Carta

Pablo Hiriart

Director de La Razón

Ciudad de México a 3 de mayo de 2012

Estimado Pablo:

En tu columna de hoy, afirmas que soy partidario de decretar (a la manera de Chávez) una cadena nacional para la trasmisión del debate, y sugieres que esa actitud es indicativa de un viraje mío hacia las posiciones que siempre combatí.

Si lees mi texto, verás que nunca hablo de cadenas nacionales. Lo que critiqué es el desplante de burla hacia los debates por parte de un poderoso concesionario de la televisión nacional.

Hace años, cuando Letras Libres publicó el número “Debates: para salir de Babel”, mostraste tu entusiasmo por la idea. Entonces entendías lo obvio: sin una cultura del debate México será siempre un país polarizado, sin capacidad de razonar con tolerancia, fundamentos y respeto. Ahora ya no le das esa importancia al tema, cosa extraña en un periodista que vive de razonar públicamente. ¿Quién ha cambiado, Pablo? ¿Y por qué?

No me reclames un abandono de los valores democráticos por los que he luchado siempre. Sencillamente no es verdad.

Atentamente

Enrique Krauze