Cigarretes After Sex y 1000mods

Cigarretes After Sex y 1000mods
Por:
  • rogelio_garza

Lo más suave y lo más duro del rock actual sonó en vivo en foros de la Ciudad de México. Dos grupos en su mejor momento fueron los extremos que se tocaron: los melosos ambientales Cigarettes After Sex en el Frontón México y los ultra porreros 1000mods en el Foro Indie Rocks.

1. Fue demasiada la tentación cuando me invitaron de a grapa al concierto de Cigarretes After Sex, el cuarteto del compositor, cantante y guitarrista oriundo de Texas, Greg Gonzalez. Su primer álbum apareció apenas en 2017, tienen un EP y algunos sencillos, pero la fila para entrar le daba vuelta y media a la manzana. Relleno total y un furor femenino sensacional. Con imágenes melancólicas que brillaban al fondo, tocaron su repertorio de quince canciones etéreas, pop lento y dulce con un filo dramático, oscuro, entre Chris Isaak, This Mortal Coil y Mazzy Star. Sentí que tocaron una canción de hora y media, un arrullo lineal, monótono y meloso. El bajo y la batería no variaron, el teclado sólo creó una atmósfera somnífera para la voz andrógina de Gonzalez y sus pinceladas melódicas de guitarra. Música ambiental, sumergida en el estado de ánimo después del sexo al que apelan.

 

El bajo y la batería no variaron, el teclado sólo creó una atmósfera somnífera para la voz andrógina de Gonzalez.

 

2. El stoner o rock macizo que desciende de Black Sabbath, Blue Cheer y Hakwind, con sus tonos bajos de guitarras gordas distorsionadas, nos colocó frente a la monstruosidad sónica de 1000mods. Abrieron Johnny Nasty Boots y las estupendas L. A. Witch, antes de echar a andar la flota de amplificadores Orange a todo volumen. El cuarteto griego salió a tocar sus bloques de sonido voladores, piezas de grandes dimensiones, largas y espesas, lentas y veloces, con subidones y caídas estrepitosas de riffs engrasados. El material de sus tres discos para oídos de artillero: Super Van Vacation (2011), Vultures (2014) y Repeated Exposure To (2016). Sonaron canciones incandescentes en el cráter de un volcán eléctrico: “Above 179”, “The Son”, “Claws”, “Groundhog Day”, “Low”, “On A Stone”, “Vultures” y “Road To Burn”. Se alzaban como dinosaurios metálicos que corrían con enormes pisadas. Y el personal expuesto, vapuleado, arriesgando los tímpanos en la estampida musical encabezada por el bajo y la voz de Dani G. Cada maquinación era una espiral guitarrera que retumbaba y mantenía la tensión explosiva en los acordes de poder. Cerraron con “Vidage”, tributo a “Fortunate Son” de los Creedence que galopó en un torbellino de óxido. Ya nos íbamos con el zumbido entre los oídos cuando reaparecieron para rematar con “Super Van Vacation” y un solo de pedales a mano que sacó chispas espaciales. Psicodelia y ciencia ficción a su máxima potencia, a 1000mods de intensidad.