¿Una afición sin memoria?

Hay cosas que no entiendo. Creo que, como aficionados, en México aún nos cuesta ser congruentes y justos, dos valores fundamentales para ser auténticamente fieles a una causa. Y hablo de aficionados, lo que no debe confundirse con ‘fanáticos’, que también los hay, a quienes el amor por un equipo o credo les convierte en seres muy poco pensantes y con los que no se puede debatir, ni con razones ni sin ellas.

Viene esta reflexión a propósito de los abucheos que Omar Bravo recibió, el pasado domingo, luego de errar el penalti ante Xolos. Entiendo la impotencia y rabia de los seguidores del Guadalajara, que llevan ya años sufriendo malos ratos y amarguras; pero deberían tener claro que Omar también sufre en carne propia igual o más que ellos. Tampoco es que quisiera que le aplaudieran después de fallar la pena máxima que pudo significar el primer triunfo del año para Chivas, pero creo que el máximo goleador en la historia de la franquicia merecía no ser tratado como cualquier otro futbolista.

Y entiendo que casi mil minutos sin marcar son demasiado para Bravo y para cualquier delantero; sin embargo, también me parece que el sinaloense no ha dejado de luchar en todos estos meses y que, más allá de la mala puntería, hay poco que reprocharle.

Incluso algunos de los problemas de vestidor que han trascendido en el Rebaño —y que suelen ser rutina en equipos en crisis— han brotado justamente por la intención de Omar Bravo de exigirle más compromiso a algunos de sus compañeros que parecen, si no cómodos con la situación, no tan preocupados por la penosa campaña que está teniendo el Rebaño, incapaz de ganar en las primeras ocho fechas, lo que al momento representa el segundo más largo inicio sin victoria en la larga historia del club.

En fin, suele decirse que el cliente siempre tiene la razón. No concuerdo.

witkerjor@yahoo.com

Twitter: @JorgeEWitker