Tlahuelilpan. “Aquí en el pueblo nada cambió, siguen llegando los huachicoleros”

Tlahuelilpan. “Aquí en el pueblo nada cambió, siguen llegando los huachicoleros”
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  • jose-gerardo

A un año de la explosión que cobró la vida de 137 personas en Tlahuelilpan, Hidalgo, vecinos de la zona aseguran que la situación en este municipio “no ha cambiado nada, porque los huachicoleros siguen viniendo a cada rato para pinchar por todos lados”.

“Esto sigue igual, por eso los soldados van y vienen, pues sigue el robo de huachicol, eso no se ha acabado”, asegura Carmen —quien perdió un hijo y un nieto aquel 18 de enero del año pasado— mientras señala a un vehículo militar con cuatro soldados a bordo que atraviesa en medio de decenas de cruces de madera y capillas, como parte de su recorrido de inspección.

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Luego de una perforación que ese día hicieron los huachicoleros en el ducto Tuxpan-Tula, el robo del combustible se ha incrementado: en enero de 2019 sumaban 17 tomas, mientras que el acumulado en septiembre era de 161, según información de Petróleos Mexicanos (Pemex).

[caption id="attachment_1084827" align="alignnone" width="696"] En el lugar se aprecian cruces y flores en recuerdo de las víctimas de la explosión. Foto: José Gerardo Mejía, La Razón[/caption]

“Mi hijo era el que me mantenía, él trabajaba allá en la cantera”, dice la mujer de 62 años, mientras señala hacia un cerro que se alcanza a ver a unos tres kilómetros de distancia.

“Ahora me dedico a vender tamales, sólo hago unos cinco kilos para vender un día a la semana, con los que gano unos 500 pesos”, comenta la mujer, al tiempo que arranca las hojas secas de las rosas que adornan la capilla de sus familiares.

Al lado de su hija, quien se dedica al aseo en casas, recuerda que el día de la explosión “un par de horas antes aquí parecía una fiesta; había unas 400 o 500 personas saliendo y entrando entre la milpa, algunos con bidones, garrafas, ollas y cualquier cosa que sirviera para llevarse un poco de gasolina. Después, cuando regresé ya no encontré a mi familia”.

LA ZONA 0, A UN AÑO. La explosión de aquel 18 de enero dejó 69 muertos en la zona del siniestro y 68 más en hospitales. Del total, 128 eran hombres —nueve menores— y diez mujeres, de acuerdo con datos del Gobierno estatal.

La llamada zona cero se encuentra a kilómetro y medio del centro de Tlahuelilpan, en la comunidad de San Primitivo, aunque el alcalde, Juan Pedro Frías, asegura que ese terreno baldío corresponde a Tlaxcoapan, municipio colindante, porque “allá hay una casa de materiales, y el permiso lo pagaron allá, aquí no lo dimos; entonces de la Virgen, que está allí en el tramo carretero, para adelante, ya no es nuestro municipio”.

Otro de los deudos corre hacia los soldados para exigirles que no crucen por esa zona, porque para ellos “el lugar es como un panteón que merece respeto, aunque no haya un solo cuerpo enterrado, pero aquí murieron”.

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A unos 50 metros del ducto, cubierto por la carga de arena de unos 150 camiones de volteo que envió el gobierno estatal, un tubo sostiene una bandera de México, deshilachada y casi sin color, que ondea a media asta al lado de una fosa común en la que hay más de 35 cuerpos que ya no pudieron ser rescatados, luego de la explosión en San Primitivo, Tlahuelilpan.

La hija de la señora Carmen, una mujer de unos 40 años, se niega a hablar del tema porque “se han burlado mucho, se nos ha acusado de huachicoleros, y eso es falso, aquí sigue viniendo gente nada más a tomarse la foto, pero en las caras se ve que disfrutan lo que nos pasó y eso es muy doloroso y muy injusto”.

LOS CONFRONTAN APOYOS. A casi un año de la tragedia en este municipio hidalguense, autoridades estatales y municipales mantienen el debate por la entrega de apoyos a familias de las víctimas.

El secretario de Gobierno de Hidalgo, Simón Vargas Aguilar, aseguró a La Razón que cada uno de los afectados recibió ayudas para superar la tragedia, que fueron desde recursos para enterrar a sus familiares y comprar animales hasta la entrega de becas de estudio y programas federales, por lo que rechazó que alguien se haya quedado sin respaldo.

“Todo mundo quedó atendido, pero hay otras personas que se han buscado asumirse como representantes de ellos, por lo que les hemos preguntado ‘¿y usted a quién representa?’, si estamos atendiendo a los afectados de manera directa”.

“Lamento mucho que aquí, quien lo ha politizado es el alcalde, porque es un tema doloroso que está en la memoria y en el corazón de todos los mexicanos, es un recuerdo de algo que no debe volver a pasar”, enfatizó.

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Aunque no quiso responder a los señalamientos de haber politizado la tragedia, el presidente municipal, Juan Pedro Cruz, aclaró que ha gestionado distintos apoyos e incluso organizó una corrida de toros para entregar el dinero recabado en la taquilla a las familias de las víctimas.

El dato: Se tiene previsto que el próximo viernes 17 de enero se realice una misa en la parroquia de San Francisco de Asis para recordar a las 137 personas que fallecieron ese día.

Sin embargo, la mayoría de los deudos entrevistados por este diario señalaron que el alcalde “no ha entregado un solo peso”.

Una de las personas que ha sostenido reuniones con autoridades estatales para construir un memorial, y quien prefirió no dar su nombre, confirmó que a la fecha “sólo los gobiernos federal y estatal han entregado apoyos de manera directa, pero al alcalde ni vale la pena mencionarlo, él aquí no existe”.