El Lunario recibe la bohemia de Salvador Rivera y sus amigos

El Lunario recibe la bohemia de Salvador Rivera y sus amigos
Por:
  • carlos_olivares_baro

Anoche, El Lunario del Auditorio Nacional acogió a cientos de bohemios en una convocatoria romántica del cantante Salvador Rivera y sus amigos, Yekina Pavón y Fernando Ibarra. Intimo: un espectáculo de casi tres horas en un despliegue de 30 composiciones de boleros y baladas que recrearon la época de oro del cancionero latinoamericano. Diez músicos en escena y tres voces de poderosas enunciaciones en los recodos del amor.

Comenzó el convite con “Cantares” (verso a verso/ golpe a golpe) y se desplegó por temas de Manzanero, Vicente Garrido, José Antonio Méndez, Pedro Flores, Diego Torres, Gualberto Castro, Pérez Botija… “Un tipo como yo”, “Y si te queda… ¿qué?”, “, “Bésame mucho”, “Cantar a la vida”, “Decídete”, “Te quiero , te quiero”, “Obsesión”, “Perdón”, “Llorar por dentro”, “A mi manera”, “Quiéreme mucho”, “Se te olvida”, “No soy el aire”, “Vamos a darnos tiempo”, “Detrás del arcoíris”, “Mi soledad”…

La atmósfera bohemia de la ciudad está aquí, con Yekina Pavón, Fernando Ibarra y Salvador Rivera pic.twitter.com/tKQqUveekn

— Lunario (@LunarioMx) 13 de diciembre de 2017

Derrame de intensidad emocional de tres adictos a la bohemia y de 500 cómplices que cantaron a los fervores del deseo. El compositor y cantante Gualberto Castro, presente en la sala, subió al escenario como invitado repentino y compartió el tablado con sus amigos.

Yekina Pavón empalmó pronunciaciones jazzísticas con colores del bolero; Fernando Ibarra proyectó su voz en baladas que lo han caracterizado como un vocalista de expresiva entonación; y Salvador Rivera corroboró las razones de que lo llamen “La Voz de México”.

Velada de afectos. Recital de concordias sentimentales. Encuentro de amigos. Diez músicos inundaron la anochecida con prosodia de guitarras, piano, trompeta, flauta, trombón, sax, percusiones, batería, bajo y coros. “Color de esperanza”, de Diego Torres, fue el tema que coronó un programa redundado de versos que le cantaron al deseo y a los carruseles de la querencia.

La noche hambrienta se sació con argumentaciones melódicas que los asistentes agradecieron. Yekina Pavón, Fernando Ibarra y Salvador Rivera demostraron que todavía la bohemia es posible.

 

 

bgy