Asesinato de película

Por Ángel Salinas

Día 20 de enero... En el lobby de un lujoso hotel se dan los últimos ajustes al plan: “eliminación de Mahmud al Mabhuh”. Un grupo de 11 personas ha seguido de cerca al brazo armado de Hamas. Saben de sus movimientos desde hace meses.

Algunos, incluso, han intercambiado con Al Mabhuh miradas. Su andar es lento, parece intuir que lo vigilan, que siguen sus pasos.

La muerte acecha. Lo presiente y está consciente de que le puede tomar por sorpresa, al igual que hace seis meses, cuando sufrió un intento de envenenamiento que le mantuvo inconsciente por 36 horas.

Un viento frío lo recibe tras ingresar al hotel. El reloj marca las 8 con 24 minutos de la noche y ya está en la recepción. Busca entre la multitud reunida algo sospechoso, una prueba que delate a algún enemigo israelí.

No. No parece haber nada anormal.

Pero... los enemigos están bien caracterizados. Lucen como “personajes sacados de películas de James Bond”, como señaló el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, al afirmar que “no hay pruebas que involucren a miembros del servicio secreto israelí Mossad en el plan ‘eliminación de Mahmud al Mabhuh’”.

El caso es que los inculpados, quienes contaban con pasaportes de Irlanda, Reino Unido, Francia y Alemania, no desentonan en el ambiente.

Un minuto de análisis. Dirige sus pasos hacia el elevador y nuevamente observa a los costados. Nadie le sigue según él. Llega al piso indicado. Se abren las puertas del ascensor. Enfila sus pasos a su habitación, la 230.

¿A descansar? Así es, le espera el descanso eterno. Sesenta segundos más tarde los pasos de dos hombres recorren el mismo camino que el líder de Hamas. Una sonrisa irónica aparece en sus rostros cuando llegan frente al 230. Ahí está el objetivo. Nada hay que se interponga entre ellos. Realizan un par de maniobras antes de ingresar a la habitación.

Ya se encuentran ante Al Mabhuh, un viejo conocido de los servicios secretos israelíes. Está vez no están ahí para detenerlo, como tantas otras veces antes de su exilio. En está ocasión el encuentro luce tintes más crueles que aquel acontecido durante la destrucción de su casa, en el campo de refugiados de Yabalia, cuando el ejército israelí acabó con su propiedad.

No hay salida ni posibilidad de escapatoria. Lo tienen rodeado... ¿Torturas, amenazas, excesos? Teme lo peor. La muerte acecha el lujoso cuarto.

Diecinueve minutos de terror sicológico y físico deparan el azaroso destino del brazo armado de Hamas.

Instantes en las que quizá pasaron por la mente del sentenciado de 49 años las imágenes de sus cuatro hijos y su familia, con los que ya no se encontraría en Damasco, la capital de Siria, en la que residía desde 1989. Su refugio desde que abandonó Gaza, de la que huyó después de participar en el secuestro de dos soldados israelíes que fueron asesinados posteriormente.

A las 8 con 47 minutos la misión ha sido cumplida con éxito.

Las causas de la muerte aún siguen en el misterio.

El resurgimiento evidenciado de Mossad. La muerte de un agente de Hamas en Dubai a manos de un escuadrón de asesinos hace pensar en una serie de matanzas que hubo después de la masacre de deportistas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 y en un fallido intento de envenenar a un líder de Hamas en Jordania hace 13 años.

El Mossad, principal sospechoso en el asesinato de Al Mabhouh, tiene una larga lista de misiones cumplidas en décadas de guerra secreta. Su reputación, especialmente en el mundo árabe (donde es visto como una fuerza macabra que podría estar detrás de muchos episodios que nunca fueron esclarecidos) se remonta varios años atrás.

Corría el año de 1972, cuando un grupo de palestinos irrumpió en el hotel donde se alojaba el equipo olímpico israelí en Munich, mató a dos deportistas y tomó a otros nueve como rehenes. Un fallido intento de rescate por parte de la policía alemana generó una balacera en la que fallecieron todos los atletas israelíes.

Golda Meir, la primera ministra israelí, ordenó al Mossad que matase a los responsables, iniciándose así una operación encubierta en la que fueron asesinados numerosos agentes palestinos, incluidos muchos que no tuvieron conexión directa en la matanza. Esta es la más famosa y conocida operación para matar. Ahora la ejecución al brazo armado de Hamas ocupa un lugar.

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