Amat Escalante: “Intuición y Espontaneidad”

Amat Escalante: “Intuición y Espontaneidad”
Por:
  • alicia_quinones

El joven director mexicano Amat Escalante está por presentar su más reciente filme: La región salvaje, que en los próximos días se exhibirá en el Festival de Cine de San Sebastián y en el 73 Festival de Cine de Venecia, junto con los más recientes trabajos de cineastas como Emir Kusturica, Ana Lily Amirpour, Tom Ford, Pablo Larraín, Terrence Malick, François Ozon, Wim Wenders y Denis Villeneuve, entre otros.

Con guión de Escalante y Gibrán Portela, La región salvaje retrata la historia de una joven madre que cría a sus hijos con su marido Ángel en una pequeña ciudad. Su hermano Fabián es enfermero en un hospital local. Sus vidas provincianas son alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica, una mujer que llega de un bosque. Una cinta que habla de la homofobia y la violencia de género desde el género de terror.

Desde sus inicios, Amat Escalante ha demostrado ser un cineasta con una personalidad creativa definida. Así lo ha demostrado en cintas como Amarrados (2002), Sangre (2005), Los bastardos (2008), Revolución (2010) y Heli (2013), con la que obtuvo nada menos que el premio como Mejor Director en el Festival de Cannes.

¿La región salvaje es otra historia nacida de la violencia?

Es el cuarto largometraje que he realizado. Terminamos la cinta hace poco, después de ocho meses de intenso trabajo, edición y postproducción. Fue una película apoyada con recursos de México, Dinamarca y Alemania. La historia retrata a una familia que vive en una pequeña Ciudad en México. El padre engaña a la esposa pero lo interesante, además del engaño, es cómo llega una joven del bosque y comienza a afectar la vida de esta familia de forma sobrenatural.

En primer plano propones una estética de la violencia, como en tus otros filmes.

Siempre me han atraído ciertos temas y situaciones que veo en la vida cotidiana. La mayoría tienen relación con la justicia y la injusticia, con las igualdades y desigualdades, no necesariamente en relación con la pobreza, pero sí con situaciones extremas, situaciones muy fáciles de encontrar en México... De ahí surgen temas como el maltrato a las mujeres, la homofobia,

etcétera, estos problemas que hemos visto agudizarse.

¿Por qué el terror y la violencia de género?

Me interesó abordar temas como el maltrato a las mujeres y la homofobia. Son “comunes”, pero trato de aproximarme a ellos de una forma diferente, mezclando géneros. Me atrae mucho el terror y el cine social. De hecho, dos anécdotas que se enlazan con lo social y el terror me inspiraron para esta cinta: una fue la historia de un enfermero que encontraron ahogado en un río de Guanajuato. El encabezado de la noticia, en lugar de dar cuenta de lo que representaba el crimen, decía: “Ahogan a jotito”. ¿Cómo era posible que este señor que ayudaba a la gente en un hospital sea rebajado a ser un simple “jotito”? Esta fue una de las semillas que dio origen a La región salvaje. Y el segundo tema es el caso de Lucero. La historia de una chica violada que se defendió ante tribunales pero fue maltratada por un juez. Gracias a las redes sociales, Lucero hizo público su caso y exhibió el sistema jurídico local. Yo quería buscar una razón para entender esta mentalidad tan violenta. Y quizá al no encontrar una razón en la realidad tan lógica y terrestre, llegué al terror.

La violencia per se es parte del terror.

En mis cintas exploro. En La región salvaje quise mostrar el interior humano más que las situaciones externas: me gusta más explorar a los personajes que a las situaciones. En Heli, por ejemplo, somos espectadores de la relación de un personaje con su madre, y desde allí podemos descifrar muchas cosas o saber por qué el personaje actúa de cierta manera. No me interesa mostrar, como tal, la violencia o el narcotráfico, sino que me interesa llevar a mis personajes a situaciones íntimas y desde ahí mostrar problemas sociales. Así aproximo las historias, tratando de atravesar el contexto y la situación política. La respuesta a los contextos políticos y sociales en mis películas radica en cómo mis personajes reaccionan en ciertos entornos. Como cineasta (no como lo hace un periodista, por ejemplo) me interesa más eso que explicar algo que investigué. Para mí la investigación es sólo inspiración. La gente no va al cine para que le expliquen una noticia. A mí eso no me atrae, y creo que a ningún espectador. Lo que sí funciona para mí es mostrar un mundo donde el espectador se puede identificar. Para mí es muy importante que los personajes reflejen situaciones que los mexicanos pueden vivir o reconocer.

¿Qué tanto hay de técnica y de intuición en tu cine?

Es algo de lo que siempre he sido muy consciente de proteger: la intuición y espontaneidad. Cada una de mis películas está muy separada de lo que soy, muy alejada de mí. No puedo explicar o entender este proceso al cien por ciento. Si entendiera el todo de una obra no la haría. Porque en cada parte de ese no entendimiento se encuentra la curiosidad por explorar los temas y personajes. En cada rodaje me gusta filmar algo que no está planeado, que no está en el guión, y muchas de esas cosas terminan en la película, le dan frescura y espontaneidad. Le dan una poesía particular, no intelectualizada.

Lo que me da flojera y rechazo son las películas intelectuales en su concepción, esos filmes en los que el cineasta sabe perfectamente qué quiere decir y se lo transmite al público sin dejar nada a la imaginación o las dudas. A mí me gusta jugar con la ambigüedad y la capacidad de asombro. Me gusta pensar que en mi cine hay historias con poesía.

Acabas de recibir un homenaje en Sarajevo. ¿Cómo se percibe esta violencia nuestra en esas latitudes?

Sólo tuvimos listos tres de los largometrajes y cortos. Nos fue muy bien. Confieso que no me gusta analizar lo que hago, ni dictar líneas sobre mi trabajo, no le veo utilidad, al contrario, me harían más consciente de lo que estoy haciendo y les quitaría la frescura. Lo que le interesó al público de Sarajevo fue la oportunidad de ver este cine, aunque sí hay una particularidad: la gente de allá percibe la tragedia y la comedia de distintas maneras, no como lo hacemos los mexicanos.