“Antes luchábamos contra el tiempo; ahora la lucha es en contra del agua”: rescatista

“Antes luchábamos contra el tiempo; ahora la lucha es en contra del agua”: rescatista
Por:
  • Noel

En Mae Sai, Tailandia

Los equipos de rescate temían ayer que las lluvias anunciadas para los próximos días vuelvan a inundar la cueva donde 12 menores y un adulto llevan atrapados 12 días, en el norte de Tailandia, y anulen los trabajos de desagüe efectuados hasta ahora.

“Luchábamos contra el tiempo cuando los encontramos. Ahora, luchamos contra el agua (...) No podemos arriesgarnos a nuevas inundaciones”, declaró a los medios Narongsak Osotthanakorn, comandante de las operaciones de rescate en la provincia de Chiang Rai, donde se encuentra la cueva, en un parque nacional.

Las autoridades estudian con detenimiento las previsiones meteorológicas con miedo al temporal que se aproxima y que, según los expertos, podría azotar la región a partir de mañana y durar hasta el día 12.

[caption id="attachment_765833" align="alignleft" width="401"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

“Lo que más nos preocupa es el clima”, dijo el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osatanakorn, a reporteros. “No podemos arriesgarnos a que la cueva se vuelva a inundar”.

El dirigente pidió a las fuerzas de élite de la Armada tailandesa a cargo del rescate, una estimación del riesgo que supondría sacarlos y “qué tipo de preparación podemos tener hoy y decidir si podemos arriesgarnos”.

“Esta mañana pedí que se preparen 13 equipos (de buceo) y que se comprueben los equipos y se coloquen dentro (de la cueva), en caso de que tengamos que sacarlos así, sin estar preparados al 100 por ciento”, dijo el gobernador.

Tailandia está acostumbrada a acoger fuertes precipitaciones durante la estación del monzón, que se prolonga, según la región, de junio a septiembre; pero una probable crecida en el nivel de las aguas subterráneas de la cueva amenazaría la operación de rescate.

Según los equipos de rescate, el nivel de las inundaciones ha descendido cerca de 40 por ciento desde el inicio de las operaciones, gracias al incesante drenaje artificial del agua y a un tiempo favorable. “Hace una semana, en la entrada de la caverna el agua llegaba a la altura del pecho; hoy el nivel está por debajo de las rodillas”, indicó a la agencia de noticias Efe el japonés Shigeki Mijake, integrante del equipo de cooperación internacional nipón.

Unas 20 bombas de extracción funcionan sin descanso y extraen de la cueva miles de litros por hora, lo que se traduce en la disminución aproximada del nivel del agua en el interior de un centímetro por hora. “Esperemos que las aguas bajen para no comprometer la vida de los niños durante su extracción”, apuntó a Efe el israelí Rafael Arush, del equipo de buceadores voluntarios.

El plan de extracción que tiene más fuerza en las condiciones actuales es que los atrapados buceen durante unos centenares de metros a lo largo de estrechos pasadizos con nula visibilidad, pero acompañados de dos buzos y atados a una cuerda que serviría de guía.

“Las autoridades y los equipos de rescate evalúan cada posible peligro antes de tomar una decisión”, indicó a los medios Matt Fitgerald, de las Fuerzas de Seguridad Australianas, que asesoran en las labores.

El australiano precisó que han establecido un campamento temporal con provisiones y bombas de aire comprimido en una gruta situada a 1.5 kilómetros de donde se encuentra el grupo atrapado.

“Necesitan tener satisfechas sus necesidades físicas. Si la gente comienza a tener frío o hambre, esto puede provocar que su cerebro deje de funcionar y esto a su vez lleva a tomar malas decisiones”

Sarita Robinson

Experta de la Escuela de Psicología de la Universidad de Lancaster

Una opción que apoya parte de los buceadores internacionales es un rescate por etapas, en la que trasladarían a las víctimas primero a este campamento temporal, antes de intentar la salida al exterior.

El comandante de las operaciones de rescate en la provincia de Chiang Rai evitó hoy pronunciarse en torno a cuándo sucederá el rescate, aunque insistió en que el salvamento sucederá de manera gradual, sacando primero a los niños en mejor estado físico y psicológico.

“Esta mañana, pedí que se preparen 13 equipos (de buceo) y que se comprueben los equipos y se coloquen dentro (de la cueva) en caso de que tengamos que sacarlos así sin estar preparados al 100 por ciento”

Narongsak Osatanakorn

Gobernador de Chiang Rai

El grupo —compuesto por 12 niños de entre 11 y 16 años y un adulto de 26— fue encontrado la noche del lunes en una isla de terreno seco, a unos cuatro kilómetros dentro de la caverna y tras nueve días de intensa búsqueda, en la que han participado más de mil 300 personas.

Visiblemente delgados, pero en buen estado anímico, los niños reciben cuidados por una decena de militares, entre ellos un médico y un psicólogo. Gracias a la ingesta de complementos vitamínicos, este equipo de futbol y su entrenador recuperan poco a poco las fuerzas, mientras reciben un curso intensivo de buceo y natación.

El Dato: Los jóvenes desaparecieron después de ir a explorar la cueva Tham Luang Nang Non, en el norte de la provincia de Chiang Rai, tras jugar un partido el 23 de junio.

Las 13 personas se internaron en las galerías el pasado sábado 23 de junio, tras un entrenamiento de futbol, cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida. Los guardabosques que dieron la alerta encontraron las bicicletas, calzado y otros enseres de los desaparecidos en la entrada de la caverna.

¿Cómo puede verse afectada la salud física y mental?

Los 12 adolescentes y su entrenador están encerrados desde hace 10 días en un sistema de cuevas inundadas en la provincia de Chiang Rai.

Después de varios días sin comer, se informó que el grupo está algo debilitado físicamente.

Un grupo de siete buzos, que incluyen un médico y un enfermero, están con los adolescentes dentro de la cueva y les están realizando chequeos médicos, ofreciéndoles tratamiento y manteniéndolos entretenidos.

“Todos los que se exponen a un trauma desarrollan condiciones como el trastorno de estrés postraumático”, explica a la BBC Sarita Robinson, experta de la Universidad de Lancaster.