Cae sujeto ligado a desaparición de jóvenes en Tonalá; ya extorsionaba

Cae sujeto ligado a desaparición de jóvenes en Tonalá; ya extorsionaba
Por:
  • carlos_jimenez

Luego de participar en el homicidio y la desaparición de tres jóvenes estudiantes de cine en Jalisco, Jonathan o César Arnulfo como se hizo llamar, huyó por distintos estados de la República hasta que se refugió en un hotel de Metepec. Desde ahí se dedicó a extorsionar a trabajadoras domésticas.

Él o un cómplice que tenía en un penal de Jalisco, llamaban por teléfono a sus víctimas. Les decían que eran miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y que tenían la orden de matarlas si no les entregaban todo el dinero de la casa en la que trabajaban.

La última extorsión que cometió, fue lo que permitió su captura. Agentes de la Fiscalía General del Estado de México lo atraparon justo cuando recibía 5 mil pesos de una empleada doméstica, en el municipio mexiquense, así lo establece el expediente TOL/AC3/03/MPI/361/161/18/05.

El informe de su aprehensión, al que La Razón tuvo acceso, revela la forma en la que actuaba este sujeto al que buscaban autoridades federales, por la muerte de los estudiantes Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Francisco García Ávalos y Jesús Daniel Díaz García. Sin saber que se trataba de un verdadero miembro del Cártel Jalisco, que era rastreado por todo el país, los agentes un grupo especial para robos, le siguieron la pista durante dos días.

Aquel hombre ya se había apropiado de una caja fuerte y joyas de una casa en el municipio mexiquense.

La tarde del 2 de mayo le llamó a otra mujer. Lo hizo desde el número de teléfono 33211665662 que es de Jalisco.

El Dato: Joyas, relojes y hasta una caja fuerte son parte del botín que se apoderó el criminal de CJNG al engañar a empleadas del hogar.

“Estaba en el domicilio de mi patrona cuando recibí una llamada a mi teléfono celular… me dijo que me mataría a mí y a mi familia si no le hacía depósitos a una cuenta, incluso dijo que ya sabía a qué me dedico y dónde estaba”, relató la víctima.

Con el apoyo de los agentes, le pusieron una trampa. Lo citaron a las 21:30 horas afuera de un Home Depot y lo atraparon.

Los elementos ministeriales hallaron su escondite: la habitación de un hotel de Metepec, donde tenía la caja fuerte que se había robado y que abrió con un martillo.

También tenía un iPhone el cual intentó destruir al ser detenido, pero no lo logró. Al ser interrogado, dijo que se llamaba César Arnulfo Farías Munguía, que tenía 25 años de edad y trabajaba en telemarketing.

Contó que era de Jalisco y aceptó que se dedicaba a extorsionar junto con un cómplice que está preso. Nunca mencionó su participación en el crimen de los jóvenes.

Fue hasta que ya estaba en el penal de Santiaguito, que agentes  federales que le seguían la pista se pusieron en contacto con las autoridades del Estado de México.

Buscaban preguntar sobre la ubicación del celular que venían rastreando desde Jalisco. Era el que Jonathan quiso destruir.

Gracias al movimiento de ese iPhone, lo federales sabían que aquel sujeto había estado en Manzanillo y Zihuatanejo. Su último movimiento los llevaba a Metepec.

Así descubrieron que era buscado por la muerte y desaparición de tres estudiantes.