Selección iberoamericana de futbol y poesía
Vinícius de Moraes (Brasil, 1913-1980)
EL ÁNGEL DE LAS PIERNAS CHUECAS
A Flávio Porto
A un pase de Didí, Garrincha avanza:
el cuero junto al pie y el ojo atento.
Dribla a uno y a dos, luego descansa
como quien mide el riesgo del momento.
Tiene un presentimiento, así se lanza
más rápido que el propio pensamiento,
dribla uno más, dos más, la bola alcanza
feliz entre sus pies, los pies del viento.
La lleva, así la multitud contrita
en un acto de muerte se alza y grita
en unísono canto de esperanza.
Garrincha, el ángel, oye y dice: ¡goooool!
En la imagen la G chuta en la O
dentro del arco entonces la L danza.
Homero Aridjis (México, 1940)
FUTBOL
El equipo no llegaba a once jugadores.
Éramos ocho: cinco delanteros, dos
[defensas
y el chico más pequeño, el portero.
En el campo, mitad tarde, mitad pasto,
los uniformes eran nuestras sombras.
Por la falta de goles, el árbitro inventó
[un penalti
y una niña descalza tiró el castigo.
La portería no tenía travesaño
y la pelota llegaba a las gradas,
donde una adolescente de piernas
[gordas
nos veía jugar con ojos alelados.
Pelotearla no nos parecía ético,
y se salvó de nosotros por su pecho liso,
sus nalgas planas y nuestro desgano.
Puesto el sol, atontados por el polvo
nos marchamos del campo deportivo,
y nuestra espectadora solitaria
se quedó olvidada entre las gradas.
Jesús Munárriz (España, 1940)
BALOMPIÉ
Veintidós hombres y un balón: un juego,
una guerra pacífica.
Fronteras, territorios,
puertas que defender, áreas, castigos,
tácticas, estrategias,
ataques, retiradas,
pero eso sí, con árbitro
y con reglas.
Un juego de intemperie: veintidós
mocetones luchando
por una bola
suelta.
A ver quién se la lleva
y quién la mete
entre los tres palos.
Y millones de bobos,
como yo,
contemplándolos
en el televisor.
¿De verdad no tenemos
nada mejor que hacer?
Carlos Ferreira (Argentina, 1946)
MUNDIAL
Aquello fue mundial.
Hicimos pelota nuestros miedos,
le pusimos un caño a los horrores,
apartamos de taquito la miseria,
gritamos el horror como si fuera un gol,
eludimos la angustia,
gambeteamos el nudo
que nos poblaba el vientre.
Desde el fondo de los ríos,
desde alguna fosa en común
que ya no importa,
los destrozados muertos
vinieron a llorar
la inexplicable fiesta.
Cuando bailamos en aquellos días,
qué dulce fue el mareo del engaño,
cuántas ganas de ignorarlo todo,
de creer que había vuelto
el perfume de las buenas cosas.
Lo malo fue el final,
indigno y torpe:
aquellos cadáveres volviendo
al lecho de los ríos,
a las comunes fosas
meneando las cabezas,
canturreando una canción de olvido.
Y nosotros allí, con esos bombos,
con esas insensatas banderas sudorosas,
con el mundo al revés,
hechos pelota.
[caption id="attachment_770050" align="alignnone" width="696"] Umberto Boccioni: Dinamismo de un futbolista. Óleo sobre tela, 1913. Foto: Especial[/caption]
Luis Alberto de Cuenca (España, 1950)
A ANDRÉS INIESTA (EL DE LA SELECCIÓN, QUE NO EL DEL BARÇA)
Tienes a Fuentealbilla alborotada
y a España entera para ti dispuesta
como una novia ante el altar, ¡oh, Iniesta,
paladín del balón y la patada!
Marcaste el gol del triunfo. ¡Qué trastada
para los holandeses y qué apuesta
de futuro para esta descompuesta
tierra española, tan desvertebrada!
Saludo tu honradez e inteligencia
en este tiempo de impudor idiota
que se revuelca en lodos de indecencia.
En ti saludo al inmortal patriota
que con su gol contuvo la violencia
de quienes quieren una España rota.
(Madrid, 3 de enero de 2010)
Carlos Trujillo (Chile, 1950)
CASTRO 1950
Entre junio y julio
Brasil se llenó de fútbol
con el retorno de los Campeonatos
[Mundiales.
