¡Gaza grita auxilio!

Permiten ingreso de asistencia humanitaria; el reparto, incierto

Sigue el bloqueo israelí a la distribución en la Franja; Naciones Unidas denuncia falta de condiciones seguras; Netanyahu evalúa tregua por rehenes; la desnutrición se expande en medio de los bombardeos

Palestinos cargan los cuerpos de sus familiares, incluidos niños que murieron en un ataque aéreo del ejército israelí, ayer.
Palestinos cargan los cuerpos de sus familiares, incluidos niños que murieron en un ataque aéreo del ejército israelí, ayer. Foto›AP

El ejército de Israel permitió ayer la entrada de 100 camiones con harina, suplementos nutricionales para bebés y suministros médicos a la Franja de Gaza, tras 11 semanas de bloqueo total. No obstante, funcionarios de la ONU confirmaron que esa ayuda no ha llegado a la población civil debido a múltiples obstáculos de seguridad y a un esquema de distribución aún sin operar completamente.

El anuncio se produce en medio de un escenario humanitario devastador, agravado por el estancamiento político y los bombardeos diarios sobre el enclave palestino. La tensión escala dentro y fuera de Israel, mientras la comunidad internacional intensifica sus críticas y exige un cese al fuego efectivo.

  • El Dato: Mientras miles de toneladas de alimentos y suministros esperan en puntos de cruce hacia Gaza, alrededor de una cuarta parte de la población está en riesgo de hambruna.

Según datos oficiales del ejército israelí, 98 camiones ingresaron entre lunes y martes por el cruce de Kerem Shalom, al sur de Gaza, y otros 100 entraron ayer. Pero esa asistencia no ha llegado a hospitales, panaderías ni comedores comunitarios, denunciaron trabajadores humanitarios y habitantes locales.

“Estoy aquí desde las 8:00 de la mañana sólo para conseguir un plato para seis personas, cuando no alcanza para una sola”, relató Mahmoud al-Haw, mientras esperaba en una fila para recibir un poco de sopa de lentejas.

Antoine Renard, director del Programa Mundial de Alimentos en Gaza, fue contundente: “Ninguna de esta ayuda, un número muy limitado de camiones, ha llegado a la población”. Agregó que cerca de una cuarta parte de los 2.3 millones de habitantes se encuentra en riesgo de hambruna.

Somaia Abu Amsha, madre de familia en la ciudad de Gaza, lamentó no haber comido pan en más de diez días: “Ni los perros comerían esto, y mucho menos los niños”, dijo en referencia a la sopa diluida que recibió.

  • El Tip: Benjamín Netanyahu dijo que era “una vergüenza” que países como Gran Bretaña sancionaran a Israel en lugar
  • de a Hamas.

Obstáculos a la entrega. La ONU señaló que los retrasos se deben al temor a saqueos, restricciones militares y condiciones inseguras en las rutas autorizadas. Stéphane Dujarric, vocero del organismo, explicó que, aunque la mayoría de los suministros están en camiones listos, permanecen atrapados en el cruce debido a la inseguridad de la carretera señalada por el ejército israelí. Añadió que se negocian rutas alternativas.

Mientras tanto, las autoridades humanitarias advierten que los suministros mínimos ingresados, aún sin distribuir, distan mucho de los aproximadamente 600 camiones diarios que se necesitaban durante el último alto al fuego para atender a la población.

Nahid Shahaiber, empresario de transporte, reportó que 75 camiones con harina y más de una docena con azúcar y suplementos llegaron a Rafah. También se observaron unidades en Deir al-Balah. Sin embargo, los esfuerzos por avanzar con el reparto efectivo están paralizados por el caos logístico y la inseguridad.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que estaría dispuesto a aceptar un alto al fuego temporal sólo si sirve para garantizar el regreso de los 58 rehenes israelíes aún retenidos por Hamas. De lo contrario, dijo, “la campaña militar continuará hasta lograr el control total de Gaza”.

Desde la reanudación de los ataques en marzo pasado, Israel ha intensificado los bombardeos, alcanzando ayer 115 objetivos, entre túneles, lanzacohetes e infraestructura militar, según el ejército. Las autoridades sanitarias palestinas reportaron al menos 86 personas muertas ese día en distintos puntos de Gaza.

Netanyahu insistió en que un ataque aéreo mató recientemente a Mohammed Sinwar, líder de Hamas, y reiteró su exigencia de una Gaza completamente desmilitarizada, con los líderes del grupo en el exilio.

Sin embargo, la presión internacional comienza a intensificarse. Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido han mostrado una postura más crítica, y se han alzado voces dentro de Israel contra la prolongación de la guerra.

El ex primer ministro Ehud Olmert también criticó públicamente la estrategia del gobierno, mientras encuestas recientes, como la de la Universidad Hebrea de Jerusalén, indican que el 70 % de los israelíes apoya un acuerdo de alto al fuego.

  • 11 Semanas de bloqueo a la entrada de suministros a Gaza
  • 50 Palestinos que esperaban comida, murieron ayer por ataque

Comunidad internacional. Ante la presión, Israel ha aceptado un modelo de distribución humanitaria respaldado por Estados Unidos, basado en “centros seguros” operados por contratistas privados. Pero la ONU rechaza ese plan por considerarlo parcial y ajeno a los principios de neutralidad humanitaria.

En paralelo, diplomáticos internacionales fueron sorprendidos por disparos de advertencia israelíes durante una visita al campo de refugiados de Yenín, en la Cisjordania ocupada. Aunque no se reportaron heridos, el hecho generó preocupación sobre los límites que Israel impone incluso a misiones internacionales.

El bloqueo impuesto desde marzo pasado, bajo el argumento de que Hamas confiscaba la ayuda destinada a civiles, acusación que el grupo niega, ha generado un colapso logístico. Cientos de toneladas de alimentos y medicamentos esperan ser distribuidas, mientras los grupos de ayuda se quedaron sin provisiones semanas atrás.

El saldo de la ofensiva, iniciada tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, que dejó 1,200 muertos en Israel y 251 rehenes, supera los 53,600 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza. La infraestructura está devastada y las señales de desnutrición severa se multiplican.

A medida que los bombardeos persisten, las cocinas comunitarias son el último recurso. El mensaje de la población es claro: ya no piden pan, piden el fin de la guerra.