La misa afrocubana de Mossman

La misa afrocubana de Mossman
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Por Carlos Olivares Baró / carlos.olivares.baro@hotmail.com

Michael Philip Mossman (Filadelfia, 1959) es uno de los principales protagonistas del jazz latino contemporáneo. Trompetista, trombonista, compositor y arreglista, comenzó su trabajo profesional a los 17; el saxofonista Anthony Braxton escucha su pronunciación y lo recluta con apenas 20 años. Integrante de la Afro Latin Jazz Orchestra, ha colaborado con Art Blakey/Jazz Messengers, Paquito D’Rivera, Tito Puente, Mario Bauzá, Lionel Hampton, Horace Silver, Gillespie, O’Farrill, Count Basie, Bebo Valdés…

Sus fraseos como trompetista subrayan signos heredados de la tradición be/hardbop (Gillespie, Hubbard…) con vibrato aprendido de Bauzá/“Chocolate” Armentero e “insinuaciones” free de Cherry; su trombón se mueve por senderos que van de Teagarden a Jay Jay Johnson con asimilaciones de la escuela afroantillana/latina (Tizol, Generoso Jiménez, Torres, Turre…). Trompetista preferido de Bauzá y O’Farrill, estará presente en los últimos trabajos (944 Columbus de Bauzá; Pure Emotion, de O’Farrill) de estos dos maestros que lo marcan en sus afanes musicales. Paquito D’ Rivera le da carnet de cubanía cuando lo llama a formar parte de la banda que graba el mítico álbum 40 Years of Cuban Jam Session (1993).

Aparece Misa Afro Cubana/Michael Philip Mossman/ WDR Big Band Cologne (Universal/ Straight Songs, 2009) con el trombonista Juan Pablo Torres como invitado especial, y las colaboraciones de Xiomara Laugart, Pernell Saturnino y Mark Walker en una apuesta celebratoria que rinde culto a los orishas en oficiante liturgia que la WDR Big Band Cologne acoge con complicidad amorosa.

Mossman asume los riesgos y estructura progresiones armónicas que dialogan entre sí: fusión de estilos y modos que borran límites geográficos: los alemanes derraman naturalidad y sutileza tan convincentes que por momentos parece que escuchamos una banda latina. El trompetista de Filadelfia, en su condición de conductor, sabe transmitir los parámetros de la ceremonia afrocubana en un atinado balance de colores que transitan los espacios de la oración/rezo (“La justicia de Oyá”), el mambo/cha/descarga (“Las aguas caprichosas”) o el bolero mambo (“Atestación”) en coordenadas de repentinas líneas acordes. Los instrumentistas hacen gala de su virtuosismo siempre en los bordes de una atenuada tensión emocional: el sax tenor Olivier Peters, el drums Mark Walker, el percusionista Pernell Saturnino, el trompeta John Marshall o el flautista Grégoire Peters construyen hebras de distinguida acústica que resumen oficio depurado y desborde de un swing que se agradece.

El guajiro Juan Pablo Torres se pasea airoso por todo este libro musical con su “trombón sonero” que va tejiendo espacios inolvidables: unas veces en complicidad con el clarinete (“La almas gemelas”); otras, desafiando a las percusiones y al piano (“Atestación”, “Orinchalá, “Marios’s Lullaby”) en montuneos irreverentes y sabrosos (citas, guajeo, clave sonera, “escapadas rítmicas”…) que enriquecen con sentido lúdico las ideas originales de Mossman.

Referencia a cuatro cosmos del jazz cubano: Afro-Cuban Jazz Suite, The Second Afro-Cuban Jazz Suite, de Chico O’Farrill; Afrocuban Jazz Suite 1, de Bebo Valdés, y Misa Negra, de Chucho Valdés/Irakere. Mossman se inserta más en los bosquejos de O’Farrill: la sonoridad del CD que comentamos oscila en los melismas y coloraturas orquestales del autor de “Chico’s Chachachá”.

Misa Afro Cubana, compendio musical que se escucha con placer: WDR Big Band Cologne y Michael Philip Mossman saben mambear y columpiarse en las redes de las conmemoraciones africanas. Nueve composiciones escritas, arregladas y conducidas por un joven enamorado de la música cubana. Álbum ofrenda para disfrute de los amantes del jazz latino.

El Gran Combo de Puerto Rico

Arroz con habichuela

La salsa, tema de discusión. Los cubanos afirman que es su música bailable (son, guaracha, mambo, guajira…) “maquillada”; músicos afincados en Nueva York defienden la existencia de una modalidad dentro de los patrones rítmicos afrocaribeños fusionada con elementos jazzísticos. Innegables las aportaciones de Johnny Pacheco como director musical de la Fania en los años 70 con producciones, hoy tesoros de los melómanos (Live in Africa; Machine…). Arroz con habichuela (Sony Music, 2006) de El Gran Combo de Puerto Rico, prototipo mayor de salsa. Heredera de Cortijo, la agrupación que dirige Rafael Ithier lleva casi 50 años regalando sabrosura por el mundo. En este CD explotan emboques de la plena, bomba y el son cubano en 10 piezas para el pleno disfrute bailable. Orquestaciones que evocan la sonoridad de los conjuntos cubanos de los 40 y 50 (Arsenio, Chapotín). Imposible quedarse quieto ante “Un no sé qué” o “Te veo nena”. Cátedra salsera.

Dave Holland Sextet

Pass It On

Dave Holland tiene sus puntos de vista sobre el jazz: desde que apareció tocando con Miles Davis (Filles de Kilimanjaro, 1968; In a Silent Way, 1969…), y formó el cuarteto Circle con Chick Corea (años 70) hemos sido testigos de un bajista con un concepto muy privativo del jazz. Ligado a las vanguardias y abierto a las fusiones, sus primeros trabajos con el guitarrista McLaughlin orientaron su carrera a búsquedas sonoras de sentidos novedosos. Pass It On (Dare2 Records, 2008), de Dave Holland Sextet (Hart, sax alto; Eubanks, trombón; Miller, piano; Sipiagin, trompeta; Harland, batería; Holland, bajo Doble), jazz en los tránsitos del hard con filos free, guiños latinos/funk y marcado discurso bop. Nueve composiciones que nos consignan a un sexteto de oficio depurado: metales en diálogo desafiante con la batería; piano en inspiradas trazas bluseras y un Holland en plenitud absoluta. Ojo con las imaginerías armónicas/rítmicas de Eubanks y Harland.

agp