El jazz es un telescopio

El jazz es un telescopio
Por:
  • rogelio_garza

Para un negro angelino es casi un destino ser pandillero y, si sobrevive, músico. Pero el de Kamasi Washington parece estar escrito en las estrellas. El jazzista más sonado publicó su sexto disco, Heaven and Earth, una continuación de The Epic que explotó en el centro del universo musical en 2015. Con 37 años, el músico, compositor y productor divide opiniones nivel Venus-Marte: para unos es un exceso intelectual sobrevalorado o el Miles Davis de la hipsteriza, pero en otras esferas se le escucha como un innovador en la tradición jazzística.

Son seis los discos de Kamasi hasta el momento, las tres autoproducciones previas a su ascenso, entre 2005 y 2008: Live at 5th Street Dick’s, The Proclamation y Light of the World, que anunciaron la llegada del hijo disruptivo (para estar a tono hipster) de John Coltrane y Sonny Rollins. Afinado como etnomusicólogo en la UCLA, después de templarse al lado de Gerald Wilson y su big band, Stanley Clark, Quincy Jones, Herbie Hancock, Lauryn Hill, Snoop Dogg y Kendrick Lamar en el estupendo To Pimp a Butterfly, Kamasi decidió sacudir al mundo con su saxofón tenor —medio— y la tropa de músicos The Next Step.

"Todo forma parte del mismo big bang épico, los viajes orquestales, los coros, los pasajes de bossa nova".

The Epic es un disco triple monumental. Es la nebulosa de la que brotan no sólo 173 minutos de jazz progresivo, sino los discos que le han sucedido hasta el momento con su sonido fantástico y envolvente. Los ataques instrumentales y corales remiten de inmediato a la música estelar de Alexander Courage para la serie original Star Trek y parecen decir: jazz, the last frontier, antes de lanzarse al espacio de la improvisación. Enseguida apareció Harmony of Difference, para la instalación multimedia en el Museo Whitney de Arte Americano en Nueva York.

Heaven and Earth apareció como doble, pero es triple porque vino con el EP The Choice. Y todo forma parte del mismo big bang épico, los viajes orquestales, los coros, los

pasajes de bossa nova a la Stan Getz y particularmente los solos de cada instrumento en composiciones que oscilan entre los 9 y 12 minutos. Los de saxofón son espectaculares y “The Space Travelers Lullaby” es el parpadeo de un astro. Para los amantes de las jam bands es un festín. Perfeccionistas que se dejan ir en el cosmos musical. Como afro combativo, seguidor de Malcolm X y DIY, allá abrió con “Change of the Guard”, acá con “Fists of Fury”, su versión del tema de Bruce Lee, y la letra “Our time as victims is over. We will no longer ask for justice”. Pero los puristas y los despistados pusieron el grito en el cielo. Que improvisar no es una aventura, dicen, es un arte que requiere toda una vida. Kamasi tiene una visión distinta: “el jazz es un telescopio”. Sin duda lleva el género más allá de sus confines, hacia otros mundos.