Episcopado pide a Legionarios de Cristo traer a México a sacerdote pederasta

El Episcopado Mexicano lanzó un exhorto al director general de los Legionarios de Cristo para que traslade a México al sacerdote Fernando Martínez, reconocido por la congregación como responsable de haber violado a la cantante Ana Lucía Salazar cuando tenía ocho años y estudiaba en el Colegio Cumbres de Cancún.

"Exhortamos al Director General a que solicite al Santo Padre, pro bono Ecclesiae, la dimisión del estado clerical del P. Fernando Martínez, manteniéndolo sujeto a la obediencia religiosa en una residencia en México, a fin de estar a disposición de las autoridades competentes".

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A través de un comunicado, el Episcopado resalta la falta de "un acto concreto de justicia y reparación para las víctimas", así como la identificación de alguien que "asuma la responsabilidad de transparentar a los responsables del encubrimiento".

[caption id="attachment_1067566" align="aligncenter" width="696"] Comunicado del CEM sobre los Legionarios de Cristo.[/caption]

Por último, informa que, de acuerdo con la congregación, "ya fue presentada la denuncia de hechos ante la autoridad competente", por lo que han "ofrecido a las víctimas el apoyo y la orientación para que procedan de la manera más apropiada" además de que piden "a las autoridades de procuración e impartición de justicia que investiguen y deslinden las responsabilidades correspondientes por acción y omisión".

Sin embargo, Analú señala la ineficacia de dicho pronunciamiento, pues asegura que el comunicado llegó tarde.

http://twitter.com/Ana1uSalazar/status/1204827282302324737

El pronunciamiento del Episcopado Mexicano se da luego de que los Legionarios de Cristo admitieran la denuncia pública en la que Analú señaló a Fernando Martínez por haberla violado a los ocho años.

La conductora detalló en entrevista para La Razón que lo que le molesta es que dicho pronunciamiento del Episcopado pudo haberse hecho mucho tiempo antes, pues ella se lo pidió al secretario general, Alfonso Miranda, desde haced meses, cuando se reunió con él para la Jornada de Oración Contra la Violencia Sexual a Niños.

"Pedí que trajeran a Fernando Martínez desde antes, que la Legión sintiera una oposición en la Iglesia".

Además, señala que en ese entonces le relató a Miranda cómo fue su reunión con el todavía nuncio apostólico en México, Franco Coppola, quien le dijo que en los años 50 él leía "a un filósofo llamado Nietzsche y que decía que el sexo con niños era normal, inclusive un deleite".

Al respecto, el secretario general del Episcopado le respondió que reprobaba lo que decía Coppola y claramente no estaba preparado para recibir víctimas. Sin embargo, señala Analú, ahora Coppola va a recibir a las víctimas.

La cantante resalta que el problema es que "la gente crea que por esto las cosas son diferentes", ya que afirma que no es así, pues este tipo de comunicados realmente no dan solución a los problemas.

Por su parte, la Arquidiócesis de Monterrey, mandó una carta a Eloy Bedia, sacerdote de la Legión de Cristo, quien se perfila para ser el próximo Director General de la congregación, exhortándolo a renunciar a su participación en el "Capítulo Electivo" de los Legionarios de Cristo, debido a su participación en los encubrimientos de casos de abusos sexuales contra menores, por parte de Fernando Martínez.

"Así, quiero pedir junto a ellas (las víctimas) que no las siga dañando: ante su clara incapacidad para asumir decisiones apropiadas de gobierno a favor de la infancia y los formados, escudándose en su formación como lo ha mencionado el Director General, renuncie a la elección que le han hecho para participar en este organismo tan importante para el gobierno de su Congregación que es el capítulo electivo", escribe el presbítero Pedro Pablo González Sias, de la Arquidiócesis de Monterrey.

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Legionarios aseguran haber investigado, pero...

El pasado 22 de noviembre, la congregación emitió un comunicado en el que reconocían los hechos relatados por Analú, así como otros casos en los que el sacerdote Fernando Martínez se vio involucrado, luego de una investigación realizada, según afirman, por la agencia Praesidium, de la que sólo se dio a conocer su resultado y en ningún momento ofrecieron más información a las personas afectadas.