Brasil se llenó de fútbol
y las radios llevaron los partidos y los goles
hasta donde llegaran sus ondas
tiritonas y entumecidas,
pero fue Uruguay el que hizo historia
hinchando las redes amarelhas
amargándoles el carnaval
a los cariocas.
Esos domingos llovió como nunca
recordarían los muchachos de entonces
veinte o treinta años después
en el Bar de don Marciano
y quién sabrá si llovió o no llovió
en esos días de mitad del año
aunque dicen que en Castro llueve igual
aunque no haya ni una nube en leguas a la
[redonda.
Lo único indesmentible de esos días
es que en la pampa de las monjas
los muchachones de la Puntechonos
y los de la San Martín/Piloto Pardo
se enfrascaron en sus propias versiones
[del Mundial
Cada sábado y cada domingo
y cada tarde de esas semanas
regresaron a casa cubiertos de sudor
[y barro
soñándose Roque Máspoli
Obdulio Varela
Ademir, Zizinho
o cualquiera de esos nombres
que llegaban a sus oídos inocentes
como los ecos que traían esos aparatos.
Por entonces
Pelé aún no empezaba a hacer filigranas
con una pelota de goma
en algún campito pedregoso.
Todavía le faltaban ocho años
para ganarse un lugar en los sueños
de esos adolescentes
sudorosos y embarrados
que olvidaron hasta la lluvia
y los temporales.
[caption id="attachment_770051" align="alignnone" width="696"] Pablo Picasso: El futbolista. Escultura de chapa, 1913. Foto: Especial[/caption]
Margarito Cuéllar (México, 1956)
GOL DE ORO DE CRISTIANO RONALDO
Esta es la historia/
Picasso traza las primeras líneas del
[Guernica.
Yo argonauta en los Jardines del Retiro
despejo de falsos feligreses
el Recinto Espiritual de mi amada.
“Recinto espiritual” llamamos a su pubis
si el rastrillo da cuenta de su núbil jardín.
Paseo mis dedos sobre sus notas
[húmedas
y el viento me devuelve las costillas de
[un arpa
adquirida en pagos en un bazar.
En resumidas cuentas/
Cristiano Ronaldo anota gol de oro
Picasso pinta
y yo gozo el cuerpo extendido
—pájaro atravesado por la noche—
de mi amada.
Arturo Dávila (México, 1958)
NIÑESTESIA
El cielo siempre verde
la media luna azul
pura la infancia pura
y el grito alegre y púrpura
que celebraba un gol.
Marta Miranda (Argentina, 1962)
DOMINGO
La noche está preciosa
tu voz
en el teléfono
es suavísima
y muestra
una clara excitación
Te he invitado a casa
pero no
no querés venir
a pesar que te tiento
con cositas para vos
Parece un juego
porque aunque digas no
tu voz sigue suavísima
y la excitación
no hay dudas
ha crecido bastante
Dale insisto
la noche está buenísima
pero un rumor
como de masa
me llega con tu voz
del otro lado del teléfono
despabilada
y ya convencida
de que no tendré éxito
patadita final
igual lo intento
dale vení
que dos pelotas
entretienen más que una
José Eugenio Sánchez (México, 1965)
PIES CALIENTES CABEZA FRÍA
chucho fino extremo izquierdo hábil y
[caracolero
de los que ya no hay
corre hacia el banderín de córner
y orina
el colegiado le muestra la primera tarjeta
[del partido
chucho orina al árbitro
al árbitro suplente
al inspector autoridad
el botiquín
a los hinchas del santos
y el resto de la fanaticada lo vitorea
chucho chucho oe oe oe
el juez exige garantías
uno de los directivos del rival prueba
[los orines
y exige por fax que la fifa intervenga
rumora un caso de dopaje
los compañeros y el entrenador intentan
[calmar a chucho
y chucho orina a los abanderados
a los comentaristas fotógrafos aguador
[médico porristas
psicólogo del equipo
las siete pelotas oficiales en el terreno
[no botan ni a los tobillos
los ultras se desgañitan celebrando ese
[once que se atreve
y alegre inventa una cascada en los rincones
y amenaza con orinar la vitrina de trofeos
de la selección brasileña
y argentina y uruguaya y paraguaya
[también
qué noche
chucho fino extremo izquierdo hábil
[y caracolero
de los que ya no habrá (por
[recomendación de concacaf)
con gafas oscuras como si hubiera volado
[un penal
o borracho como si lo hubiera metido
camina por el boulevard
[caption id="attachment_770052" align="alignnone" width="696"] Ángel Zárraga: Futbolistas en el llano. Óleo sobre tela, 1914-1928. Foto: Especial[/caption]
Julia Santibáñez (México, 1967)
ESCENA DOMÉSTICA
Mi hija llega del futbol.
