Rulfo y el pensamiento cultural oficial

Rulfo y el pensamiento cultural oficial
Por:
  • alejandro_de_la_garza

¿Existe un pensamiento cultural oficial?, medita el alacrán desde su nido en lo alto del muro descarapelado. Más allá de los beneficiarios y asalariados de ese pensamiento, siempre dispuestos a justificarlo y a solicitar o repartir recursos para sus proyectos, el rastrero observa en este “modo” de afrontar las tareas culturales gubernamentales una enorme burocracia, distribución clientelar y política del presupuesto y, desde luego, corrupción y conflictos de interés.

Tras la maniobra del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien disfrazó recursos para su promoción personal destinándolos falsamente a la Secretaría de Cultura local, inauguramos ahora el año con otro conflicto de interés: la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, a cargo de la priista Angélica Mondragón, asignó 16 millones de pesos para los proyectos Amor en tiempos de ópera, El color de México y Pueblerismo, presentados por su hermana Carmen Mondragón, cuyo único acercamiento conocido a la cultura es su homonimia con la poeta y pintora Nahui Ollín (María del Carmen Mondragón Valseca, 1894-1978).

Todo mientras en los mentideros culturales se jugaba conquián con la baraja de candidatos a la Secretaría de Cultura (esa Matrix del pensamiento cultural oficial), y la ganadora resultó María Cristina García Cepeda. Al venenoso le urge conocer al subsecretario de Diversidad y Fomento a la Lectura para conocer sus funciones.

El rastrero inició el año leyendo la carta de la Fundación Juan Rulfo, dirigida a la Presidencia y la Secretaría de Cultura, donde establece un programa propio para celebrar el centenario del autor y les solicita por favorcito que se abstengan de realizarle homenajes públicos, así como de “gastar cualquier suma, por pequeña que sea, en otro tipo de actividades, generalmente de naturaleza efímera y evidente sesgo político a favor no siempre del homenajeado sino de quienes se acercan a su nombre en estas ocasiones.

No queremos que el dinero siga justificando promoción de reflectores para un grupito de escritores de cuarta o quinta categoría, expertos en hablar en homenajes y en figurar bajo el reflector como expertos en todo, que no lo son en nada”, escribió Víctor Jiménez, director de la Fundación.

Con estas precisiones sobre la lógica del pensamiento cultural oficial, el escorpión regresa a su cicatriz en el muro, como dicen los abogados, “con su argumento probado”.