En el mismo comunicado, anunciaron que el castigo para el padre Fernando Martínez, por incurrir en actos de pederastia, sería no poder ejercer el ministerio ni portar los atuendos sacerdotales en público, aunque sí en privado.

Por último piden perdón a las víctimas y al propio padre Martínez, ya que él fue víctima de violencia sexual por parte del fundador de la congregación, Marcial Maciel.

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Al respecto, Analú de inmediato reaccionó señalando la desproporción entre la pena dada al cura Martínez y su delito.

"¿Qué acaso esos son los castigos justos y apegados a derecho por violar niños y niñas?", escribió en una carta Analú.

En su cuenta de Twitter, la cantante y conductora cuestionó la investigación hecha por Praesidium, pues nunca la buscaron a ella ni a ninguna de las víctimas de Fernando Martínez.

Además, señaló que dicho comunicado no menciona a los colaboradores y encubridores del cura: El sacerdote Eloy Bedia, el obispo Jorge Bernal, así como la maestra de religión Aurora Morales. De hecho, los Legionarios señalan que la investigación no logró "evaluar de modo conclusivo la actuación de los docentes y empleados del Instituto Cumbres de Cancún".

Por otra parte, en su carta Analú deja en claro que con pedir perdón no reparan el daño, ni mucho menos le hacen un favor a ella o a ninguna de las víctimas.

http://twitter.com/Ana1uSalazar/status/1198002197247623168

Aclara que no es una reconciliación lo que buscan, sino justicia, algo que no le están ofreciendo.

"No somos unos amigos que nos peleamos, ni unos novios que cortamos", dijo la conductora.

Los Legionarios de Cristo no hicieron ningún otro pronunciamiento al respecto, ni referencia alguna al hecho de que el sacerdote Fernando Martínez continúa en Roma, donde fue enviado tras los diversos casos de pederastia que lo señalaban.

En lo concerniente a la resolución emitida hace un mes por la Legión, la cantante destaca que fue un punto de quiebre que permitió la denuncia pública de otras dos víctimas de violación de Fernando Martínez.

Sin embargo, resalta que a diferencia de ellas, no interpuso una denuncia ante la autoridad eclesiástica, pues asegura que no hay claridad ni garantías en el proceso, simplemente se da a conocer la resolución, como en el caso de la investigación llevada a cabo por Praesidium.

Contacto de Analú con los Legionarios de Cristo

A pesar de que el Episcopado Mexicano dijo que acompañaría a las víctimas, Analú asegura que no ha habido ningún acercamiento con ella.

Sin embargo, por parte de los Legionarios de Cristo, la conductora recibió dos cartas dirigidas a su persona, una del director general de la congregación, Eduardo Robles Gil, y la otra de su victimario Fernando Martínez. Ambas cartas las leyó en una transmisión que hizo a través de su perfil de Facebook, junto con otra de las víctimas del mismo sacerdote.

http://www.facebook.com/AnaluCoco/videos/10162582225705655/

En la carta del director general, admite que desde 2014 pudo atender el caso de Analú y de las otras víctimas de Fernando Martínez, pero siguió con los casos de décadas pasadas, es decir, los relacionados a Marcial Maciel, además de que se dice apenado por no haberle dado a Analú y a su familia la "atención adecuada".

"Yo podría haberlo remediado desde 2014, pero seguí las decisiones que se habían tomado con respecto a casos de abuso de décadas pasadas y no reexaminamos el caso", dice Robles Gil en su carta.

Al respecto, la cantante aclara que eso que el director general llama "atención inadecuada", es encubrimiento, especialmente por parte del obispo Jorge Bernal y Eloy Bedia.

También señala que, al no haberlo remediado, incurrió en omisión del caso y ahora busca matizarlo, a pesar de que ya era del conocimiento de la Legión de Cristo desde los años noventa.

Más adelante, ofrece a Analú una carta dirigida a ella y escrita por Fernando Martínez, en la que, dice Robles Gil, "reconoce y pide perdón". Sin embargo dice ser consciente de que dicha carta "podría parecer forzada y no sincera".

