Liberales = conservadores

Liberales = conservadores
Por:
  • alejandro_de_la_garza

El alacrán dejó su nido en la grieta del muro para trasladarse al ornamentado salón de eventos sociales de la Señora Academia —todo terciopelo, coñac y candelabros—, y desde la gayola del decimonónico teatro, observar la renovada retórica desatada por los autonombrados liberales de hoy en su esfuerzo por distanciarse o diferenciarse del conservadurismo.

Debate teórico digno del siglo XIX, como si Díaz hubiera vuelto por sus fueros de la mano de sus intelectuales choznos. Discusiones de coctel y pista de baile, toreo de salón, boxeo de sombra, defensa con espíritu de cuerpo de la “comentocracia” poseedora de la verdad en la prensa y los medios, pero no en redes sociales.

Estos intelectuales autodefinidos hoy como “liberales”, renovaron su credo a partir de los años noventa del siglo viejo para diferenciarse del “satánico” intelectual neoliberal. Pero el arácnido recuerda el viejo dicho: los conservadores van a misa de 7, los liberales a la de 12 y los neoliberales-neoconservadores le besan el anillo al Papa a la primera oportunidad. Unos y otros (con o sin el “neo”) han sido privilegiados tanto por los gobiernos del PRI como los del PAN, y desde hace un siglo son lo mismo. Ni los neoconservadores se diferencian ya de los neoliberales. Sus discusiones son retóricas, académicas o teóricas. No hay diferencias de fondo entre ellos.

Tanto los conservadores como los liberales tienen años preservando sus privilegios y oponiéndose al cambio del status quo, reitera el escorpión antes de preguntar: ¿de verdad pensaron en el PAN como un cambio o siempre buscaron que sus privilegios no fueran afectados?

Esos intelectuales liberal-conservadores de nuestras sociedades capitalistas dicen apoyar los principios mínimos del “liberalismo del nuevo siglo”: elecciones democráticas (¿no fraudulentas?), libertad de prensa, reivindicación de los derechos de mujeres, indígenas y minorías; el matrimonio gay y su derecho a la adopción, el libre albedrío para consumir cualquier sustancia sin riesgo para los demás.

Acaso también, expandiéndoles un poco la conciencia, acepten a regañadientes el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Pero este pseudo liberalismo tiene un límite: apoya y reconoce la posibilidad de cambiarlo todo menos un ápice del sistema económico dominante no obstante sus ineficiencias, estragos sociales y resultados en términos de precariedad económica e inequidad.

Dentro del modelo neoliberal capitalista, ser conservador o ser liberal es lo mismo. Es sólo cuestión de matices, le recuerdan al venenoso ya en su nido, pues Obama parecía una palomita cuando en realidad era un halcón magnánimo, mientras Trump parece y es un halcón ruin.