Tres cartas de Julio Torri y José Luis Martínez

José Luis Martínez, retrato de José Moreno Villa y retrato de Salvador Pruneda.
José Luis Martínez, retrato de José Moreno Villa y retrato de Salvador Pruneda.Fuente: Archivo familiar y cervantesvirtual.com
Por:

TORRI A MARTÍNEZ [MECANOESCRITA]

México, a 20 de diciembre de 1945

Muy querido José Luis: –

Reciba un saludo muy cariñoso de año nuevo y mi agradecimiento infinito por sus amabilidades conmigo.

Póngame a los pies de su señora [Amalia Hernández], y ya sabe cuanto lo aprecia y quiere,

Julio Torri

TORRI A MARTÍNEZ [MECANOESCRITA]

México, enero de 1964

Señor D. José Luis Martínez,

París

Muy querido amigo: –

Perdone Vd. mi torpeza en expresarle mi profunda gratitud por su notable presentación en el disco universitario, presentación que ha sido muy aplaudida por cuantas gentes la han escuchado o leído.

Mirando las cosas lo más objetivamente posible —es decir, despidiéndome yo del orgullo de haber dado material a una página extraordinaria de crítica— creo difícil hallar algo que pueda equiparársele en ideas, sutileza, y sobre todo en bondad infinita de viejo amigo.

Su amigo, su emocionado amigo que le profesa además del más sincero agradecimiento por sus generosas líneas, una admiración grande por sus facultades críticas.

Julio Torri

MARTÍNEZ A TORRI  [BORRADOR MANUSCRITO]

París, 4 de septiembre de 1964

Querido don Julio: muchas gracias por el envío de sus Tres libros que me han dado el placer de volver a leer los antiguos textos admirados y descubrir entre los nuevos otras páginas memorables. Por los días de la llegada de su libro estaba en París OP [Octavio Paz, en junio]. Se lo mostré con orgullo, lo presumimos a amigos franceses y aun les leímos ciertas páginas ejemplares. De las Prosas dispersas apunto para mi complacencia, por mi abolengo personal, la “Oración por un niño que juega en el parque”, “La ingrata” y las “Lucubraciones de medianoche”. Tienen estas páginas esa ternura silenciosa, ese humor contenido y esa observación sagaz y chicuela que todos quisiéramos alcanzar.

Su artículo sobre “Odiseo, Sinbad y Róbinson” me hace recordar que alguna vez encontré en los Comentarios reales del Inca Garcilaso —en todo caso en alguna de sus obras— el relato de un marino náufrago que pudo ser también un modelo de Robinson de Defoe.1 El relato del Inca es encantador y su héroe sufre casi lo mismo por parecer por el cinglado, sobre que, como español, acaba por reñir con el respectivo [consabido] Viernes.

Lo quiere y lo admira su amigo

JLM

Nota

1 Se refiere a la descripción del naufragio de Pedro Serrano en la isla Serranilla, que da el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) en sus Comentarios reales, Lisboa, 1609, lib. I, cap. viii.