Aspirina

Aspirina
Por:
  • francisco_hinojosa

Hace veinte años publiqué un artículo en La Jornada sobre el centenario de la aspirina. Lo escribí porque en ese entonces había leído que Oliver Sacks (La jaqueca, Alianza Editorial, 1985) aseguraba que no existía un remedio único para curar los distintos tipos de migraña: el que aconsejaba como más eficaz, aunque insuficiente, era tomar un café o una infusión con una aspirina y soportar el dolor en un lugar lo más oscuro posible. En una edición aumentada y revisada (Migraña, Anagrama, 1992), el neurólogo daba algunas esperanzas farmacológicas que podrían lograr un mayor éxito para calmar los dolores e incluso para abortarlos.

Mauricio Ortiz, médico, escritor y editor que había leído ese artículo, me pidió que escribiera un libro sobre mi experiencia como doliente de una muy particular cefalea: Migraña en racimos, también conocida como mal de Horton o migraña del suicidio. En él cuento todos los remedios a los que acudí durante veintisiete años para combatirla con resultados muy variables.

Desde que lo escribí (Cuadernos de Quirón, 2006) hasta su reedición (Almadía, 2016), las migrañas desaparecieron sin saber cuál de esos remedios fue el responsable. Si bien la aspirina no lograba combatir el dolor, encontré otro remedio que no curaba, pero que sí hacía que el tormento disminuyera en intensidad y duración: el oxígeno, que sólo responde a este muy particular tipo de padecimientos. Entre una edición y la otra, me enteré del descubrimiento de nuevos tratamientos: uno tiene que ver con el ácido lisérgico (lsd) y el otro con los hongos alucinógenos, que igualmente sólo son útiles en esta minoritaria manifestación de las migrañas. Una vez publicada la segunda edición, me vi con un cirujano maxilofacial que me aseguró que las migrañas no están dentro de la cabeza, sino afuera, y que por lo tanto no son competencia de los neurólogos. Con microcirugías, me aseguraba, es posible lograr un modo de vida más digno para los dolientes.

El pasado 15 de junio la aspirina cumplió ciento veinte años de haber salido al mercado. Su descubrimiento se le debe a un químico alemán, Felix Hoffmann, en 1897. Según un artículo de El Universal, tan sólo en México se producen alrededor de 700 millones de tabletas anuales. Sirve como analgésico y antiinflamatorio, combate la fiebre y puede prevenir infartos al adelgazar la sangre y prevenir que se formen coágulos. A diferencia de otros analgésicos, como el paracetamol y el ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico irrita el estómago y, como

todos los medicamentos, se debe tomar con ciertas precauciones. Según el Vademecum y la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el médico debe evaluar si lo receta a aquellas personas que toman tres o más bebidas alcohólicas todos los días, restricción poco conocida entre quienes

consumen aspirinas, a diferencia de la muy difundida creencia de que los antibióticos se anulan si quien los

ingiere lo hace con una copa en la mano. Al menos eso es lo que leo en la literatura médica al respecto de las interacciones que tienen algunos medicamentos con el alcohol etílico. Aunque no es buena la idea de mezclarlos, existe otro riesgo: hay quien prefiere tomarse una copa y saltarse la toma del antibiótico, lo cual fortalece la resistencia de las bacterias.

Desde hace años, tomo por las mañanas una aspirina protect, con prescripción médica, y trato de

no consumir analgésicos. Aunque no siempre es posible cuando hay dolores intensos (hace poco me rompí una costilla) o cuando la fiebre quiere combatir alguna infección. Pero lo que yo haga, es mi problema. Lo que decida el lector de esta nota debe seguir el protocolo profesional: antes de meterse cualquier químico a la boca, la nalga o la sangre: consulte a un especialista.

Cito a Montaigne:

Siempre he despreciado la medicina: cuando me enfermo no me resigno a ella, sino que la aborrezco y le temo, y les pido a quienes quieren que tome medicamentos que por lo menos esperen hasta que haya recuperado las fuerzas y la salud para poder soportar el esfuerzo y el riesgo que implica tomarlos.