Monumental restauración

Monumental restauración
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Por Leticia Olvera

Las Leyes Obreras y de Reforma ven salir el sol, mientras las Leyes Agrarias y la Independencia ven su ocaso en medio de la Ciudad de los Palacios. Estos son los cuatro conjuntos escultóricos que coronan lo que fue el proyecto del Palacio Legislativo en los años de la perenne presidencia de Porfirio Díaz y actualmente es el Monumento a la Revolución, símbolo mexicano que hoy se encuentra en restauración como parte de los festejos del Bicentenario en 2010.

Con entrañas de hierro, piel de cantera y la memoria como espíritu, un siglo de historia se encuentra concentrada en la plaza más grande de la ciudad de México: La Plaza de la República.

La historia La necesidad de Porfirio Díaz por inmortalizar su memoria y empujar a la nación hacia la modernidad, visualizó uno de sus proyectos más importantes de la época: dar una nueva casa a los poderes legislativos de México.

En 1897, aún en la “bonanza” del porfiriato, Díaz convocó a un concurso para realizar el diseño arquitectónico más vanguardista. El italiano Paolo Cuaglia ganó el proyecto entre más de 100 propuestas; sin embargo, la muerte lo sorprendió, lo que obligó a realizar una segunda convocatoria que, al no tener el impacto de la primera, orilló a Díaz a asignar de manera directa el proyecto al arquitecto Emilie Bernard.

El 23 de septiembre de 1910 ya con la estructura de metal completa, se colocó en ceremonia solemne presidencial la primera piedra de la magna obra de “estilo francés renacentista con elementos griegos”, para celebrar el centenario de la Independencia, pero sólo dos meses después el estallido de la Revolución detuvo las obras, que estuvieron abandonas por más de 20 años.

Durante todo este tiempo lo que conocemos hoy como la Plaza de la República estuvo ocupada por el esqueleto de miles de vigas de metal, aunque con el paso del tiempo albergaron en un pequeño espacio una galería y un restaurante.

Fue hasta la segunda mitad de los 20 cuando el arquitecto Carlos Obregón Santacilia buscó dar un nuevo sentido a la estructura, del cual sólo queda lo que sería (en el proyecto original) el vestíbulo principal. El presidente Plutarco Elías Calles aceptó y postuló la propuesta que actualmente podemos contemplar, pensándolo “como un arco del triunfo (…) que simboliza el esfuerzo del pueblo mexicano a través de la historia”.

La obra se concluyó durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río en 1938, quien lo convirtió en el mausoleo que actualmente contiene los restos de cinco personajes revolucionarios: los presidentes Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, y el General Francisco Villa.

La importancia de la restauración

Desde 1938 que fueron terminados sus trabajos, nunca fue inaugurada la obra y tampoco se le había dado mantenimiento a la cantera, material que “ya tenía muchas grietas. La cúpula de cobre está muy sucia, oscura, llena de guano y en general faltaba darle mantenimiento”, dijo Leal.

• La parte superior del Monumento en pricipio, fue pensado como un mirador para la ciudad, pero con la decisión de poner los mausoleos ahí, esta posibilidad se canceló. Actualmente se proyecta poner un elevador central que dé a los visitantes la posibilidad de contemplar los cuatro puntos cardinales de la ciudad.

• Durante los 80 se abrió el Museo Nacional de la Revolución que actualmente cuenta con información y recursos caducos. Como parte integral del proyecto se modernizará y actualizará su museografía para ser un espacio real de aprendizaje de las crónicas revolucionarias.

Revalorar la historia, meta del proyecto

Revalorar la historia de México no sólo está en la escritura, sino en la que se levanta entre los muros y monumentos de la Ciudad de los Palacios.

Como parte de los preparativos para las fiestas centenarias de la Revolución Méxicana, el Gobierno del Distrito Federal restaura y rescata la Plaza de la República.

En entrevista para La Razón, el arquitecto Felipe Leal, Autoridad de Espacios Públicos del Distrito Federal, nos presentó el proyecto que busca revitalizar esta zona de la capital mexicana como un lugar que abone a la mejoramiento de la calidad de vida de los citadinos a través, “del uso cultural y de convivencia como la prioridad”.

Durante muchos años “se le dió un giro de carácter obrero, que el propio Monumento lo tiene en los cuatro conjuntos escultóricos: las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias, las Leyes Obreras y la Independencia, que tienen toda esta connotación y ha sido consecuente con ello”, sin embargo, el abandono fue deteriorando el espacio de manera importante.

“A partir de 1985 con los sismo se empiezó a deteriorar muchísimo másy la verdad es que la plaza nunca logró un esplendor absoluto, nunca se ha consolidado del todo.”  Para Leal el mejoramiento de este espacio será fuente directa de inversión y por supuesto, parte importante para el turismo que le otorgará el valor social que se le ha negado a lo largo de los años.

“Con el colapso de varios edificios se vió muy afectada la zona, junto con la crisis del modelo político del país, que llevaron a que las centrales obreras ya no tuvieran la fuerza ni la importancia que tenía años atrás”. Actualmente el 40 por ciento de los edifcios y predios que rodean la zona están subutilizados y al gobierno le toca sentar las bases para que con el mejoramiento del espacio urbano llegue la inversión.

fdm