La pandemia pega también a sepelios por muerte no Covid

La pandemia pega también a sepelios por muerte no Covid
Por:
  • antonio-lopez

Los lentes oscuros ocultan unos ojos que no han parado de llorar; vestida de luto y protegida con cubrebocas, doña Maribel Maya solloza afuera del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa; su hermano, Jaime Maya, falleció de un infarto fulminante a los 56 años de edad, pero ella no pudo darle el último adiós.

“No puede ser de verdad, porque apenas antier hablé con él y estaba bien. Nunca imaginé que no volvería a verlo y ahora que falleció resulta que no me dejan entrar; es el último adiós y me dicen que antes de mí ya llegaron 15 personas. Es mi hermano, por Dios, yo necesito verlo; no es justo”, lamentó.

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Como ella, aunque sus familirares no hayan muerto por Covid-19, miles de personas han sido impedidas para despedir a sus seres queridos a causa de la pandemia, pues tanto en la capital del país como en otras partes de la república se endurecieron las medidas de acceso a los panteones, entre ellas la restricción al número de deudos que pueden acudir a los servicios.

Incluso si los familiares y amigos de los difuntos portan cubrebocas, caretas, gel antibacterial u otras medidas preventivas, no todos pueden despedirse.

“Nunca imaginé que no volvería a verlo y ahora que falleció resulta que no me dejan entrar; es el último adiós y me dicen que antes de mí ya llegaron 15 personas”

Maribel Maya

Familiar de un difunto

“Aquí el acceso está restringido para toda persona que viene a ver a sus difuntos: nadie puede entrar a visitar difuntos, sólo se permite el acceso de hasta 15 personas por servicio de inhumación o entierro. Tampoco pueden ingresar mujeres embarazadas, niños y adultos mayores”, explicó Javier, un empleado de la alcaldía Iztapalapa, asignado a la vigilancia del cementerio.

Frente al panteón, Yareli Solís de Jesús vende urnas para los cuerpos que están siendo cremados del otro lado de la acera. La comerciante confiesa que la pandemia fue buena para su negocio, pues las cremaciones se hicieron más habituales y sus ventas crecieron de tres a hasta 35 por  semana (por encima de mil por ciento más).

“Más que nada las personas, por el problema de la pandemia, están prefiriendo cremar. Aunque no tengan Covid en el panteón les recomiendan cremar. A la semana solamente había de tres a cuatro cremaciones y ahorita está habiendo como cinco diarias”, detalló, tras mostrar a los clientes urnas, de entre 300 y mil 500 pesos.

“Es que imagínense, está bien por lo del coronavirus, pero con nuestro dolor, que no nos dejen despedirnos, que no podamos venir a llorar, pues es muy doloroso y muy penoso”

Graciela Robles

Familiar de un difunto

En el mismo Panteón Civil se encuentra la señora Graciela Robles, quien tampoco podrá despedir a su sobrino, fallecido con tan sólo 27 años de edad a causa de una peritonitis.

“No nos dejan entrar, tenemos que esperar a que llegue la carroza. Es que imagínense, está bien por lo del coronavirus, pero con nuestro dolor, que no nos dejen despedirnos, que no podamos venir a llorar, pues es muy doloroso y muy penoso”, lamentó.

Algunas de las carrozas fúnebres que ingresan al panteón trasladan cuerpos de víctimas de Covid-19; los encargados del traslado portan mascarillas N95, guantes quirúrgicos y trajes especiales.

El dato: Distintos municipios de Nuevo León, Sinaloa, Guerrero, Michoacán, Veracruz y Coahuila han anunciado que no permitirán visitas a las sepulturas el Día de las Madres para evitar contagios.