La historia no cambia: el Tri, sin quinto juego

La historia no cambia: el Tri, sin quinto juego
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  • larazon

Por Israel Hernández

israel.hernandez.razon@gmail.com

Una cuchillada arbitral terminó con la selección mexicana en la Copa del Mundo de Sudáfrica. No fue el futbol de la selección Argentina, tampoco el golazo de Carlos Tévez en el segundo tiempo. No, el Tri quedó al margen en la instancia de los octavos de final por una enorme falla del árbitro asistente número dos, Stefano Ayroldi, que fue corroborada por el árbitro central ,Roberto Rossetti, ambos de nacionalidad italiana.

Tampoco fue el error del técnico Javier Aguirre al dejar en el campo de juego durante 45 minutos a Adolfo Bautista.

La que mató a los verdes fue la tripleta italiana, que no tuvo el valor para anular el primer gol de la albiceleste, el que al minuto 25 también marcó Tévez, pero en posición adelantada y que sirvió para terminar con el dominio territorial y el control del balón que hasta ese momento exhibió el equipo tricolor y el cual jamás volvió a recuperar.

Además del yerro arbitral Ricardo Osorio cometió un enorme pecado al regalarle el balón a Gonzalo Higuaín afuera del área grande mexicana. El jugador del Real Madrid aprovechó el increíble regalo y al 32 amplió a dos la ventaja a favor de los sudamericanos.

Ambos golpes fueron demoledores y alcanzaron profundidad en el ánimo nacional dentro y fuera de la cancha del Soccer City, de Johannesburgo; sin embargo, los seleccionados mexicanos no bajaron los puños y siguieron en la brega.

Sacar al Bofo era obvio y obligado para el segundo tiempo, y Aguirre lo entendió. Ordenó el ingreso de Pablo Barrera y el equipo mexicano tuvo entonces otros 45 minutos por delante para jugar 11 contra 11.

El jugador de los Pumas dio peligro y profundidad al ataque mexicano y devolvió el control del partido a los nuestros. México volvió a tener la pelota, el dominio territorial y el hambre de triunfo.

La albiceleste dio la impresión de sentirse cómoda cediéndole todo el partido a los verdes y se dedicó a enfriar el balón y los ataques mexicanos.

Pero nadie contó con la magia de Tévez, quien al minuto 51, de tiempo corrido, tomó la pelota, se fabricó el espacio y disparó al ángulo superior izquierdo de la meta del Conejo, Óscar Pérez. Un golazo, lo único que hizo Argentina para merecer el triunfo y el pase a los cuartos de final, en los que ahora se verá las caras con Alemania.

Javier Hernández, al 71’, trató de encabezar la reacción de los nuestros al lograr un gran gol precedido de una maniobra individual dentro del área. Pero ya no hubo tiempo para más y terminó la aventura mexicana en la instancia de los octavos de final, igual que las últimas cuatro Copas del Mundo.

En los minutos finales se antojaba el ingreso de Cuau, pero el cuerpo técnico no lo pensó así y el ex jugador del Veracruz acabó sentado en el último asiento de la banca nacional.

El que sí ingresó fue Guille Franco, pero mantuvo el mismo nivel errático de otros duelos y no pudo hacer nada a la defensa enemiga.

El juego de ayer no pudo ser el de la venganza de lo sucedido hace cuatro años en Alemania, más bien fue una continuación de lo mismo: México jugó bien, pero al final el triunfo y el pase quedaron en manos argentinas, como hace cuatro años.

Bofo, el que menos corrió

Adolfo Bautista dio la razón a todos los que criticaron su convocatoria y que se haya quedado en lugar de Jonathan dos Santos en el último recorte de Aguirre. Y es que el jugador de las Chivas fue titular ayer ante Argentina y tuvo una mala actuación.

El Bofo lució fuera de ritmo, lento y nunca entendió cuál era su función dentro del campo. Aguirre lo eligió para que fuera el distribuidor de balones para Guardado y Gio y explotar así, con trazos largos, las bandas.

Sin embargo, el oriundo de Guanajuato nunca se ubicó, prácticamente no tocó el balón, incluso el Conejo Pérez corrió más que él. El portero sumó 5.5 kilómetros recorridos y Bautista acumuló 5.2.