Hotel Transylvania, transformanía: ¿Vale la pena la nueva aventura animada de Drácula?

Cuando parecía que la fórmula estaba gastada, después de tres largometrajes y una serie, bastó con apostar por lo básico en “Hotel Transylvania: transformanía” para dar rienda suelta a la comedia a través de un manejo sumamente creativo de los rasgos propios del cartoon, revitalizando el concepto e incluso ofreciendo uno que otro momento que se pone por encima de sus predecesoras.

Aunque su creador, el genial Genndy Tartakovsky, es un experto en ese sentido y ha entregado obras tan maravillosas y sugestivas como “Samurai Jack” y “Primal”, lo cierto es que con la franquicia “Hotel Transylvania” siempre se vio coartado por los convencionalismos que exigía el producto a nivel comercial, lo cual en esta ocasión, al menos en la cuestión visual, ya evidencia un poco más de holgura.

La propuesta, por otro lado, acierta al mantenerse congruente con la línea de los personajes, empezando por presentar a un Drácula lidiando nuevamente con sus prejuicios, subestimando a los demás o en otros casos generando erróneas expectativas. 

De tal modo que ahora lo vemos al borde del retiro como hotelero, pero muy preocupado de tener que dejar su legado en las manos de su yerno, cuyos esfuerzos no aprecia ni entiende, razón por la que termina empujándole a buscar ser un monstruo en el sentido literal, dando pie al desastre de transformaciones que luego habrá de redundar en el respectivo mensaje sobre el respeto y la compresión.

El desarrollo de la aventura es disparatado como de costumbre; sin embargo, en lo visual hace un mayor énfasis a la hora de desdoblar las composiciones y contraponer los planos abiertos con ángulos rebuscados, llevando al extremo la gestual y las deformaciones físicas, y aprovechando algunos de los escenarios en secuencias alucinantes, como aquella dentro de una caverna donde juegan con los reflejos.

Por lo anterior, logra ponerse por encima de una trama predecible, pero sólida en sus objetivos, para así funcionar como vehículo de entretenimiento. Resulta de lo más divertido encontrarse con las versiones humanas de Drac y compañía, algunas de las cuales conectan y se ríen de sus rasgos de origen, amén de que Frank —representación del monstruo de Frankenstein— se lleva parte del show con tan sólo algunos apuntes.

Cierto que Hotel “Transylvania: Transformanía”, dirigida por Derek Drymo y Jennifer Kluskal, no deja de ser un producto menor, pero alcanza a justificar su existencia como cuarta entrega de la saga. Se estrena directo en la plataforma de Amazon Prime Video.

rc