Reyna y el espejo

Reyna y el espejo
Por:
  • jorgeernestow-columnista

Puede haber algo de razón en los ataques de Ángel Reyna a los hermanos De la Torre. No es el primer futbolista que se expresa en esos términos contra José Manuel y Néstor, aunque la mayoría no lo hacen públicamente. Lo penoso es que sus dichos difícilmente —como él pretende— bastan para justificar su paupérrimo rendimiento en las Chivas y el tremendo deterioro que ha sufrido su imagen.

Hacerse la víctima parece un nuevo acto de evasión de un hombre que no ha sabido comportarse como un futbolista integral, al que se le acusa —allá por donde va— de falta de compromiso y disciplina, así como de ser un tipo individualista y conflictivo.

Reyna llegó a Chivas antes del regreso de los hermanos a la institución y se fue varios meses después del cese de ambos personajes. Y sin ellos en Guadalajara, el talentoso volante tampoco fue capaz de enseñar sus virtudes en el campo.

Ignorando los temas extracancha, remitiéndonos sólo a lo que Reyna ofrece el campo de juego: su rendimiento ha sido magro, y dista mucho de confirmar la calidad que llegó a ofrecer a ratos en San Luis, América y en un primer torneo con Veracruz, en el segundo semestre de 2013.

A los 31 años quedó claro que Reyna nunca llegará al tope que su talento nos hizo pensar podía alcanzar. Condiciones tuvo, oportunidades le sobraron, pero en vez de madurar como profesional decreció como futbolista.

Su salida del Rebaño y sus palabras de revancha dejan ver que sigue sin aprender lo suficiente. En vez de dar entrevistas y despotricar contra quienes no confiaron en él lo suficiente, debería concentrarse hoy en hacer autocrítica, trabajar más y esforzarse por demostrar, con hechos, no con dichos, que puede volver a ser el que fue.

Culpando a otros de su desempeño sigue pretendiendo exonerar al verdadero responsable de que su carrera no haya despegado lo suficiente. Ése, definitivamente, habita frente a su espejo.

witkerjor@yahoo.com

Twitter: @JorgeEWitker