También asegura que Fernando Martínez se ha dado cuenta de su error y ha pasado por inmenso dolor, durante su resguardo en Roma.

"Le puedo asegurar que para el P. Fernando el haber estado 25 años con restricciones, y ahora sin ministerio, ha sido un camino de arrepentimiento y dolor porque se ha dado cuenta del inmenso mal causado".

Analú destaca que en la carta de Robles Gil le expresa su "querer" de ofrecer a ella y a las víctimas "esperanza", pero no justicia.

Por último, el director general le expresa su deseo de usar el sufrimiento de la cantante para darle un nuevo impulso a la Legión, lo que ella niega categóricamente y le responde que "busquen sus propias herramientas".

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Por otra parte, en su carta, Fernando Martínez dice que la denuncia de Analú sobre su "comportamiento" le ha hecho reflexionar.

"Y te pido ante todo perdón por el gravísimo daño que te he causado y que tu reportas", escribe el sacerdote.

Inmediatamente describe el haber abusado de ella como "un tocamiento sensual e impúdico", asegurando que fue "fruto de una sexualidad descontrolada", por lo que le pide perdón.

"Quiero con este breve mensaje apelar a tu generoso corazón y pedirte de rodillas perdón. Nadie más que Dios y tú pueden darme la paz".

Más adelante, pide a Analú que lo vea "con misericordia", asegurando que "Dios te lo bonificará dado que yo no puedo más que pagar con mi vida de oración y penitencia", y asegura que está dispuesto a acatar todo lo que la Santa Sede y sus superiores dispongan.

[caption id="attachment_1067413" align="aligncenter" width="686"] Carta de Fernando Martínez a Ana Lucía Salazar.[/caption]

Ante lo escrito por Fernando Martínez, Analú deja en claro que el sacerdote sí puede pagar el daño hecho, entregándose a la justicia civil, y que ella no le va a dar ninguna paz ni va a tener misericordia, pues él no la tuvo con ella al momento de abusarla.

"No señor, usted puede pagar sus delitos entregándose a la justicia por violador de menores", sentencia la conductora.

Agrega que ella no quiere recibir bonificaciones de Dios, sino justicia de las autoridades civiles, no de la Iglesia, que nunca busca una reparación del daño ni garantía de no repetición.

Recalca que esos "daños", de los que Fernando Martínez y los Legionarios de Cristo hablan, son delitos, pues se trata de violación a niños.

Por último, Analú nos asegura, en entrevista, que ella seguirá aprovechando los foros que tenga para hacer la denuncia, con la finalidad de que ningún niño pase por lo que ella.

Como parte de su activismo, la cantante ha colaborado con la senadora Josefina Vázquez Mota y las instituciones con las que ha tenido contacto, para impulsar iniciativas que siempre busquen la protección de los niños, como la presentada ya en el Senado para que los delitos a menores no prescriban, como pasó en su caso.

La congregación de los Legionarios de Cristo ha estado en el centro de la polémica en este tema, luego de que se revelaran los diversos casos de pederastia en los que el fundador, Marcial Maciel, quien permaneció protegido por el Vaticano durante 70 años, hasta la década de los 2000.

Sin embargo, fueron varios los denunciantes de estos delitos. Uno de ellos fue el exsacerdote Alberto Athié, quien dejó el ministerio luego de que no hicieran caso a sus denuncias e incluso trataran de silenciarlo ofreciéndole un obispado.

Los casos de pederastia en la Iglesia Católica siguen dando de qué hablar, pues apenas el martes se dio a conocer que el sacerdote argentino, Eduardo Lorenzo, se suicidó disparándose en la cabeza, antes de ser detenido para enfrentar los cargos de corrupción de menores y abusos sexuales contra por lo menos cinco menores de edad.

El pasado 17 de diciembre, el Papa Francisco abolió el “secreto pontificio” empleado en los casos de abusos sexuales por parte del clero, tras crecientes críticas sobre que esa categoría de confidencialidad se empleó para proteger a pedófilos, silenciar a las víctimas e impedir que las instituciones de justicia investigaran los crímenes.

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