Tiempo de canallas

Tiempo de canallas
Por:
  • alejandro_de_la_garza

El escorpión se ha parapetado al fondo de su nido en la rajadura del muro para observar atento el tiempo de canalladas desatado por las campañas electorales. Temporada en la cual el divisionismo, los enfrentamientos y las discusiones subidas de tono emergen en todos los espacios de la sociedad, y no sólo en los mentideros políticos donde las descalificaciones y los ataques son tan usuales como venenosos.

El alacrán ha visto a varios de sus amigos y a las mejores mentes de su generación darse con todo durante los procesos electorales convertidos en un auténtico tiempo de canalladas. Los desacuerdos políticos se esgrimen con inusitada violencia verbal, chocan de frente las razones encontradas, se entablan rencillas movidas por rencores exacerbados y los contrincantes se atacan por todos los ángulos, incluso los más ilegítimos e improcedentes.

 

Desde hace más de una década el rastrero ha visto a los hermanos y hermanas distanciarse por cuestiones políticas

 

El arácnido no sólo se refiere a la guerra campal de “bots” y “trolls” en redes sociales, a las campañas sucias y las peleas de lodo, a la extensiva difusión de falsedades, de elaboradas mentiras, burlas y descalificaciones acordes con el ínfimo manejo y la falta de contendido de las campañas de los candidatos y sus vergonzosos spots en radio y televisión. Y ni siquiera se refiere sólo al funcionamiento mismo del proceso electoral, ya de por sí dudoso y gangsteril en cuanto al financiamiento de los partidos, el dinero sucio y el probado desvío de re- cursos gubernamentales para apoyar al candidato del régimen.

El alacrán, insiste, no se refiere sólo a todo ese pantano electorero, sino sobre todo a los rompimientos y enfrentamientos en los entornos cercanos, familiares y normalmente amistosos de la vida cotidiana. Desde hace más de una década el rastrero ha visto a los hermanos y hermanas distanciarse por cuestiones políticas; a los miembros de diversas familias, a padres e hijas, chocar, dividirse y no volver a dirigirse la palabra en años; a viejos amigos y com- pañeras de camino romper una amistad enriquecedora o una relación intelectualmente valiosa por enconos partidarios o radicales posturas de bando.

Por plantear este dolido panorama, al venenoso lo acusan de cándido y lo educan en obviedades, como si no supiera nada de la muy sucia política mexicana y no hubiera votado con la tinta indeleble de su aguijón en las últimas siete elecciones presidenciales. Pero el escorpión les asegura, como buen pesimista, estar consciente del aserto del filósofo del diamante Yogi Berra: “Si el mundo fuera perfecto, no sería mundo”.

Con todo, el alacrán lamenta ser testigo de estos pleitos de callejón entre sus conocidos, así como los desacuerdos políticos con muchos de sus queridísimos amigos. Será por la temporada de canalladas.