Le digo que se arregle para ir a la comida,
nos esperan.
Va dejando huellas de lodo en el piso.
Se le ve en la cara que estuvo gritando,
que viene de meter goles
y dar grandes tragos de agua.
Al rato llevo en el coche a una niña
[domesticada,
sin sudores de cancha.
Alguien dibuja una sonrisa a sangre fría.
POETAS INCLUIDOS EN ESTA MUESTRA
Vinícius de Moraes. Figura primordial en la poesía brasileña del siglo XX. La pieza que publicamos está incluida en Todos los ritmos. Siete poetas de Brasil, traducción de Eduardo Langagne, Círculo de Poesía, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, Puebla, 2012.
Homero Aridjis. Poeta, novelista, ambientalista y diplomático. Entre sus libros: Del cielo y sus maravillas, de la Tierra y sus miserias (2013). Hizo la antología Poesía en movimiento. México 1915-1966 (1966), junto con Octavio Paz, Alí Chumacero y José Emilio Pacheco. El poema que publicamos está incluido en La poesía llama, Fondo de Cultura Económica, México, 2018.
Jesús Munárriz. Poeta, traductor y editor. Entre sus libros: Los ritmos rojos del siglo en que nací. Un cuento triste (2017), Museo secreto (2012), Peaje para el alba. (Antología 1972-2000). En 2006 obtuvo en Milán el Premio Internazionale di Poesia Clemente Rebora.
Carlos Ferreira. Periodista y poeta. El texto que publicamos forma parte de A mi juego. Poemas en dos tiempos, Ediciones Colihue, Argentina, 2013.
Luis Alberto de Cuenca. Poeta, filólogo, traductor, ensayista. Ha recibido diversos premios internacionales. Entre sus libros: Cuaderno de vacaciones (Premio Nacional de Poesía en España, 2015), Los mundos y los días. Poesía completa (cuarta edición, 2012), El reino blanco (2010), La vida en llamas (2006).
Carlos Trujillo. Poeta y crítico literario. Entre sus libros: Si no fuera por la lluvia (2013), Postales de Filadelfia (2012), Música en la pared (2010).
Margarito Cuéllar. Poeta, cuentista y crítico literario. Entre sus libros: Las edades felices (Premio Carlos Pellicer 2014), Cuaderno para celebrar (2012), Música de las piedras (2012), Pata de perro (2011).
Arturo Dávila. Poeta, ensayista y crítico literario. En 1991 recibió el Premio Pablo Neruda. Entre sus libros: Sátiras (2017), Alfonso Reyes entre nosotros (2010), Poemas para ser leídos en el metro (2003), Catulinarias (1998), La ciudad dormida (Premio Sor Juana Inés de la Cruz 1995).
Marta Miranda. Poeta. Entre sus libros: Nadadora (2008), El oleaje (1997). El poema que publicamos forma parte de La misma piedra, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2002.
José Eugenio Sánchez. Poeta, guionista y realizador de videos. Entre sus libros: Galaxy Limited Café (2011), Physical Graffiti (Premio de Poesía Fundación Loewe, 1998). El texto que publicamos forma parte de La felicidad es una pistola caliente, Visor, Madrid, 2004; Almadía, México, 2017.
Julia Santibáñez. Poeta, editora y traductora. Entre sus libros: Eros una vez (Premio Internacional de Poesía Mario Benedetti, 2017), Versos de a pie (2017), Ser azar (2016), Rabia de vida (2015). Conduce el programa de radio BAzar de Letras.
-
Alerta en 5 estados por la caída de nieve y aguanieve
-
El balasto calcáreo del Tren Maya
-
A Luis R. Conriquez le da brutal golpiza su ex esposa al verlo con su nueva novia | VIDEO
-
Sala regional del TEPJF baja candidatura de Santiago Nieto al Senado por Querétaro
-
Presas del Cutzamala, a un paso del límite crítico; prevén que Día Cero se anticipe