El Mundial y los derechos de los jugadores

El Mundial y los derechos de los jugadores
Por:
  • alejandro_de_la_garza

De visita en el rincón de la portería “donde las arañas hacen su nido”, el escorpión reitera su actitud de “villamelón” ante el futbol, deporte del cual nunca ha entendido mucho y menos ante las respuestas de sus expertos amigos cuando les pregunta a qué juega la selección mexicana. No obstante, al arácnido le interesa el futbol como fenómeno económico y sociológico, pues ve fluir cantidades fabulosas de dinero sospechoso por las canchas profesionales así como fluyen las pasiones nacionalistas y esperanzas inauditas de los fanáticos.

Por ejemplo, junto con todo el mundo el alacrán sabe de las trapacerías de la FIFA, una de las multinacionales más corruptas y poderosas del planeta, cuyos dirigentes han sido expulsados y encarcelados y, no obstante, el dinosaurio de la corrupción sigue ahí. De igual forma, los politólogos caracterizan al gobierno ruso como uno de los más corruptos y capturados por mafias económicas. Pues bien, estas dos entidades a todas luces desconfiables organizaron el Mundial de Rusia 2018 y, no obstante, a sabiendas de todo ello, los fanáticos, aficionados y “villamelones” como el arácnido disfrutarán y se emocionarán con esa competencia futbolística, en la cual, como es sabido, al final siempre gana Alemania.

Tras años de intentos fallidos, en 2017 se constituyó una Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales.

Acaso por este sano escepticismo y su agudo juicio crítico (¿será?), al venenoso lo invitaron hace unos años a una feria del libro a presentar La economía del futbol, de Ciro Murayama (Cal y Arena, 2014), una suerte de introducción al análisis económico de esta industria, donde se revisa la transacción económica entre, por un lado, los equipos y sus insumos (los jugadores y su situación laboral), y por el otro, los consumidores, así como el papel determinante de los intermediarios: los medios de comunicación y los patrocinios.

En el caso de México, destaca el análisis de los derechos laborales de los jugadores, los cuales son amañados y con frecuencia violados. Aquí quería llegar el rastrero, pues tras años de intentos fallidos, en 2017 se constituyó una Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales, encabezada por los jugadores de mayor peso profesional, quienes por estos días pusieron en jaque a los prepotentes dueños de los equipos y de los medios de comunicación, y han advertido de la posibilidad de no “saltar a la cancha” en el último partido del torneo si sus demandas no son atendidas. Incluso hablaron de no asistir al Mundial en caso de ser sometidos de nuevo a la arrogante voluntad de los poseedores del juego, los equipos y el espectáculo.

El escorpión iza su aguijón, lanza una porra y brinda una ovación cerrada a estos cracks mexicanos por estar dando su mejor partido.