Narcos se traslada al México del trasiego de droga de los 80

Narcos se traslada al México del trasiego de droga de los 80
Por:
  • luciana wainer

La polémica desatada en torno a las narcoseries no es nueva. De un lado y de otro se han presentado argumentos de aquellos que sostienen que deberían dejar de hacerse estas producciones para no enaltecer y fomentar este tipo de prácticas, y aquellos otros que afirman que, nos guste o no, ésa es la realidad en la que vivimos. Hoy se estrena la primera temporada de la serie Narcos: México con la incorporación de Diego Luna y Joaquín Cosío a su elenco y, como era de esperarse, la discusión se reaviva.

El arte, en general, y la ficción, en particular, siempre han sido un reflejo de la realidad en la que vivimos. La política y las problemáticas de una época y de quienes viven en ella, suelen verse reflejadas en películas, series, obras de teatro y otras manifestaciones artísticas. Si bien es cierto que sobre ellas recae una gran responsabilidad, también es insoslayable aceptar que la creación visibiliza los conflictos más profundos de un país, de una sociedad o de un ser humano. El arte no es un libro de texto de educación primaria; si midiéramos las obras con la vara de la ética y la moral no podríamos representar a Shakespeare, ni a Sófocles ni a un gran número de dramaturgos, guionistas y escritores de todos los tiempos. En ese sentido, dejar de hablar del narcotráfico en un país donde se contabilizan 37 mil personas desaparecidas y mil 978 fosas comunes, parecería ser una decisión de ciegos, sordos y mudos.

En México, por momentos corremos el riesgo de acostumbrarnos al grito desesperado de las madres, cuyos hijos fueron asesinados, al llanto desconsolado de los hijos que ya no tienen padres y al dolor de un pueblo entero que parece estar viviendo sobre una gran fosa común; impune, desgarradora y brutal.

En este contexto, Narcos: México llega para indagar en los orígenes de la guerra moderna contra el tráfico de drogas poniendo especial atención en el Cártel de Guadalajara de 1980 con Diego Luna como Félix Gallardo y Michael Peña como Enrique Camarena, el agente de la DEA encargado de detenerlo. El discurso que acompaña esta apuesta es el de entender causas y efectos de la historia del narcotráfico, para exponer y visibilizar a nivel mundial una problemática aterradora y sangrienta.

En mi experiencia personal, después de haber visto las tres temporadas anteriores de Narcos, no sentí, ni por un momento, el deseo de estar en sus zapatos. Sin embargo, sí me ayudó a comprender el porqué de los reclutamientos masivos de jóvenes y adultos, cuya decisión parecería reducirse a unirse al Cártel o morir.

Esperemos que esta nueva apuesta de Netflix nos traiga retratos verosímiles de este mundo sanguinario y no personajes aspiracionales ni contextos idealizados. Pero antes de hacer un juicio de valor, tenemos que verla.

Podríamos limitarnos a hacer ficciones de romances y cuentos de hadas, pero, no nos engañemos, cuando abramos los ojos al día siguiente la violencia seguirá ahí; un poco más oculta, un poco más invisible, pero no menos atroz.

[caption id="attachment_827776" align="alignnone" width="709"] La tercera temporada de la serie Narcos ya había mostrado su aproximación a México. Amado Carrillo, El Señor de los Cielos (José María Yazpik) hizo su debut.[/caption]

Narcos: México

Protagonistas: Michael Peña, Diego Luna, Tenoch Huerta

Creadores: Carlos Bernard, Chris Brancato, Doug Miro