Las calles de Jojutla están como si las hubieran bombardeado

Las calles de Jojutla están como si las hubieran bombardeado
Por:
  • bibiana_belsasso

En Jojutla, Morelos

En tres colonias de la cabecera municipal de Jojutla se registran los mayores daños ocurridos en Morelos, a consecuencia del sismo registrado el pasado martes 19 de septiembre.

Jojutla se encuentra a tan sólo 80 kilómetros de la Ciudad de México y muy cerca de donde fue el epicentro del terremoto. Al caminar por sus calles pareciera que han sido bombardeadas y no como consecuencia de los estragos de un terremoto. Es impactante.

Hemos estado en Oaxaca y en Chiapas, en donde los daños son inimaginables pero están dispersos.  Ves algunas casitas en pie y muchos derrumbes.

El Dato: Casi un 90 por ciento de los inmuebles en Jojutla quedaron seriamente dañados después del sismo de 7.1grados del 19 de septiembre pasado.

En la zona centro de Jojutla prácticamente todos los inmuebles se reducen a escombros o están por derrumbarse. Los que quedan, sufren daños. Casi todas las casas, pegadas al río, están por desprenderse.

Caminamos por la calle principal para llegar a la escuela Juan Jacobo Rousseau con el Coronel Cristian León, comandante del 108 batallón de Infantería. Nos dice que días atrás esa calle estaba totalmente bloqueada por los escombros, porque se cayeron las casas en ambos lados de la calle.

La primera llamada de emergencia que recibió el Ejército fue en esta escuela, en donde decían que había niños atrapados. Cuando llegan se dan cuenta que la escuela está por derrumbarse, pero que así está toda la zona. Los niños de ese plantel logran salir ilesos. Se acordona la zona y no se permite ya el ingreso. El riesgo de que con cualquier replica se derrumbe el inmueble es inminente.

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Otra escuela, la 10 de abril, de la colonia Zapata, quedó a punto del colapso, el día del temblor más de 500 niños fueron evacuados a salvo, al interior de los salones aún están sus cuadernos y sus mochilas.

Y el milagro se dio en el Instituto Morelos de Jojutla, una escuela particular de religiosas que se colapsó por completo minutos después del sismo. Ningún niño quedó atrapado en los escombros. La madre María Caridad García García nos platica: “La Santísima virgen de Guadalupe  de la Merced nos protegió cuando el edificio se hacía como columpio”.

Horas antes de este sismo, se habían hecho tres simulacros. “La cultura para atender un siniestro ayuda”, nos dice el Coronel Cristian León. La directora me confirma que Protección Civil les ha insistido en hacer este tipo de prácticas que salvó la vida de todos los niños.

“Me puse a rezar con los papás y ya que estuvo más tranquilo me di la vuelta y vi cómo el colegio se derrumbaba”. Madre María Caridad, Encargada de preescolar

La madre María Caridad, encargada de preescolar me dice que cuando empezó el temblor trató de sacar a los menores lo más pronto posible. Que a ella le costaba trabajo caminar y más a los chiquitos.

Sacaron a los niños y los llevaron a un lugar seguro. Segundos después la madre regresó a la escuela para ver si quedaba algún niño. “Sólo Dios te da la fuerza a través de nosotras para salvar a esas criaturas”.

Al salir de la escuela y llegar al sitio seguro, donde estaban los niños y algunos padres que ya habían llegado por sus hijos, el Instituto Morelos se colapsó.

“Cuando todos los papás llegaron por sus niños yo me puse a rezar con ellos, y ya que estuvo más o menos tranquilo me di la vuelta y vi cómo el colegio se derrumbaba”, relató.

Enfrente está la iglesia de San Miguel Arcángel de la colonia Centro, de Jojutla, de 128 años de antigüedad.

Rogelio Sánchez, párroco, comentó: “La gente cayó como en mucha desesperanza por su templo tan antiguo, especialmente por una imagen del siglo XVI que contenía el templo, que le llamaban ellos Padre Jesús”.

Frente al templo colapsado se observaron cinco imágenes religiosas que fueron sacadas de entre los escombros, tuvieron daños, excepto la Virgen de Guadalupe que resultó intacta.

Seguimos caminando por esas calles, cruzamos el puente que nos lleva a  la esquina de la calle Gómez Farías con Melchor Ocampo. Se ven sólo escombros. Ahí nos encontramos con otro héroe, el soldado Rafael Hernández.  Este hombre logró rescatar a una bebé de 8 meses.

Cuando empezó el temblor, su madre, que la tenía en brazos, seguramente sintió que se colapsaba la casa. El soldado Rafael narra que encontró a la bebé abajo del cuerpo de su madre, quien dio la vida para protegerla.

Nos platican que una joven invidente tampoco logró salir y se quedó atrapada en los escombros, y a  otra mujer de 22 años, que vendía comida en la calle, se le cayó la barda encima y también perdió la vida.

Mientras tanto, los habitantes de este municipio, que fue el epicentro del terremoto, siguen luchando por recuperar su vida. Ahora son quizá los días más difíciles después de las pérdidas humanas.

Lo que piden es trabajo y un techo para poder salir adelante.

Llegamos al albergue instalado en la unidad deportiva La Perseverancia. Llama la atención cómo la comunidad civil, el Ejército, Policía Federal y Municipal trabajan coordinadamente.

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Platicamos con el Coronel de infantería Rubén Ortiz Cano, responsable del albergue.

Nos cuenta que han tenido tanta ayuda que han salido a repartir a municipios aledaños, que no han tenido fallecidos pero sí muchos daños en los inmuebles, de lugares como son Xoxocotla, Zacatepec y Xochitepec.

El Ejército todavía tiene capacidad para recibir a gente en este albergue, en donde pueden llegar a comer y a pernoctar.

Seguramente ha habido problemas con la forma en que se distribuya algo de la ayuda, pero no es verdad que esta ayuda de la sociedad no llegue. Vimos cómo se está trabajando para distribuirla y la falta que hace, y seguirá haciendo.

En el albergue platiqué con una señora de más de 80 años. Doña Clarita me cuenta: “Mi cuartito está todo cuarteado. Yo ingresé aquí, me trajo mi hijo y me dijo “no te muevas de aquí”. No tengo dónde meter mis cosas.  Espero en Dios nuestro Señor nos dé dónde estar.  Éste es mi techo”, y señala el campamento que puso el Ejército.

Nos cuenta que ya está más tranquila porque una doctora le dio unas gotas en una botella de agua. Algún antiansiolítico que la ha calmado un poco.

Otra pareja dice que lo único que necesitan es trabajo y un techo. En  Jojutla, con toda la zona destruida es difícil que mucha gente pueda regresar a trabajar.

La gran mayoría de la gente está sin trabajo y sin casa.

Ahora  se tiene que empezar con la reconstrucción que no es tarea fácil y mucho menos inmediata. Habrá que emplear a su misma gente para que reconstruya  Jojutla y tengan un modo de supervivencia.