Cine mexicano actual carece de identidad: Emiliano Rocha

Cine mexicano actual carece de identidad: Emiliano Rocha
Por:
  • raquel_vargas

Con una historia que él mismo y sus actores califican de extraña, el director de cine Emiliano Rocha Minter estará presente en el Festival de Cannes durante las galas Blood Window, con su ópera prima Tenemos la carne.

“Me interesaba mucho una película que fuera un viaje en el tiempo y eso significaba regresar a lo primitivo y también dentro de nosotros, a ese momento en el que estamos en la matriz, donde todo está bien y de pronto te sacan a este mundo que es muy extraño. Todos los días tienes que inventarte algo que hacer, pero en realidad nada tiene sentido. Me gustaba la idea de un tipo que su gran sueño es regresar y por eso construye su propio útero”, comentó Rocha Minter en entrevista con La Razón.

Por eso “me puse a escribir un guión durante tres meses —agrega— y de pronto vi y tenía esto que es Tenemos la carne. Yo sólo quería que fuera algo sincero; de pronto en el cine todo mundo quiere seguir las estructuras: la dramática, los personajes y luego ahí se pierden. Por eso no seguí muchas reglas, fue un poco catarsis aunque tenía ideas muy claras de lo que quería hacer”, explica.

Filmada en las noches durante tres meses en el Centro Histórico de la Ciudad de México, Tenemos la carne es visión postapocalíptica, en la que el mundo exterior ya nada tiene que ofrecerle al personaje principal, interpretado por Noé Hernández, quien construye un túnel para simular el útero materno ayudado por dos hermanos, representados por Diego Gamaliel y María Evoli.

Estrenado en enero pasado en el Festival de Rotterdam, el filme ha cosechado muy buenas críticas en el mundo, gracias al apoyo de los directores mexicanos Alfonso Cuarón, Carlos Reygadas y Alejandro González Iñárritu.

Tenemos la carne es una película atípica dentro de la filmografía nacional y aunque tiene el respaldo de festivales de cine de género como Mórbido y Sitges, no es una cinta de terror, aclara Rocha Minter.

“Yo ni sabía que eran las películas de género, sólo me puse a escribir. Tal vez es un filme que no tiene su lugar, puede estar ahí o en los de arte, pero no es de terror: ése sí es un malentendido. De pronto parece que lo es, sin embargo, creo que es una cinta que se mete en muchas otras del cine mexicano. Un día la estábamos viendo y dijimos: empieza como medio Amores perros, luego se va a otra, para mí el que está más presente en ella es Cantinflas, uno medio siniestro que nada más está jugando”, detalla el realizador.

Respecto al momento que vive el cine mexicano, comenta: “A mí luego me decepciona, antes de hacer películas me gusta verlas y, en general, carga un estigma raro porque trata de hacer un cine comercial muy burdo y el cine de arte se encamina siempre a hablar de otro, del pobre, del delincuente, del narcotraficante, pero con una visión artística como si fueran europeos, pero con problemáticas mexicanas. Es una ecuación rara”.

Sin embargo, confía en que se muevan los paradigmas y se empiece a hacer mejor cine: “Yo creo que vienen cosas muy interesantes, es momento de revolcar esto un poco. Tenemos todo para hacer los filmes más interesantes del mundo, porque tenemos la estructura necesaria”.

Para él, el cine mexicano actual carece de identidad. “No está mal que haya un cine comercial que persiga el éxito económico, sin embargo siento que lo hacen muy mal. No saben si quieren ser Hollywood o una película de Haneke, pero ¿por qué no somos nosotros?, eso era lo bonito de la época de oro del cine nacional, es un estilo muy único”.

Películas como Mecánica nacional puede ser como un balón con chipotes, pero es muy sincera, afronta sus errores, al igual que Tenemos la carne. El reto es hacer un cine comercial nuestro, con calidad, lo cual es difícil por los estándares que se han impuesto. Lo mismo pasa con el cine de autor, debemos encontrar la forma porque este país es muy particular y hay muchos mundos sucediendo al mismo tiempo, de todo eso se puede hacer una película”, finalizó.

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