“Los niños de Oaxaca deben sentirse tristes”

“Los niños de Oaxaca deben sentirse tristes”
Por:
  • larazon

Fotos Jaquelin Coatecatl La Razón

En cinco semanas de clases, Alondra Alvarado, de diez años, ha aprendido a leer los miles y millones; conoció los diferentes tipos de triángulos, entiende más acerca del sobrepeso y la obesidad y en español ha trabajo con los adverbios de tiempo.

Para fomentar su sentido de la responsabilidad debe cuidar un huevo sin ayuda de sus papás. Esa práctica le fue impuesta por su profesor de quinto año en la escuela primaria Manuel E Álvarez del Estado de México.

Su cuaderno con más hojas utilizadas es el de español. Ahí ha aprendido qué es una descripción, pues la puso en práctica con su familia y su casa.

Aunque ya conocía la coma, como signo de puntuación, ahora tiene más noción de cómo utilizarla.

“El maestro nos da hojas con cuentos y oraciones, nosotros los leemos y ponemos con lápiz la coma donde creemos que va, luego el maestro lo hace con nosotros y ya sabemos dónde nos equivocamos”, describe la menor.

A su vez, Roberto García de 11 años, quien cursa el sexto año, lleva trabajadas 23 páginas del libro de español y 20 de geografía; en este ciclo comenzó a realizar las divisiones y multiplicaciones de los números decimales y, para mejorar su lectura todos los días se queda diez minutos más después de clase para leer en voz alta con su maestro.

Estos son conocimientos y actividades que un millón 300 mil niños oaxaqueños ya perdieron en cinco semanas y media que llevan sin clases y que seguirán perdieron luego de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) decidió quedarse en paro hasta octubre.

“Creo que los maestros deberían ir con los niños a darles clase, cuando estoy de vacaciones, después extraño mi escuela y las clases, esos niños que no tienen maestros deben sentirse muy tristes de no ir la escuela”, indica Alondra.

“Lo que más me gusta de la escuela es educación física, siempre hay nuevos juegos, a veces jugamos quemados, a la cola de la víbora o a atraparnos con el suéter y eso sólo lo hago en la escuela porque en mi casa pasan muchos carros y no se puede correr mucho”, comenta.

En el país, 24.7 millones de alumnos de nivel básico se encuentran en clases, la mayoría se encuentra a la mitad del primer bimestre.

“No sé que haría si fueran mis hijos los que no tuvieran clases, ellos necesitan aprender, convivir con otros niños y desarrollar habilidades que sólo los maestros les pueden dar. Los padres de Oaxaca deben estar desesperados; pero más molestos pues sólo nosotros sabemos lo que nos cuesta mandar a los niños a clase”, comenta María Ávila, madre de Alondra.