Villano III, el ‘doloroso’ adiós de una leyenda

Villano III, el ‘doloroso’ adiós de una leyenda
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Villano III dio su última lucha en la edición 23 de Triplemanía, magno evento luchístico organizado por la empresa Triple A y que es conocido como el ‘Súper Bowl’ de la lucha libre.

Arturo Díaz Mendoza, de 66 años de edad, y 48 como luchador profesional, fue uno de los gladiadores más castigados en la historia de la lucha libre mundial

Su rostro era el claro ejemplo de su entrega en los cuadrilátero: en su frente, pómulos y barbilla se reflejan profusas y callosas cicatrices que hacen referencia a las sangrientas batallas que protagonizó contra Perro Aguayo, Atlantis, Rambo, Pegasus Kid, Sangre Chicana, Fishman, Rene Guajardo, Los Misioneros de la Muerte y muchas otras grandes estrellas del mítico Toreo de Cuatro Caminos y la ‘catedral de la lucha libre’: la

Arena México.

“Cada cicatriz y lesión en mi cuerpo es un trofeo de guerra, una medalla y todo fue por llegar a ser alguien en el deporte para el que nací”, afirmó Villano III

Integrante de una de las dinastías más importantes del pancracio mexicano, el luchador, también conocido como el Rey Arturo, es el tercer hijo de Ray Mendoza, luchador que dentro del ambiente era conocido como El jefe dedos chuecos, debido a las múltiples fracturas que tenía en todo su cuerpo.

Mendoza heredó a sus cinco hijos, quienes decidieron seguir sus pasos, el amor y la entrega al deporte de los costalazos, sentando las bases para la conformación de uno de los conceptos más rudos y sangrientos del pancracio mundial:

Los Villanos.

Con paso lento al caminar y dificultades para emitir palabras, debido a las múltiples lesiones en cadera, tobillos, rodillas, columna, entre otras, Villano III confiesa a La Razón que su paso por los cuadriláteros no fue nada fácil y que ser hijo de una leyenda respetada como Ray Mendoza, y hermano de los Villanos I y II, no le abrió la puerta del éxito, sino que a base de esfuerzo y sangre alcanzó la fama y la popularidad que lo consagraron en la lucha libre profesional.

La lucha más memorable del llamado Pantera Rosa fue el 3 de noviembre de 1991, cuando pudo despojar de su máscara al gladiador norteamericano Pegasus Kid, quien escondía la incógnita de Chris Benoit, que a la postre sería una de las máximas figuras de la empresa World Wrestling Entertaiment (WWE).

En su récord de aproximadamente 160 máscaras ganadas destacan la de Súper Astro, Rambo y La Cobra, además de más de 60 cabelleras como las del Perro Aguayo, Los Brazos, Sangre Chicana, Máscara Año 2000 y Pirata Morgan, así como innumerables trofeos que hasta hoy adornaron sus vitrinas.

Fue el 17 de marzo de 2000 cuando perdió la máscara ante Atlantis en la Arena México, lucha que marcó un precedente en la historia debido a que fue el primer Pago Por Evento (PPV) en la lucha libre mexicana y uno de los duelos que agotó entradas en el máximo recinto luchístico del país, por lo que la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), hoy conocida como Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), decidió instalar pantallas gigantes afuera de la arena para que los aficionados que se quedaron sin boleto conocieran el rostro del perdedor.

Ese día conocieron a Arturo Díaz Mendoza, culminando la historia del Pantera Rosa, naciendo el Rey Arturo, consagrando para la eternidad la leyenda de Arturo, El Rey Villano III