Nueva Convivencia: el modelo michoacano ante el COVID-19

Michoacán contempla la apertura de negocios al 25% de su capacidad y la clasificación de riesgo por municipio a través de banderas de colores

Michoacán retornó esta semana, gradualmente, a sus actividades económicas, pero bajo una perspectiva diferente: una nueva convivencia 
Michoacán retornó esta semana, gradualmente, a sus actividades económicas, pero bajo una perspectiva diferente: una nueva convivencia 
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Al cierre de mayo, Michoacán acumuló 1994 casos de COVID-19 con 172 defunciones; el virus se mantiene presente y por ello, su sistema de banderas está en rojo en municipios donde la enfermedad continúa cobrando muchas vidas humanas.

En ese contexto, el Estado retornó esta semana, gradualmente, a sus actividades económicas, pero bajo una perspectiva diferente: una nueva convivencia que podría marcar las bases del modelo a seguir en otros puntos del país.

El gobierno de Silvano Aureoles apela a la corresponsabilidad y a la conciencia social para abatir al mínimo los contagios del coronavirus, pero también alista las acciones a seguir frente al riesgo de que no se respeten esos nuevos lineamientos, tema comprensible frente a más de dos meses de aislamiento obligado y afectaciones en lo social y lo económico.

El COVID-19 seguirá en Michoacán como en el resto del país, de América Latina y del mundo, y mientras no existan la vacuna y los tratamientos, la lucha será permanente, construyendo blindajes con las medidas conocidas: el lavado frecuente de manos; la distancia individual recomendada, el uso de cubrebocas, etc.

El modelo michoacano incluye la clasificación de riesgo por municipio a través de banderas de colores, según su nivel de riesgo
El modelo michoacano incluye la clasificación de riesgo por municipio a través de banderas de colores, según su nivel de riesgo

A pie juntillas, la “Nueva Convivencia” es una etapa de cuidado, respeto y corresponsabilidad, advierte el mandatario michoacano sobre de esta forma diferente de convivir en comunidad, y donde “el practicar nuevos hábitos y protegernos será determinante”.

El modelo michoacano incluye apertura de negocios al 25 por ciento de su capacidad, la clasificación de riesgo por municipio a través de banderas de colores, según su nivel de riesgo, y estrictos protocolos por cada sector y actividades que se podrán retomar.

Y la advertencia de Aureoles acompaña a esa premisa: “si no nos cuidamos unos a otros, es probable que regresemos a medidas estrictas de aislamiento”. Y en el intermedio, dejó la promesa de clausuras y sanciones a los establecimientos que insistan en arriesgar a la población con su actuar.

EL BLINDAJE

La proliferación del COVID-19 obligó a los gobiernos a rediseñar sus planes de trabajo. El de Michoacán se anticipó, y el 22 de enero instaló de manera permanente el Comité de Seguridad en Salud, comenzando así las acciones de vigilancia epidemiológica de la enfermedad.

Casi dos meses después, se confirmaron los primeros contagios; en contraparte, fue hasta el 24 de marzo que las autoridades federales marcaron el inicio de la contingencia con 405 casos positivos.

La batalla comenzó y las herramientas se fortalecieron en la entidad, con un Informe Técnico diario; la geolocalización y seguimiento de los casos; el pronóstico del comportamiento de la epidemia a través de modelos de estimación de casos y ocupación hospitalaria; la implementación de video-consultas para pacientes positivos y el despliegue de unidades móviles para la toma de muestras a enfermos sospechosos.

Existe un informe con la geolocalización y seguimiento de los casos
Existe un informe con la geolocalización y seguimiento de los casos

Además, por primera vez a nivel nacional, un estado puso en operación un Centro de Inteligencia en Salud, desde donde se lleva el monitoreo diario de casos estudiados, acumulados, confirmados, defunciones, recuperados y negativos, permitiendo una mejor toma de decisiones.

La prevención del contagio tiene una connotación de corresponsabilidad social. Así las cosas, lo que seguía era robustecer los frentes de combate con acciones estratégicas, como la suspensión de clases para resguardar a la población infantil y juvenil una semana antes que se diera el ordenamiento nacional, y la distribución de uniformes e insumos apropiados a médicos, enfermeras y administrativos de las unidades de salud.

