León de Greiff

León de Greiff
Por:
  • francisco_hinojosa

Estaba en Medellín cuando recibí una llamada de Joaquín Díez-Canedo para invitarme a presentar la obra completa de León de Greiff en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario. Me extrañó la llamada porque mi pasión por su poesía se remonta a cuando yo tenía veintiún años. ¿Quién podría acordarse de mi gusto por su obra tanto tiempo después? Además estaba precisamente en la tierra que lo vio nacer. Quedé de consultar la agenda a mi regreso para poderle dar una respuesta, que tuvo que ser negativa por tener un compromiso adquirido con anterioridad. Sin embargo, era un buen pretexto para releerlo.

Conocí a De Greiff gracias a Carmen Boullosa. Ella, que sabe mucho más que yo de poesía y de otras muchas cosas, me leyó un día un soneto del colombiano que iniciaba con estas dos cuartetas: “Seor Satán estaba sitibundo / —Noé a su vera y en las mismas—; nada / para beber, si no de avena helada / cuatro pintas: ¡brebaje tremebundo! // Metafísicos, Hamlet, Segismundo / —el tercero era Kant— parlaban; cada / cláusula suya ingente carcajada / suscitábale a Falstaff rubicundo”.

Creo que fue la primera vez que sentí que la poesía y la música se tocaban tan de cerca y tan naturalmente. Conservo, ya muy releída, la obra completa de De Greiff publicada en 1975 por la Editorial Tercer Mundo. Al ver Carmen la fascinación que me habían causado sus poemas, tachó su nombre al frente del libro para poner el mío. Fue uno de otros muchos regalos que me dio: no sólo esos dos tomos de poesía, sino un mundo que habría de marcarme como lector y como escucha. Poco después, apenas un año antes de su muerte, hice una antología y le escribí un prólogo para la colección Material de Lectura de la UNAM.

"Creo que fue la primera vez que sentí que la poesía y la música se tocaban tan de cerca".

León de Greiff nació en Medellín (1895). Descendiente de suecos y alemanes, los personajes que adoptó en su poesía dan cuenta de este doble origen: exhiben una extraña mezcla de sus raíces nórdico-europeas y el trópico colombiano. Parte de este sobrepoblado mundo de fantasmas ancestrales, sueños y mitos que lo habitan y que cantan a través de él está integrado por Erik Fjordsson, Sergio Stepansky, Leo de Gris, Matías Aldecoa, Bogislao, Gaspar von der Nacht, Guillaume de Lorges y Hárold el Obscuro, entre otros. Y las actividades que ejerce a través de estos distintos personajes no son menos numerosas: vikingo, pirata, bufón, juglar, clown, trovador, acontista, paleógrafo, titerero, vagabundo, cazador y toda suerte de aventureros y trotamundos, casi siempre nómadas, forasteros, eremitas. Raros.

Decía a propósito Jorge Zalamea: “Su cualidad excelsa es la del creador de un universo perfectamente identificable en sus paisajes, en su fauna y su astronomía, en sus poblaciones, en sus héroes y en sus beldades; un universo al que podemos penetrar no simbólica, sino físicamente”.

Muchos años después, compartí con Álvaro Mutis mi admiración por la poesía de De Greiff, de quien fue un buen amigo. Me contó que sufrió un fuerte regaño de su parte porque escribió un poema titulado “La muerte de Matías Aldecoa”. ¿Cómo se había atrevido a matar a uno de sus personajes, que por cierto bien podría haber tenido un parentesco con su Maqroll el Gaviero?

Su obra está íntimamente ligada a la música: canciones, suites, baladas, cantigas, rapsodias, ritornelos, arietas, sonatinas. Mucha música de cámara dicha, versificada, vuelta a entonar. El cantante Leonardo Álvarez se animó a cantar-leer algunos poemas de De Greiff, como el “Relato de Sergio Stepansky”. No sólo eso, montó un restaurante, bar y rumbeadero con el nombre de uno de ellos: “Ramón Antigua”. Inclasificable, lejano a cualquier vanguardia compartida por sus contemporáneos, el crítico literario Juan Felipe Toruño afirmó que su poesía pertenece a un -ismo del cual es el único representante: el sinfonismo (su hermano Otto fue uno de los grandes musicólogos colombianos). “Sólo la música es. La Poesía, la Música son una sola Ella. / Y Ella, cualquier Ella, lo sortílego / si sombra efímera huidera”.

El sábado 29, cuando salga esta nota, se presentará el libro en la FILUNI, a las 16 horas.