“Me gusta hacer política, privilegiar lo que une, no lo que separa al país”

“Me gusta hacer política, privilegiar lo que une, no lo que separa al país”
Por:
  • bibiana_belsasso

Con experiencia en el sector empresarial como consejero y presidente de organismos: el Consejo Coordinador Empresarial y la Confederación Patronal de la República Mexicana, Gerardo Gutiérrez Candiani, quien aspira a ser candidato a la gubernatura de Oaxaca, su estado natal, comparte en entrevista cómo tuvo que hacerse cargo de su familia al fallecer su padre cuando él tenía 21 años y habla de su pasión por la pintura oaxaqueña que lo ha llevado a coleccionar piezas de Sergio Hernández y Francisco Toledo para apoyar el arte nacional. Sobre su labor, expresa que siempre ha privilegiado las agendas compartidas con el Gobierno federal, el Congreso de la Unión y la iniciativa privada.

Bibiana Belsasso: Vamos a platicar de ti, ¿cómo eras de niño?

Gerardo Gutiérrez Candiani: Fui un niño que creció en una familia de mucho trabajo. Mi papá y sus hermanos tenían un grupo empresarial embotellador en el sureste de México, entonces, crecí mucho entre tráileres, máquinas de hacer refrescos; jugaba mucho futbol, voleibol, basquetbol, en un entorno de un Oaxaca todavía muy chiquito, en las ciudades provincianas en donde todo el mundo se conoce. Estudiábamos en una escuela privada que, además, como era la única, o de las pocas escuelas privadas, siempre traíamos el tema con las escuelas públicas, participábamos mucho, íbamos a los torneos, jugué mucho tenis también, ha sido el deporte que más me ha gustado. Fue una infancia muy bonita, muy de familia, con mis tres hermanas y mis padres y siempre, muy arropado en el ambiente de Oaxaca.

Belsasso: Siendo de Oaxaca podías estar en la calle, salir a jugar, era mucho más libre, mucho más seguro.

Gutiérrez Candiani: Era muy seguro, lo recuerdo porque viví en muchas casas, hasta que mis papás compraron la casa definitiva donde crecí.

Belsasso: ¿Por qué tantas casas?

Gutiérrez Candiani: En ese tiempo las rentaban, era un matrimonio con hijos chiquitos, entonces viví como en tres o cuatro casas que fueron rentando hasta que encontraron la casa en donde crecí ya.

Belsasso: ¿En dónde?, ¿en el centro de Oaxaca?, ¿dónde vivían?

Gutiérrez Candiani: Nunca en el centro, siempre en diferentes partes y luego, en la casa definitiva en San Felipe, al norte de la ciudad, ahí había muchas zonas, en ese tiempo no estaba desarrollado Oaxaca, había lugares a donde iba a jugar, en colonias más marginadas, en que había campos de futbol de tierra. Todos los días me iba a jugar futbol con la gente de ahí.

Belsasso: Fue un shock para ti, después de vivir tan libre y pudiendo jugar en estas canchas de tierra, llegar a la Ciudad de México, mucho más complicada que Oaxaca.

Gutiérrez Candiani: Primero hice una escala larga, me fui a Estados Unidos.

Belsasso: ¿A dónde te fuiste?

Gutiérrez Candiani: A un lugar que se llama Lake Forest, cerca de Chicago, a estudiar mi primer año de prepa. Luego los otros dos años me fui a Monterrey, a la prepa del Tec, era de dos años en ese tiempo. Salí con mi generación y luego ya decidí quedarme a estudiar economía en Monterrey, en el Tec. Posteriormente, trabajé en un proyecto. Cuando estudiaba, mi maestro en ese tiempo, Carlos Salazar, me invitó a trabajar en un programa que se llamaba Cintermex, que es el Centro Internacional de Negocios de Monterrey, donde un grupo de empresarios decidió poner un centro de convenciones, un área permanente y un área temporal de exhibiciones y tener un espacio para centro de reuniones y exposiciones.

Belsasso: Y cuando te vas a Monterrey, ¿te vas con toda tu familia o ellos se quedan con el negocio refresquero y más?

Gutiérrez Candiani: No, mis papás se quedan, mis hermanas fueron llegando. Mi papá compró un departamento para que viviéramos en Monterrey. En la medida en que iban llegando mis tres hermanas me empecé a volver loco y acabé corriendo, saliendo de la casa. Me fui a vivir con amigos, ahí acabé toda mi carrera viviendo con ellos. En el proyecto de Cintermex, estuve apoyando toda la creación del Centro Internacional de Negocios de Monterrey, que dependía, en ese tiempo, de VISA, lo que hoy es Femsa y de Carlos Salazar, quien hoy es el presidente y director general de Coca Cola-Femsa a nivel mundial, con él trabajé, estuve cerca de año y medio, después decidí venirme a la Ciudad de México.

