Buscan emplearse; el Covid lo complica

Con cinco marionetas que van de los 80 a los 150 pesos, un cubrebocas que le cuelga en el rostro, gorra, suéter desgastado e identificación del Sindicato de Trabajadores no Asalariados colgada al cuello, el señor Pedro Lozano Osorio se instala a un costado de la Catedral Metropolitana, luego de viajar desde el municipio de Lerma de Villada, Estado de México, como lo ha hecho en los últimos 50 años, traslado por el que actualmente gasta de 40 a 50 pesos por día.

“Tengo 86 años, llevo 50 años vendiendo marionetas aquí en el Centro, mis abuelos las hacían y por eso me dedico a esta artesanía mexicana”, narra con voz apagada y pausada a La Razón Pedro, quien carga en todo momento sus productos ya que carece de una mochila y porta una holgada chamarra con las siglas de la Universidad Pedagógica Nacional.

Un caso más es el de Raúl Olvera Jiménez, quien se ha dedicado 42 de sus 63 años de vida ofreciendo sus servicios como electricista en este lugar. En la semana, se sienta detrás de su letrero que dice: “electricista” de las nueve de la mañana a las cinco de la tarde. Confió que de cinco servicios promedio que llegaba a hacer en una semana. Hoy solo hace uno… y con suerte.

“Cuando los negocios están abiertos aquí en el Centro, sí nos buscan seguido, pero todo está cerrado, no hay movimiento de trabajo ahorita, lo que sale pues ya es de clientes que tiene uno; para sobrellevarla más o menos, metimos papeles para que nos den apoyos económicos, pero a muchos no les han contestado”.

El cierre económico de abril arrojó 12.5 millones de personas del mercado laboral, 10.4 millones de ellos se ocupaban de manera informal, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Gaspar “N”, quien prefirió mantenerse anónimo, ofrece servicios de albañilería, dice haber llegado hace 25 años a trabajar en este lugar; “aquí en la Catedral es un grupo organizado de trabajadores no asalariados, no todos somos de la Ciudad de México, (…) yo ya llevo como dos meses y medio sin trabajar y la verdad sí nos afecta, yo tengo dos niñas todavía de 10 y siete años, sí la vemos difícil porque nosotros vamos al día, no tenemos un salario fijo”.

Originario del municipio de Nezahualcóyotl, Gaspar comenta que ha acudido a las estancias a tramitar un apoyo económico: “igual no cubre todo, pero es una ayuda para solventar nuestros gastos, sólo dan uno al mes pero se agradece que se preocupen por nosotros y nos den aunque sea mil 500 pesos, también nos dan este lugar para poder ofrecer nuestro trabajo, o no tendríamos ni dónde hacerlo”, comentó. El periodo de recepción para trabajadores vence el próximo viernes 19 de junio.

Sobre los apoyos, don Pedro, el octogenario vendedor de marionetas afirma: “uno mete sus papeles ahí en el edificio de gobierno y pasan dos, cuatro años y no le dan a uno nada… su servidor no recibe nada, también por eso ando aquí, y me preguntan ‘¿usted no se espanta?’, yo digo, ¡no!, porque ya está de Dios, el que tiene que morirse se va a morir y el que no, se va a quedar”.