Lo que más me motivaría sería la medalla olímpica: Rommel

Lo que más me motivaría sería la medalla olímpica: Rommel
Por:
  • ricardo_otero

A Rommel Pacheco sólo le faltó la cereza del pastel. Sonriente, pero con la espina clavada por sus resultados, arribó a México tras su participación en Río 2016.

El yucateco tuvo un ciclo olímpico de reivindicación. Dejó la plataforma de 10 metros, en la que no pudo clasificar a los Juegos de Londres 2012, y volvió al trampolín. En él, ganó una medalla de bronce junto a Jahir Ocampo en el Campeonato Mundial de Barcelona 2013 y dos preseas de oro en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, tanto en individual como en sincronizados. En marzo, la Copa del Mundo de Río, el evento de prueba para la sede de los Olímpicos, se llevó un oro y un bronce, pero ya en la magna justa deportiva, un mal clavado lo dejó fuera de la pelea de las medallas.

En una charla con La Razón, el clavadista no se guardó nada, ni su sentir, ni la alegría por estar de vuelta en el país.

Rommel, ¿cómo estás? Y no es una pregunta de cortesía… Primero que nada, contento de estar en México ya de vuelta, por haber asistido a estos Juegos Olímpicos y haber representado a México con el alma y con el corazón, por haberlo dado todo. Sinceramente un poquito triste porque no era el resultado que yo quería, quería estar en las medallas, todo mundo estaba muy ilusionado en las dos pruebas, tanto en la individual como en sincronizado, era palpable la posibilidad de estar peleando; estaba emocionado en el proceso de haber pasado en segundo lugar en las primeras fases, y en la Final no fue mi día, no salieron las cosas como lo sé hacer, como las he hecho esta temporada, entonces estoy un poquito triste por eso.

Son muchos años de preparación, de estar ahí constante para conseguir muchos buenos resultados, pero los Juegos Olímpicos son distintos, es una competencia la cual es cada cuatro años, todo mundo quiere una medalla, entonces por eso quería regresar a México con ella.

Es parte de la vida del deporte: a veces te da, a veces te quita; te forja, te da carácter y hay que evaluar las cosas, qué fue lo sucedido y seguir trabajando.

Supiste que tu primer clavado fue malo y que el segundo estuvo debajo de tu expectativa. ¿Cómo te repusiste de eso? Pasan muchas cosas por tu cabeza. Después del primero, es obvio, es complicado poder pelear una medalla, sin embargo, siempre queda una pequeña esperanza de que, al igual que yo, cualquier otro puede fallar y nunca hay que botar la toalla hasta el final. Yo soy de los que pelea y lucha en cualquier aspecto hasta el final, más allá de lo que hagan los demás. En los clavados tú compites contra ti antes que contra los demás. Lo que yo quería era terminar bien la competencia, tratar de disfrutarla en la medida de lo posible y no rendirme, sabiendo que era complicado.

¿Crees que hubo “mala leche” de los jueces? Es real que sí hay una disputa y todo mundo lo sabe, en la Copa (del Mundo, en marzo) no se pudo usar el uniforme ni el himno, sí hay ciertas políticas dentro del deporte, pero yo no me fijo en eso y quiero estar concentrado en lo que me corresponde, que es entrenar, competir. Si eres contundente y ganas de una manera eficaz, es más difícil que te puedan quitar el buen resultado. En este nivel cualquier minúsculo detalle cuenta y hace una gran diferencia.

Tienes una medalla de Campeonato Mundial, que tiene el mismo nivel de exigencia. ¿Vale menos que una de Juegos Olímpicos? El nivel es el mismo, y si lo pones en parámetros de números, es lo mismo. pero la competencia cambia y el significado de estar en unos Juegos Olímpicos, que es cada cuatro años, que todos los medios y todo mundo lo ve, es lo que le da el “plus”, y uno mismo como deportista le da ese extra de importancia, entonces el nivel que tengo y que todo mundo sabe, es que estoy ahí entre los mejores, pero sí falta ese pequeño extra, hasta el momento no ha llegado y posiblemente no llegue, pero eso no quiere decir que no haya logrado lo que he querido.

Tienes 30 años, ¿qué te animaría a seguir tirando clavados? Uno: me gusta; dos: sigo teniendo el nivel. No me veo de 30 (risas) y lo que más me motivaría sería la medalla olímpica, esa medalla que quiero. No es una obsesión, que si no la tengo vaya a estar frustrado toda mi vida, porque como lo dije antes de ir (a Río), lo di todo, probé de todo, porque la medalla no se gana simplemente en la competencia, se gana en todo el proceso, no se dio (el resultado) y ni modo. ¿Qué pienso hacer ahorita? Estoy evaluando muchas cosas, pero mientras yo tenga el nivel para estar peleando cosas, seguiré; cuando yo me canse y crea que ya es el momento, en ese momento me retiraré.

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