Belsasso: ¿Tu mamá sigue viviendo en Oaxaca?

Gutiérrez Candiani: Sí, mi papá murió hace 29 años, a los 52 años, muy joven.

Belsasso: ¿Cuántos años tenías cuando falleció tu papá?

Gutiérrez Candiani: 21 años, me agarró en sexto semestre de la carrera, me acuerdo que estaba presentando el examen final de Moneda y Bancos, nunca se me va a olvidar, fue un primo a tocarme a las 18:30 horas para decirme que mi papá había muerto y en ese momento me regresé a Oaxaca.

Belsasso: ¿Qué le pasó?

Gutiérrez Candiani: Le dio un infarto masivo. Desde ese momento empecé a trabajar; comencé con mi mamá a sacar adelante a la familia, y a mis tres hermanas.

Belsasso: ¿Eres el más grande de la familia?

Gutiérrez Candiani: Sí y el único hombre, somos muy unidos.

Belsasso: Te tocaba.

Gutiérrez Candiani: Me tocaba y me toca, porque, además, todavía hoy tenemos una extraordinaria relación y siempre estamos pendientes todos de todos.

Belsasso: Pero te toca asumir una responsabilidad de familia, una responsabilidad, también, en el plano emocional, desde muy chico.

Gutiérrez Candiani: Sí, muy chico. Fue muy difícil porque, además, mi papá era una persona muy querida, siempre ayudó mucho, lo recuerdan con muchísimo cariño. Cuando llegó el momento de buscar una identidad, me costó muchísimo trabajo abrirme un espacio por mí mismo, teniendo a mi papá, de un carácter muy fuerte, con una gran presencia; un hombre, como te digo, profundamente querido en la sociedad. Fueron varios años de comparaciones y me costó mucho trabajo salir adelante, más que, inclusive, la responsabilidad de estar con mi madre, de acompañarla a ella y a mis hermanas en todo el proceso de crecimiento.

Belsasso: Sí, es que muchas veces te pasa eso, cuando tienes un padre muy exitoso, tienes que demostrar, de alguna manera, que tú puedes ser igual o mejor que él y empieza a ser muy complicado, ¿no?

Gutiérrez Candiani: Y luego los amigos, obviamente no lo hacen de mala fe, pero empiezan las comparaciones en una etapa de vida en la que necesitas encontrar tu identificación.

Belsasso: La verdad, qué increíble tener un papá exitoso, debe de ser peor que te digan tu papá es un bueno para nada.

Gutiérrez Candiani: Sí, claro, pero sí cuesta, porque, al final, todo lo que haces en una etapa de tu vida, lo comparan y tú no eres tan agradable, tú no eres tan simpático.

Belsasso: Te debo de confesar que en algún momento de mi vida quise estudiar psicología, yo decía, mi papá un reconocido psiquiatra, no hay forma, me voy a otro rubro completamente distinto.

Gutiérrez Candiani: Mi hermana Silvia, la más chica, decidió hace tres años estudiar su carrera, porque se casó muy joven. Está feliz, muy realizada, empezó a los 39 años a estudiar la licenciatura en Psicología.

Belsasso: Oye, ¿cuándo llegas a la Ciudad de México? ¿Haces alguna maestría en el Tec o en Monterrey?

Gutiérrez Candiani: No, fíjate que yo no puedo hacer maestría, porque como muere mi papá, termino la carrera y me pongo a trabajar, de hecho, desde antes de terminar la carrera comienzo a laborar en una empresa que era una casa de bolsa en ese tiempo, haciendo mis primeros pininos. Me toca el crack del 87, ahí me di cuenta cómo se manejaba todo, en ese tiempo que no había regulaciones era terrible. Luego tengo un negocio en el que hacíamos cuestiones institucionales para baños, tipo Kleenex, para estas cuestiones de papel, que se ponían en el baño para protección, empezamos a crecer, pero luego llegaron otras grandes empresas internacionales y nos sacaron muy rápido del negocio.

Belsasso: Y en ese tiempo conociste de cerca a Pedro Aspe, que es uno de los economistas más brillantes del país. ¿Qué te decía?

Gutiérrez Candiani: Ya en la Ciudad de México, conocí a Pedro y a mucha gente, a integrantes del equipo económico del presidente Carlos Salinas de Gortari y también a personas de Oaxaca y Monterrey, porque siempre participé en la Asociación de Alumnos. En la época de Luis Donaldo Colosio, le organicé un encuentro, primero a Diódoro, cuando fue candidato a gobernador, le organicé una reunión empresarial de jóvenes, también le íbamos a hacer algo parecido a Colosio.

