos un buen papel, porque quieren medalla en los Juegos Olímpicos y eso hace que estén al pendiente de nosotros y de que, si llegamos a subir al podio, toda la gente lo va a reconocer. Eso ayuda bastante.

¿Es una buena oportunidad para ‘ponerse en el mapa’? Sí, claro. Todo el mundo va a estar viendo los Juegos Olímpicos y sobresalir a esas alturas sería lo mejor que me pudiera pasar.

¿A quién le dedicas esta participación en los Olímpicos? Mi madre siempre ha sido parte fundamental de todo esto, me ha apoyado en las buenas y en las malas. He tenido derrotas y ella siempre ha estado ahí dándome ánimos; sacrificas bastante porque te vas de casa, y ella siempre me dice que tenemos que hacer que esto valga la pena y ahorita estamos cosechando eso. Todo sacrificio siempre tiene su recompensa.