Café Vago Imperial

Café Vago Imperial
Por:
  • carlos_velazquez

En la tierra de la tortuga ahogada existe un espécimen endémico que responde al nombre de José Ignacio Solórzano. Also know as Jis. Este molusco es monero (niños escondan a sus mamás), melómano y facebookmaniaco. Junto a Trino conforma una de las duplas humorísticas más memorables desde que le quitaran tres ceros al peso, con quien perpetra el espacio radiofónico La chora interminable (en Spotify). Es transparente como una botella de Evian. Desde hace décadas publica en Milenio una suerte de autobiografía en su cartón “Otro día”, Karl Ove Knausgård se la pela. Habitué del estriptis emocional, habló de la apertura del Café Vago Imperial (Guadalupe Zuno 2143, Colonia Obrera, Guadalajara).

Pensé que está no era tu primera incursión en el bisnes.

Claro que es el primer restaurante en el que estoy inmiscuido. El Gaspar (de hamburguesas gurmet) es de Kenya, mi mujer, y de otros socios. Vago Imperial comenzó precisamente porque Kenya me sugirió que nos asociáramos con Juan Carlos Yerenas, el master del café a la vuelta de la casa: El Terrible Juan, donde lo conocí, me hice fan de su café y empecé a ir a diario. Entonces Kenya me dijo que se nos iba demasiado presupuesto en mis cafecitos. Que mejor nos asociáramos con Juan para que cuando menos me saliera gratis el consumo.

¿Le estás declarando la guerra a la torta ahogada?

Soy un aficionado tardío a la torta ahogada, pero estoy verdaderamente convencido de que es una gran cosa de la región. Actualmente mis favoritas son las de buche. Jamás la declararía la guerra a las ahogadas. De hecho, ahora que lo dices sería bueno incluirlas en el menú. Del menú actual del Vago hay varias cosas que me gustan mucho, si es para desayuno los chilaquiles verdes con lengua me fascinan.

¿Los cafés se pusieron de moda de nuevo en Guadalajara?

Me da la impresión de que es uno de los tantos rubros en que Guadalajara está teniendo una especie de boom. Yo no era tan aficionado a los cafés en mi juventud, pero creo que la oferta ahora es bastante buena, y veo que siguen apareciendo cafés y restaurantes y galerías y barberías y escuelas de yoga, etcétera. ¿Será de esas cosas que hay que agradecerles a los hipsters?

De dónde sacas tiempo y energía para tanta actividad. Qué sigue, ¿vender birria los domingos?

"Vago Imperial fue el nombre que elegí como mi nombre de batalla cuando quise ser dj".

No me considero especialmente energético, pero por la forma de decirlo me hiciste sentir activo, emprendedor, y te lo agradezco. Soy un Molusco Imperial que se maneja a ritmo semilento, pero como casi no reviento y soy muy rutinario, puedo cumplir con mis obligaciones productivas de forma bastante confiable. La birria es otra de las maravillas de la región. ¿Cómo podríamos hacer una birria hipster para el Vago? ¿Con acentos de arúgula y quinoa?

¿El café es una de tus drogas favoritas?

Una de las cosas tristes de la edad es tener que ir dejando los vicios. Ruego a los dioses moneros que no me los quiten todos, por favor. Me queda, efectivamente, el café (mi dosis diaria son tres long blacks y un macchiato), los puros, y en alguna fiesta a la que le vea el perfil adecuado, algún psicotrópico. Pero sí, básicamente el café. Y las redes sociales y Netflix.

Cómo surgió el nombre de Vago Imperial.

Vago Imperial fue el nombre que elegí como mi nombre de batalla cuando quise ser dj. Mi carrera de dj duró dos meses. Pero el nombre siguió conmigo. A veces lo completo: Vago Molusco Imperial. Algunos amigos me dicen Imperial Vaggins. Otros me nombran Pelucas Mi Alegría, y los más aventajados me dicen la Tía Pelancho.

¿Vago Imperial es un negocio o un pretexto para agasajar a tus cuates? ¿Eres el gerente o la atracción principal?

Yo no tengo idea de cómo hacer que funcione un negocio. Por eso la operación la lleva Juan Carlos. Mi papel, aparte de ser (con Kenya) socio inversionista, es bastante ornamental. “Tómese una foto con el Molusco Monero mientras desayuna”.

¿Algún día dejarás Guadalajara?

Nunca me iré. Soy Molusco. Los moluscos no se mueven. Tendría que ser una marea muy poderosa para que, sin que enterarme, termine en un lugar lejano, como Tlaquepaque.