Belsasso: Te gusta la política.

Gutiérrez Candiani: Siempre me ha gustado hacer política, me ha gustado sumar, tratar de generar política pública y cuestiones que transformen al país para bien.

Belsasso: Y bueno, desde el Consejo Coordinador Empresarial haces política.

Gutiérrez Candiani: Ahí haces mucha política. Siempre he privilegiado las agendas compartidas, los proyectos que puedas empujar de manera conjunta. Construimos muchísimo con el gobierno de la República, con los partidos, con los representantes en el Congreso de la Unión, siempre privilegiando lo que une, no lo que separa y eso ayudó al sector privado a darle un empuje, creo que histórico, a través de la Agenda por México.

Belsasso: Gerardo, ya llevas muchos años casado.

Gutiérrez Candiani: Sí, llevo 15 años.

Belsasso: Tu esposa ha dicho, la he escuchado, que en tu casa se desayuna y se cena comida oaxaqueña.

Gutiérrez Candiani: Sí, somos muy oaxaqueños, aunque ella es de Jalisco, mis hijos son muy oaxaqueños, nos gusta mucho la comida oaxaqueña, en lo personal, podría comerla a diario, pero la consecuencia sería casi un infarto porque es muy pesada; comemos mucho quesillo oaxaqueño, huevo en salsa, tasajo, mole, todas las veces que se pueda, somos muy oaxaqueños.

Belsasso: ¿Eres deportista?

Gutiérrez Candiani: Fui muy deportista, pero tengo un problema de cadera, me operaron y tengo una prótesis, llevo dos operaciones, no he quedado muy bien, eso me ha impedido seguir haciendo mucho ejercicio. Pero a Gerardo mi hijo, le gusta mucho el Taekwondo y el basquetbol, cuando se hacen los torneos entre las escuelas siempre voy, he procurado ir siempre. Le ha ido muy bien en el Taekwondo, aunque es un niño muy pacífico, no le gusta pelear, pero siempre le va muy bien en combate.

Belsasso: Es un tema de mucha disciplina, de mucha coordinación, de mucha concentración.

Gutiérrez Candiani: Sí, hace unos meses cuando fue el torneo, me decía, porque yo no había llegado en los primeros días de combate: ‘Oye papá, son puro cinta negra’. Y él no es cinta negra; pero, le dije: ‘Pues no les veas la cinta, véselas blanca y tú peléate como si fuera blanca’. Y le fue muy bien.

Belsasso: ¿Así le haces tú para las estrategias de negocios y más?

Gutiérrez Candiani: Sí, hay que ver a la cara, creo mucho en sumar, siempre en buscar el lado bueno, en ver qué es lo que te une, poner en la mesa, además, siempre en una relación muy justa de un ganar-ganar.

Belsasso: Ahora, ¿siempre se puede?

Gutiérrez Candiani: Sí, pero al final es una decisión tuya y una opción. El poner en la mesa que puedas construir a base de la unión, la confianza y que no haya ventajas es tu decisión; y es tu decisión, también, si el que tienes enfrente no actúa igual, simplemente no tomar la opción y construir con la gente con la que sí puedas. Simplemente no hay que pelearse, hay que darle la vuelta.

Belsasso: Oye, Gerardo, ¿qué haces para divertirte en tus tiempos libres?

Gutiérrez Candiani: Me gusta mucho trabajar.

Belsasso: No me digas eso, los que te leen van a decir, ¡qué aburrido!

Gutiérrez Candiani: Me gusta mucho trabajar, me gustaba mucho leer, he dejado de leer libros, ahora leo muchas cosas de tipo económico.

Belsasso: No me digas que sólo te dedicas a trabajar, ¿qué más haces?

Gutiérrez Candiani: No, no, ¿sabes que me gusta mucho? el mar, es mi remanso de paz.

Belsasso: ¿Te gusta pescar?

Gutiérrez Candiani: Me gusta pescar, mucho. Me gusta irme a navegar, estar con amigos, viajar, eso me gusta mucho.

Belasso: Y cuando estás en el mar, solo, pescando, ¿qué piensas?

Gutiérrez Candiani: Creo que es el momento de mayor tranquilidad, cuando no hay celulares, no hay nada, ahí es donde estoy muy contento, muy relajado.

Belsasso: ¿Qué te pasa por la mente?

Gutiérrez Candiani: Prácticamente nada, yo procuro, precisamente, estar muy concentrado en el mar, en disfrutar, en ver los delfines o, si estoy pescando, son dos, tres, cuatro horas muy concentrado, es una lucha muy justa entre el animal y tú. Hace poco mi hijo y yo, sacamos un marlin, nos tardamos casi cuatro horas, acabamos exhaustos, pero, es una lucha muy padre. A mí me gusta mucho el mar y lo que produce; todo lo que sacamos, todo lo que pescamos nos lo comemos.

