“No esperaba reacción tan fuerte de la Iglesia”

“No esperaba reacción tan fuerte de la Iglesia”
Por:
  • eunice_o._albarran

El subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Humberto Roque, señaló que aunque la iniciativa del matrimonio entre personas del mismo sexo buscaba fundamentalmente enviar un mensaje en contra de la discriminación, el gobierno “no esperaba” la reacción que tuvieron las iglesias y “probablemente por eso no se hizo una tarea previa, porque se pensaba que iba a prevalecer la idea de cuidar los derechos de las minorías y no tanto el enfrentar un tema dogmático”.

En entrevista con La Razón el funcionario federal manifestó que en estos momentos su partido, el PRI, está “más preocupado y legítimamente preocupado” por buscar sus mejores opciones electorales en el futuro y “no le interesa procesar temas polémicos ni temas que no son prioritarios, ya no digo en la agenda legislativa, yo digo que no son prioritarios en la agenda nacional”.

Expresó que la iniciativa enviada por el Presidente Enrique Peña al Congreso no tiene el consenso para llevarla a votación, pues no habría mayoría que la avale, aunque reconoció que es cuestión de voluntad de los legisladores el aprobarla o no.

¿Usted considera que la iniciativa ya murió? No me toca decirlo a mí, porque esto está en manos del Poder Legislativo, concretamente la Cámara de Diputados, y, bueno, yo he sido en dos ocasiones diputado y sé que viene fuerte la discusión por el presupuesto.

¿Pero si fueron capaces de sacar 12 reformas estructurales, que no sean capaces de sacar una iniciativa como ésta a la par del presupuesto; ¿es cuestión de voluntad, no cree? Sí, siempre es cuestión de voluntad, pero la voluntad va aparejada también a la correlación de fuerzas en cada grupo parlamentario y es muy simple entenderlo: el Partido Acción Nacional difícilmente coincidirá con una iniciativa de esta naturaleza, inclusive en sus filas milita gente abiertamente opuesta a esta idea.

El PRI siempre ha sido más neutral en estas materias. No le hace mucho ruido a los temas que tienen que ver con la bioética, tal vez porque no nos hemos metido a fondo los priistas. Hay ahora un partido, el PES, que tiene una cierta orientación evangélica y que por supuesto también va a estar en contra.

¿Cuando el Presidente presentó esa iniciativa, ustedes imaginaron que se iba a armar toda esta polémica tan fuerte con la iglesia, especialmente con la católica? Francamente no, por una razón: porque ya se tenía el antecedente de las peticiones y fallos obtenidos por la Suprema Corte de Justicia en torno a la posibilidad de que mediante el juicio de amparo cualquier pareja del mismo sexo pudiera obtener el matrimonio civil. Entonces francamente yo no llegué a pensar en ese momento en que la reacción iba a ser tan fuerte.

Sin embargo, también se podría llegar a pensar que iba a existir un poco más de trabajo o de negociación del propio gobierno... Bueno, yo creo que la intención original fue dar un mensaje en contra de la discriminación de los grupos minoritarios en este país. Yo creo que por muchos esfuerzos que han hecho este gobierno y algunos otros seguramente porque la Conapred no viene de ahorita, todavía tenemos en México elementos de discriminación por distintos motivos.

¿Usted ha dicho que las iglesias no han intervenido porque no estamos hablando de una Ley; pero en la elección del 5 de junio se habló de que en Aguascalientes o Tamaulipas los clérigos pedían no votar por el PRI y también los dichos por ejemplo del obispo de Culiacán, que abiertamente ofendió al Presidente, ahí no se traspasó al Estado laico? Ciertamente el expresar opiniones en contra de una iniciativa de ley en este caso de un decreto que reforma la Constitución no contraviene ninguna ley relacionada con las asociaciones religiosas; concretamente la ley de asociaciones religiosas y culto público porque todavía no es una ley. Sin embargo, ha habido expresiones, yo diría hasta vulgares de algunos dignatarios de la Iglesia católica que no corresponden con el clima de convivencia social que queremos para el país y el respeto a las minorías. Yo diría que estas expresiones afortunadamente no reflejan el conjunto de lo que se conoce como la Conferencia del Episcopado Mexicano, que en sus comunicados ha buscado un lenguaje muchísimo más cuidado, prudente, inofensivo.