Alicia Vikander resucita la franquicia de Tom Raider

Alicia Vikander resucita la franquicia de Tom Raider
Por:
  • jesus_chavarria

La elección de Alicia Vikander como protagonista de Tomb Raider (que después de quince años reactiva para el cine la popular franquicia proveniente de las consolas) en su momento fue sumamente criticada. Que si era muy delgada, que si era muy bajita, que le faltaban los “atributos” físicos de Angelina Jolie —quién interpretó el personaje en las películas de 2001 y 2003—, en fin...

Ahora que ya la hemos visto, resulta irónico que sea precisamente ella lo más rescatable de la película. Es evidente que desde un principio el objetivo era lucir a la otrora ganadora del Oscar como Mejor actriz de reparto por la película La chica danesa (2015) —que se sometió a un arduo entrenamiento que incluyó artes marciales mixtas, escalada de rocas y tiro con arco— para convertirla en una convincente heroína de acción, lo cual consiguen presentando una aventura en donde no importa lo trepidante o espectacular. Los ángulos siempre le favorecen para mostrar una fortaleza muy conveniente y congruente con su físico, que junto con el carisma que posee, le alcanzan para salir bien librada.

El Dato: El primer videojuego de la franquicia apareció en 1996 de la mano de las empresas Core Desing y Eindos Interactive.

Esto aunado a que hay secuencias en donde el planteamiento de los retos se asemeja mucho al de los videojuegos, incluyendo imágenes que parecieran provenientes de los mismos. Es lo que hace bastante llevadera esta producción que tiene poco qué ofrecer, más allá del entretenimiento. Y es que de la historia hay muy poco qué decir: la joven Lara Croft, que trabaja como mensajera en Londres y se niega a tomar posesión de los recursos y la empresa que le heredará su excéntrico y desaparecido padre, con la esperanza de poder encontrarlo con vida, va en busca de una tumba milenaria en una isla de Japón, cuya maldición al ser desatada pondrá en peligro a la humanidad. Una trama de fórmula llena de clichés y lugares comunes, con una estructura básica que, muy semejante a lo que pasa con los videojuegos que le sirven como fuente de origen, sólo es el pretexto para la acción.

Tomb Rider las aventuras de Lara Croft es una película de 90 millones de dólares, dirigida por el noruego Roar Uthaug, cuya única virtud es que le calla la boca a los que se cansaron de criticar a la sueca Alicia Vikander y su salto a este tipo de aventuras, quien sale bien librada a pesar de lo convencional de la propuesta y que se alarga innecesariamente. Es funcional y puede resultar entretenida, pero no hay nada más.