Belsasso: Huatulco es una belleza.

Gutiérrez Candiani: Es una gran opción, es un desarrollo único en el país, sustentable, tiene condiciones, está muy bien hecho, muy bien preservado.

Belsasso: También sé que tú y tu esposa son apasionados del arte, que aman el arte oaxaqueño, que has trabajado muchísimo este tipo de temas.

Gutiérrez Candiani: Sí, es otra gran pasión, se me olvidaba, desde los 15 años colecciono. He apoyado y me han apoyado muchísimos pintores, prácticamente conozco a todos, con todos tengo una extraordinaria relación.

Desde hace muchos años, a los que empezaban, trataba siempre de ayudarlos, les he llevado clientes, amigos, los he recomendado.

Belsasso: ¿Como quiénes?

Gutiérrez Candiani: Prácticamente a todos. Bueno, a Rodolfo no lo ayudé, pero lo conocí perfectamente; conozco a Sergio Hernández, al maestro Francisco Toledo, con él participé en Pro-Oax con él. Conozco a pintores jóvenes como Rolando Rojas; como a mi compadre, Amador Montes. Tengo una muy buena anécdota de Amador, como a él y a otros, fui de los primeros que le compré obra, porque casi todos los viernes cuando vivía en Oaxaca iba a las galerías a ver qué nuevo pintor estaba surgiendo y un día llegué y vi la primera exposición de Amador y vi un díptico abstracto, en blancos y grises, que me gustó mucho, me llamó la atención y en ese momento pregunté cuánto valía, ofrecí una cantidad y ahí estaba el pintor, era su primera exposición, fue el primer cuadro que vendió.

Cuando le pagué ese dinero, me preguntó: ‘Oiga, ¿por qué escogió ese cuadro?’ No sé, tiene algo especial —le respondí— Y él me dijo: ‘Ese cuadro se lo dediqué a mi hijo Diego, quien va a nacer en este momento, exactamente la cantidad que usted me pagó el dinero que necesitaba para pagar el parto. Después de muchos años, a partir de ahí nos dijimos compadres después de algunos años, como cuatro, volví a saludarlo le dijo a su hijo: ‘Mira, Diego, éste es mi compadre, tu padrino’. Y cuando llegué a tu casa, vi el cuadro, lo envolví y se lo mandé con una notita que decía: ‘Oye, ¿sabes qué, compadre? Este cuadro te agradezco mucho que me lo hayas prestado cuatro años, pero ahora que vi a Diego, pues realmente siempre perteneció a Diego’. Eso me ha hecho una amistad muy fraterna con él y como ese tipo de anécdotas tengo muchas con los pintores de Oaxaca.

Belsasso: A ver, platícamelas.

Gutiérrez Candiani: Yo fui, si no el primero, creo que sí de los primeros, que empezó a mandar invitaciones para la Primera Comunión de mi hijo o fiestas mías, mandando los grabados de invitaciones, eso luego se popularizó mucho y así ayudaba a los pintores a que se dieran a conocer, ese tipo de cuestiones las hice durante muchos años, con mucho gusto, además.

Belsasso: ¿Qué tienes de obra? ¿Casi toda oaxaqueña?

Gutiérrez Candiani: Casi toda oaxaqueña; tengo algo nacional, tengo Siqueiros; tengo un “Tamayito”, por ahí, tengo básicamente de ese tipo de pintores.

Belsasso: ¿Alguna vez pintaste?

Gutiérrez Candiani: No, soy malísimo. Pero, mi hija, Valentina, de cinco años, lo hace extraordinariamente bien y le encanta, lo hace mucho mejor que yo; le salió la vena oaxaqueña.

Belsasso: Que se siente, ¿no?, porque llegas a las callecitas de Oaxaca y sientes esta vibra tan bonita, artística, la verdad que sí.

Gutiérrez Candiani: Oaxaca es una ciudad mágica, te aporta mucho culturalmente, pero, además, tiene un sabor muy especial, independientemente de la comida, de la cultura, de todo, tiene mucha magia y tiene, sobre todo, mucha personalidad. Es una gran, gran opción para visitar, la gente que no conozca Oaxaca, tiene que ir, va a ser un fin de semana o una semana realmente inolvidable.

Belsasso: Oye, Gerardo, ¿cuál ha sido el día más triste de tu vida?

Gutiérrez Candiani: El día que murió mi papá.

Belsasso: ¿El día más feliz?

Gutiérrez Candiani: El día que nacieron mis hijos.

Belsasso: Completame esta frase, Gerardo Gutiérrez Candiani es…

Gutiérrez Candiani: Un hombre comprometido.