“Hasta la raíz conectó con mi alma, dejé volar mi voz”

“Hasta la raíz conectó con mi alma, dejé volar mi voz”
Por:
  • carlos_olivares_baro

A tres meses del éxito rotundo en Las Vegas, Estados Unidos —en la entrega de los Premios Grammy Latino—, la cantante y compositora veracruzana, Natalia Lafourcade, sigue como si nada, con los pies en la tierra, optimista, confiada y modesta como la primera vez, abocada en la promoción de su más reciente disco Hasta la raíz (Sony Music, 2015): 12 temas inéditos, que develan a una artista en total madurez, después de más de 16 años de trayectoria.

“El disco anterior de Agustín Lara me enseñó mucho, hizo que me preguntara muchas cosas. Estas canciones brotaron mientras hacía Mujer divina, es, hasta cierto punto, un trabajo paralelo al de Lara”, comentó en entrevista con La Razón, la vocalista mexicana que, en la XVI edición de los Premios Grammy Latino 2015, se alzó por Hasta la raíz con cinco reconocimientos (Grabación del año, Canción del año, Mejor Álbum Alternativo, Mejor Canción Alternativa, Mejor Ingeniería de Grabación).

Formato orquestal de guitarras, cuerdas (violines, violonchelos, violas), bajo, metales (trompeta, trombón, flautas, corno francés, saxofones), percusiones, teclados, piano y programaciones. Producción del rockero argentino Cachorro López y del cantautor mexicano

Leonel García.

“No pudimos pagarle a un productor muy famoso —no voy a decir su nombre—, quien fijaba sus honorarios en cifras desorbitantes. Decidí refugiarme con mis amigos, hacer canciones cómplices con ellos. Cachorro y Leonel lo entendieron. Fueron sesiones de grabación en las que prevaleció la confabulación musical”, abundó quien es hoy una referencia obligada de la canción hispanoamericana contemporánea.

¿Qué sigue después de estos dos álbumes, Mujer divina y Hasta la raíz, que te confirman figura insoslayable de la canción hispana? Por ahora quiero cantar el disco. Los conciertos próximos son mi prioridad. Tengo varias giras por Centroamérica, Estados Unidos y ciudades de México. Deseo trasmitir al público estas canciones que fueron escritas bajo los influjos y los regocijos del amor: estoy enamorada otra vez. Hacer este fonograma me sanó, me regresó al amor. En este material me di la oportunidad de escarbar muy profundo en mis sentimientos: dejé que lo que se encontraba en ese lugar, saliera de mí y se convirtiera en canciones. Conecté con mi alma, dejé volar mi voz.

¿Será un reto meterte otra vez a los estudios y hacer un álbum que supere a estos dos? Ni Mujer divina ni Hasta la raíz fueron concebidos pensando en los premios. Lara era una necesidad, quería meterme en el cosmos del compositor veracruzano, sus canciones siempre han estado presentes en mi vida; en Hasta la raíz quise explorar en los orígenes del folclor latino y mi intención era realizar un disco pop, sencillo, transparente, cordial, con canciones cómplices entre amigos. Y salió un material que

sorprendió a muchos.

El que viene será un disco, no una meta para superar lo hecho. Otra propuesta que nacerá del deseo que me apremia: componer y cantar canciones que hablen de mis preocupaciones, de mis seres queridos, del amor que me desborda, de los júbilos y también del dolor, de la búsqueda y los desafíos… Voy a grabar un disco que hable de México. Yo seguiré siendo Natalia Lafourcade más allá de los premios, más allá de la fama. Me compromete mucho explorar los orígenes musicales de

América Latina.

En las canciones tuyas aparecen, de una manera u otras, concordias jazzísticas: ¿Te interesa el jazz, escuchas esta música? Sí escucho jazz, mucho jazz desde Fitzgerald a Nina Simone, de Miles Davis a Louis

Armstrong, de Cassandra Wilson a Billie Holiday. Escucho a Adele y a Joss Stone… Me gusta mucho la brasileña Céu, Gilberto Gil, Caetano Veloso, Elis Regina, María Bethania y Gal Costa. Compongo no pensando precisamente en el jazz, pero todo eso está en mi cabeza y, de momento, un pasaje armónico se contagia de síncopas de jazz o de compás ternario del huapango, por ejemplo… Soy una compositora ecléctica con muchos influjos. ¿Qué compositor de hoy puede soslayar las conformidades del jazz?