Acusados por el caso Iguala deben continuar en prisión

Acusados por el caso Iguala deben continuar en prisión
Por:
  • fernando_nava

A pesar de que un juez federal dictó el día de ayer un auto de libertad a ocho integrantes del grupo Guerreros Unidos implicados en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, éstos deberán seguir en prisión, pues todavía enfrentan acusación por secuestro.

De acuerdo con la resolución que otorgó el juez a los implicados, ésta sólo fue por el delito de delincuencia organizada; sin embargo, el 30 de septiembre del 2015, el juez Raúl Valerio Ramírez les dictó un auto de formal prisión por el delito de secuestro.

“La autoridad jurisdiccional estimó que los medios de prueba existentes en la causa penal 66/2015 del Juzgado de origen, resultan suficientes para demostrar el cuerpo del delito de secuestro en agravio de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa y, de manera probable, a título de autor mediato, la intervención y actuar doloso de López Astudillo”, indica el documento DGCS/NI: 107/2015.

El Dato: Los ocho imputados confesaron su participación en la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala.

Cabe destacar que la acusación de delincuencia organizada fue dictada por el mismo juez dos días antes, es decir, el 28 de septiembre de aquel año. “El juez Raúl Valerio Ramírez, titular del Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, con residencia en Toluca, informa que dictó auto de formal prisión a Gildardo López Astudillo alias Gil y/o El Vaquero y/o El Güero, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de Delincuencia organizada”, aparece en el documento.

Finalmente, fuentes de PGR señalaron que durante la tarde del jueves se impugnó la determinación del juez federal hacia los 8 implicados que obtuvieron el auto de liberación.

Los ocho sujetos confesaron haber trasladado a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa al basurero de Cocula, para posteriormente asesinarlos y calcinarlos, como establece la “verdad histórica”