Víctimas relatan su experiencia de vida

Mujeres escapan de la violencia de género; Michoacán las apoya

El Gobierno estatal implementa programa integral para quienes, por el confinamiento, han sufrido actos de violencia; se puede salir de esta situación, no es imposible, dicen

Una de las mujeres apoyadas por la Secretaría de Igualdad Sustantiva.
Una de las mujeres apoyadas por la Secretaría de Igualdad Sustantiva.Foto: Especial
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“Me conmovía el corazón y lo perdonaba, hasta que perdí mi tranquilidad y autoestima”, dice “Gabriela”, tras 20 años de normalizar la violencia que ejercía sobre ella su pareja sentimental. “Yo era una mujer infeliz”, reconoce.

“Es mucho mejor intentar salir de esa situación, aunque una se sienta segura económicamente; sí se puede, es complicado, pero imposible no”, dice, a unos días de concluir sus terapias psicológicas en la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres (Seimujer), en Michoacán.

Como Gabriela, un total de 4 mil 900 michoacanas han recibido atención por parte del Gobierno de Michoacán durante la epidemia por el Covid-19. En su mayoría, las mujeres han sido víctimas de violencia psicológica, fenómeno que se incrementó con el confinamiento obligatorio.

Las mujeres que buscan apoyo reciben atención jurídica, psicológica y de trabajo social gratuita. Se cuenta con un refugio donde permanecen hasta 3 meses, ahí reciben apoyo integral para ellas, sus hijos e hijas, además de alimentos y hospedaje. También se cuenta con una Casa Emergencia, donde las mujeres permanecen 72 horas en lo que se logra ubicar a sus redes de apoyo.

Salí adelante con ayuda: "Daniela"

Como Gabriela, Daniela es otro caso de éxito en su lucha para superar las adversidades. La violencia sexual que sufrió, en su caso, la afectó en su autoestima, aunque señala que eso no mermó sus deseos de vivir y salir adelante.

“No soy del sexo débil, porque toda mi vida he sufrido, he estado sola y pude levantarme”, afirma “Daniela”, a sus 23 años de edad, quien guarda la esperanza de llegar a ser médico veterinaria y ver crecer a su hijo.

Se describe como una chica insegura, temerosa y que no habla con las personas hasta no tomar la confianza suficiente; desde su infancia ha sufrido abuso sexual, pero lo mantuvo en secreto. Hace mes y medio sufrió su última agresión antes de pedir ayuda, ocurrió con una persona todavía más cercana a ella.

“Mi único miedo es que sigan pasando este tipo de cosas, a lo mejor ya no conmigo, pero sí con las demás personas, que les puedan hacer las mismas cosas”, externa al compartir su testimonio para que otras michoacanas confíen y no duden en lanzar un llamado de auxilio ante cualquier acto que ponga en riesgo su tranquilidad.

“Daniela” quiso poner un alto para no dejar que las personas piensen que tienen algún derecho sobre las otras, “o que pueden hacer de nosotros lo que quieran nada más porque piensan que somos el sexo débil, como todo mundo lo cree”, agrega, al mantener su esperanza por ser una persona feliz, que pueda salir y convivir con muchas personas, hacer amigos y lo que normalmente hace una persona de su edad.

Hoy tiene el sueño de que su pequeño llegue a ser un buen hombre, que respete y se dé a respetar, haga su vida como debe de ser y sin desviarse de los valores y responsabilidades sociales, pero sobre todo, frente a sus semejantes, las mujeres.

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"Pedí ayuda para no sentirme sola": el mensaje de "Paola"

“Paola” llegó a la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres en busca de ayuda y para no sentirse sola. Su historia es otra muestra de la realidad que viven cientos de mujeres michoacanas, del país y del mundo, en la que la violencia es el común denominador.

La joven madre vivió en carne propia la desvalorización, la depresión y la pérdida de su identidad ante el rechazo de la familia de su pareja sentimental, quien además era su principal agresor.

“Un golpe físico no es la única forma de violentar a una mujer, también las palabras generan un profundo daño”, dice.

“Yo viví un tipo de violencia psicológica porque me hacían sentir menos, me desvaloricé por culpa de mi pareja y su familia, me afectó; pero vine aquí para cambiar eso y tener un apoyo tanto psicológico como legal”, relata al mencionar que actualmente mantiene una lucha por la custodia legal de su pequeña.

Su otra lucha es por recuperar su estabilidad emocional, esa que ante la posibilidad de perder a su hija frente a las manos de quien prometió respetarla, amarla y cuidarla, se esfumó: “fue un error, pero sin esto jamás hubiera tenido a mi bebé, que es mi motor”, recalca al compartir con la voz entrecortada su testimonio de vida.

"Con ayuda, sí se puede salir adelante", dice "Violeta"

 “Un perdón no soluciona nada; la muerte, menos”, dice “Violeta” a quien los golpes de su padre casi le cuestan la vida. Aun así, trabaja para superar los miedos y secuelas que dejó la violencia de género sufrida al interior del seno familiar, lo que la marcó a ella, su madre y hermanos.

Su llegada a la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas fue similar a la de otras mujeres que, como ella, han sufrido algún tipo de violencia. Temor, desconocimiento y tristeza son algunos de los sentimientos, combinados con valor para poner un alto a una vida de sufrimientos y desdichas.

“El tiempo que he estado aquí, con la psicóloga, me hace sentir desahogada, puedo liberar la mente; son muchas cosas las que yo me guardo y todavía falta decir mucho, pero me siento mejor”, dice “Violeta”, al reconocer que a raíz del clima de violencia en casa se privó de ser social como era antes, lo que la llevó incluso a ensimismarse para no hablar con nadie.

En su historia están marcados los golpes de su padre hacia su madre, ella y sus hermanos. “Todo lo quería solucionar con golpes”. El acabose ocurrió cuando en una de tantas discusiones entre sus padres decidió interceder, situación que casi le cuesta la vida: “me dio un golpe con un martillo, ahí fue cuando ella decidió dejarlo”, agrega.

Varias fueron las ocasiones en que “Violeta” se cuestionó: ¿por qué si me quiere me tiene que golpear y ofender? La misma pregunta se la hizo de su madre. “No porque quieran a esa persona se vayan a dejar maltratar, celar hasta que te vayan a maltratar, primero hay que quererse uno mismo”, reflexiona.

Aun cuando ella y su familia no cuentan con un lugar fijo en donde vivir y hay incertidumbre al respecto, confía en encontrar algún trabajo para ayudar con los gastos diarios. “No se dejen encerrar en el miedo de no salir adelante, porque sí se puede”. 

Atención integral
Las mujeres que buscan apoyo reciben:
  • ​Atención jurídica, psicológica y de trabajo social gratuita.
  • Cuenta con un refugio donde permanecen hasta 3 meses.
  • Ahí reciben apoyo integral para ellas, sus hijos, alimentos y hospedaje.
  • Se dispone de una Casa Emergencia, donde las mujeres permanecen 72 horas en lo que se logra ubicar a sus redes de apoyo.