Žižek vs. Peterson: segundo round

Žižek vs. Peterson: segundo round
Por:
  • alejandro_de_la_garza

Por petición a mano alzada, el alacrán aborda un segundo round del llamado debate del siglo entre Slavoj Žižek y Jordan Peterson en torno a la felicidad, el capitalismo y el marxismo. El ocurrente título es pregunta inocua o enigma filosófico, según consideremos la felicidad como algo definible con precisión (en el capitalismo real o el marxismo inexistente).

La riqueza de la discusión Zizek vs Peterson llama al venenoso a intentar no un resumen de las tres horas y media del encuentro, sino a ofrecer algunas tesis y opiniones llamativas de los participantes: Žižek, desde el terreno de la filosofía política y la crítica cultural, y Jordan, desde las ideas asumidas como libertarias y la incorrección política de la derecha alternativa (alt-right), descrita como nacionalpopulista y aún más radical que los neoconservadores.

El escorpión vio a Jordan tomar la delantera con una serie de golpes al cuerpo resumidos en diez críticas al Manifiesto Comunista. Entre ellas estuvo la propuesta de un igualitarismo inexistente en la humanidad desde mucho antes del capitalismo e incluso sin cabida en la naturaleza misma. Más que esquivar la andanada, Žižek rodeó esa discusión y abordó mejor lo subjetivo del concepto felicidad, pero sin dejar de mencionar la aceptación marxista de una necesaria jerarquización de la sociedad para su mejor funcionamiento, más allá del igualitarismo.

"Jordan propuso como bondades del capitalismo sus esfuerzos por sacar poco a poco a más gente de la pobreza mediante la expansión del mercado".

Jordan propuso como bondades del capitalismo sus esfuerzos por sacar poco a poco a más gente de la pobreza mediante la expansión del mercado (tesis vulgarmente neoliberal). Aunque reconoció la inaudita concentración de la riqueza, insistió en la capacidad del sistema para rectificar sus errores y autorregularse en aspectos como los graves daños ecológicos generados por la industria.

Žižek insistió en su tesis de la imposibilidad que tiene el capitalismo de regularse a sí mismo y en la necesidad de un control por parte de organismos multilaterales y mundiales sobre diversos aspectos de este modelo económico (biotecnología, ecología). Incluso señaló su mayor temor: el capitalismo salvaje y el autoritarismo gubernamental fusionados en China, la nueva potencia cuyo sistema prescinde de la democracia.

Jordan tiró entonces un golpe bajo: “Quizá el capitalismo no resuelva todos nuestros problemas, pero sí lo hará la responsabilidad personal, un bien común, un valor último, herencia de nuestra cultura judeocristiana”. A ello Žižek replicó con un uppercut de realismo y su incredulidad en la bondad del hombre. “Soy esloveno”, insistió; “si a un campesino de mi país le otorgan un deseo a condición de cumplirlo también en su vecino, éste escogerá que le saquen un ojo”, remató compulsivo, tallándose la nariz.