Se inició entonces, a la par, la reconversión de 18 hospitales para hacer frente a la epidemia, reduciendo el riesgo para la salud del personal médico y, anticipando daños colaterales; se reforzó la campaña de Salud Mental, en un esfuerzo por cuidar también el bienestar emocional de la población, obligada al aislamiento social, a dejar de ver a los suyos y a modificar totalmente los estilos de vida que llevaba.

Aureoles ataja y refiere que “en un acto de justicia y agradecimiento, aumentamos en un 60 % el salario del personal de la salud”.

A la fecha, desde que inició la contingencia, el Estado ha entregado más de 5 mil 500 créditos para apoyar a micro pequeños empresarios y con “Michoacán Alimenta” se han repartido alrededor de 250 mil paquetes con productos de la canasta básica a pacientes de COVID-19 y a las familias más vulnerables del Estado.

Ante el crecimiento alarmante de las agresiones en el hogar durante el aislamiento, el Estado instauró el protocolo de atención a mujeres víctimas de violencia de género y apoyó la protección del empleo de más de 155 mil trabajadores, con el subsidio a la nómina de 25 mil empresas. En puerta está, además, la conclusión de los nuevos hospitales Civil e Infantil, de Morelia.

APRENDER A CONVIVIR

Con los bemoles que acompañan a la pandemia, -como lo que ocurre en Lázaro Cárdenas y Morelia, municipios que, en conjunto, acumulan más de la mitad de los casos confirmados-, Michoacán superó la primera fase, en donde la participación social adoptando las medidas de prevención permitieron cierta estabilidad en los servicios de salud existentes; ahora se trata de reactivar la economía, pero sin fomentar los rebrotes.

“El tamaño del reto que enfrentamos, nos obliga a replantear nuestra forma de convivencia, poniendo como prioridad la salud de todas y todos, sin perder de vista la economía de las familias, la educación de los más jóvenes y nuestra vida como sociedad”, refirió el Ejecutivo en su planteamiento de las nuevas reglas generales.

La reactivación será gradual, comenzando con un 25% de la capacidad de los negocios, y contempla un plazo de hasta 90 días, del primero de junio al 30 de agosto; si se observan adecuadamente las medidas difundidas, este periodo podría modificarse. Un sistema de banderas marcará a cada municipio, dependiendo de indicadores específicos y el comportamiento del virus, en colores rojo, amarillo, verde y blanco.M

Lázaro Cárdenas, epicentro del coronavirus en Michoacán, fue el primero en ser declarado de máximo riesgo. Tiene bandera roja. Eso es un hecho.

Y Lo que es un hecho, además, es que no habrá regreso a clases en este ciclo escolar, manteniéndose el programa “Aprende en Casa”, para resguardar a niñas, niños y jóvenes.

Los estudiantes no se verán afectados, toda vez que se entregarán los certificados para los egresados de un nivel a otro (de primaria a secundaria, de secundaria a bachillerato, etcétera), además de que se mantienen los exámenes de admisión, reprogramando la fecha de aplicación y siguiendo medidas de sana distancia e higiene que eviten posibles contagios.

SIGUEN PROHIBIDOS:

• Eventos públicos de más de 50 personas

• Partidos d fútbol, concierto eventos masivo

• Manifestaciones y marchas

• Actividades en antros y bares

• Fiestas patronales y ferias de comunidad

• Gimnasios

• Balnearios y lugares recreativos

En contraparte, los establecimientos que podrán comenzar a operar, deberán hacerlo sólo al 25 por ciento de su capacidad; la ampliación del servicio será gradual: en junio, al 25%; en julio, al 50 por ciento y en agosto, hasta el 75%; todo dependerá del comportamiento del COVID-19.

BANDERAS:

• Roja: máximo riesgo de contagios. Actividades comerciales prestarán servicios de forma intermitente a un 25 % de su capacidad (4 días de apertura y 3 de aislamiento).

• Amarilla: riesgo alto. Apertura gradual, con manejo estricto de medidas sanitarias.

• Verde: riesgo bajo, Se ampliará el número de negocios y empresas abiertos, pero con un cupo limitado al 75%.

• Blanca: riesgo controlado. Evaluación permanente del registro de casos diarios en los módulos de enfermedades respiratorias.

UNA FRASE:

“Desde hace más de dos meses, enfrentamos una batalla contra un enemigo invisible, y lo hacemos de formas que jamás imaginamos, porque nadie estaba preparado para esto. Quedarse en casa se ha vuelto un símbolo de resistencia y unidad, un llamado que resuena en cada rincón de Michoacán”.