Brasileños deciden entre el populismo de ultraderecha y la vieja receta de Lula

Brasileños deciden entre el populismo de ultraderecha y la vieja receta de Lula
Por:
  • alejandro-galindo

“Yo sólo espero que aprendamos algo, que aprendamos a tolerarnos, a no olvidar nuestro pasado, después de todo lo que ya vivimos”, comenta Alessandra Grácio, una joven brasileña, al lamentar el clima de polarización que viven sus connacionales en plena crisis económica, uno de los factores que, dice, ha puesto de espaldas a miles de familias que se suben a la contienda electoral para respaldar a su candidato presidencial que, en la mayoría de los casos, está parado en uno de los flancos opuestos de una histórica batalla política.

Alessandra, una actriz radicada en México, quien comparte a La Razón su frustración al no haber culminado su trámite para emitir su voto desde el extranjero, se aferra a pensar que el amplio apoyo de los brasileños al ultraderechista Jair Bolsonaro no tiene que ver con que millones de sus paisanos piensen como él.

[caption id="attachment_809008" align="alignright" width="250"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

“Pienso que se debe a la gran desesperación de la gente, yo tengo muchos amigos o familiares que piensan votar por él y que no son como él, no piensan como él, lo que pasa es que Bolsonaro plantea una solución radical a todos nuestros problemas: a la violencia, a la educación, a la salud y a la economía. Todos estamos muy ávidos de resolverlo ya, por eso es que muchos lo ven como una opción”.

Para Grácio, “el discurso de odio” que caracteriza al exmilitar que se ubica como puntero en la mayoría de los sondeos, “pasa a segundo plano” cuando las prioridades de las personas están en las necesidades más básicas.

“Y esto nos lleva otra vez a la confrontación, la gente deja de hablarse, hay pleitos por los partidos, por cuestiones ideológicas, es raro discutir en la mesa de manera equilibrada”.

[caption id="attachment_809007" align="alignnone" width="696"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

A la artista escénica, quien ya se prepara para pagar “la multa simbólica” que las autoridades brasileñas le imponen a quienes no cumplen con su obligación de votar, le alarma que las personas de Brasil olviden su historia.

“Él (Bolsonaro) es un militar, en el 64 tuvimos un golpe militar que terminó en una lastimosa dictadura. La gente no dimensiona que el pasado se hace visible ahora. Si no tenemos un apego a nuestra historia vamos a repetir todos los esquemas. Hay quienes dicen: ‘si no funciona,le hacemos un impeachment (como el que destituyó a la expresidenta Dilma Rousseff)’, esto es muy preocupante”, señaló.

Milena, otra ciudadana del país más grande de América Latina, coincide en que Brasil se bate entre opciones “ultras”: la ultraderecha que representa Jair Bolsonaro, y la ultraizquierda, que abandera a Fernando Haddad, el candidato que en el último minuto sustituyó las aspiraciones del expresidente Luiz Inàcio Lula da Silva.

“Y esto se debe a que la población ha resentido la crisis que dejaron 12 años de gobiernos de ultraizquierda: el dólar se ubica por arriba de los cuatro reales,todo aumenta: la comida, el transporte, los servicios y la gente está muy enojada porque no tiene trabajo, está harta de la política que no llevó a eso”.

A diferencia de Alessandra, Milena no ve con malos ojos los planteamientos de Jair Bolsonaro, quien, considera, muestra la firmeza que el país necesita para emprender una amplia reforma a los impuestos.

“Los gobiernos de izquierda condujeron Brasil por la vía del paternalismo, dar dinero a las personas que no tienen, el problema viene cuando hay que sacar recursos para eso, viene de los impuestos, y esto fue lo que provocó la crisis. Lo que se necesita es generar empleos, inversiones”, opina.

Milena no está preocupada por los comentarios “misóginos” o en contra de los homosexuales que muchos brasileños reprochan a Jair Bolsonaro. “Como en todos los países, hay gente que tiene estas opiniones, el candidato no tiene nada que ver con la forma de pensamiento de las personas. Es cierto que la vida para las personas homosexuales es difícil, pero eso ya se da antes de Bolsonaro”.

¿Qué lección debe aprender Brasil tras estas elecciones? Milena se inclina por fomentar el diálogo: “tenemos que aprender a platicar, a dialogar sobre política, compartir nuestros puntos de vista sobre los asuntos de nuestro país, tenemos que hablar de esto con mucha madurez y tenemos que decirle no a la polarización”, reflexiona la joven que lleva poco más de un año de vivir en la Ciudad de México.

[caption id="attachment_809005" align="alignnone" width="720"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

Desde su trincera, Hemerson Garota descarta la idea de que Brasil sufra un cuadro de división a partir de las elecciones generales del próximo domingo.

“Yo creo que la mayoría piensa parecido, queremos un país que sea cada día mejor y ya estamos cansados de las mismas personas que están comandando Brasil”.

Dice Hemerson que hay un punto de coincidencia importante: “necesitamos un cambio”.

En este sentido, comparte que su voto podría inclinarse del lado de Jair Bolsonaro, pues cree que su equipo cuenta con las propuestas que se necesitan para salir de los problemas que aquejan a un gran número de familias.

“La corrupción sí divide. Me preocupa mucho mi país porque tenemos muchos impuestos, no tenemos incentivos para nuestras empresas, estamos pasando por una crisis muy grande a donde no hay empleos y la gente ni tiene esperanza”.

El Dato: Para asegurar el triunfo, los candidatos requieren el 50% de los votos en la primera jornada; con un 32%, Bolsonaro tendría que convencer en una segunda vuelta.

 

El voto de las mujeres, la joya más disputada

Las electoras brasileñas suponen uno de los bastiones más importantes para los candidatos presidenciales de Brasil, sector que ha mostrado su indignación en varias manifestaciones contra los comentarios machistas de Jair Bolsonaro.

De acuerdo con editoriales en la prensa brasileña, en una hipotético segunda vuelta, los exabruptos del ultraderechista podrían ser capitalizados por su posible rival, el socialista Fernando Haddad.

Nostálgico de la dictadura militar brasileña (1964-1985) y admirador de torturadores durante este período oscuro para el país sudamericano, Bolsonaro ha generado mucho rechazo entre las mujeres que se organizaron para salir a las calles.

“No podemos retroceder 50 años. La dictadura fue muy mala y él representa lo que hay de más atrasado en nuestra sociedad: racismo, homofobia, la falta de respeto por las mujeres”, explicó a Notimex la manifestante Onisia Andrade Gonçalves, en Río de Janeiro.

Durante ocho mandatos como diputado, Bolsonaro acumuló varias salidas de todo contra cuestiones como los abusos físicos y sexuales, la equidad de sueldo entre géneros y, en general, el rol de la mujer en la sociedad moderna que se quedaron grabados en la mente de muchas electoras.

En abril pasado Bolsonaro dijo, al comentar la paternidad de sus cinco hijos en una conferencia en Río de Janeiro: “fueron cuatro hombres, la quinta tuve una ‘flojera’ (caída del rendimiento) y vino mujer”.

En 2014, el candidato de 63 años dijo sobre una diputada de izquierda que lo acusó de exacerbar los abusos sexuales contra las mujeres, que ella “no merecería ser violada”; incluso fue llevado ante la justicia por ello.

De los cuatro principales candidatos a la presidencia de Brasil, Bolsonaro es el único que no tiene a una mujer como candidata a vicepresidenta, a pesar de que en el gigante sudamericano el electorado femenino es mayoría.